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Monodrama: Mndrmooaa

David Sancho, Mauricio Gómez, Alberto Brenes

09

FEBRERO, 2022

Monodrama-Mndrmooaa (Everlasting, 2022). Alberto Brenes, batería, percusión y diseño sonoro / David Sancho, piano, Rhodes, sintetizadores/ Mauricio Gómez, saxo tenor y teclados.

Texto: Ricky Lavado

Lo más prudente a la hora de recomendar un disco que te ha gustado mucho, sobre todo uno recién publicado, suele ser moderar el tono e intentar esquivar la tendencia a la hipérbole, pero en este caso me resulta imposible, así que lo dejaré claro desde un principio: Mndrmooaa me parece una auténtica maravilla de disco. El nuevo trabajo de los madrileños Monodrama es uno de los mejores y más completos discos que se han publicado en este país en los últimos años, y no tengo pruebas, pero tampoco dudas de que nos encontramos ante un trabajo al que, con los años, volveremos una y otra vez como ejemplo de música importante, seria, profunda y desgraciadamente necesaria en los tiempos vacuos que vivimos.

Monodrama – Levitation

MONODRAMA: Sencillamente hacemos música que nos hace vibrar, aunque en la era de los contenidos, sin contenido evidentemente, propuestas musicales como la nuestra están asociadas indivisiblemente a cierto espíritu, cierta búsqueda, y puede que finalmente haya un posicionamiento aunque este sea algo involuntario.

In&Out JAZZ: La música de Monodrama exige atención, está formada por suficientes capas y niveles de lectura como para requerir de un ejercicio de calma y concentración. Es música que no permite una audición pasiva: te interpela como oyente, plantea interrogantes y te lleva a lugares inesperados tanto en lo anímico como en lo intelectual. 

En esta era de los contenidos sin contenido y de consumo rápido y vacío, hacer la música que hace Monodrama puede parecer un posicionamiento ético, un acto de protesta casi.

Absolutamente. Pero no solo de la música, de cualquier disciplina artística, y en cualquier ámbito o faceta de nuestras vidas. Es algo que verdaderamente necesitamos. Cada vez estamos más cerca de olvidar lo que es realmente importante en esta era del híper-entretenimiento, que ha provocado que hasta verdaderos creadores se vean a sí mismos como creadores de contenido. Hay que poner de manifiesto lo que es relevante y necesario para que no perdamos el pensamiento crítico, lo que está en juego no es el interés que suscita tu música o si te van a dar un bolo. Estamos demasiado anestesiados, pensar que todo lo positivo que hemos conseguido no va a perderse es demasiado inocente.

Alberto Brenes (batería, percusiones y diseño sonoro), David Sancho (piano, Rodhes y sintetizadores) y Mauricio Gómez (saxo tenor y teclados) dan forma a Monodrama; un interrogante con espíritu disidente y mirada futurista que, partiendo de parámetros formales más o menos adheridos al cajón de sastre del jazz contemporáneo, hace tiempo que escapa de definiciones específicas. Monodrama suenan a Monodrama, y esta obviedad no resulta aquí un lugar común para esquivar el bulto: realmente el equilibrio comunicativo y el nivel de brillantez creativa que los madrileños han alcanzado pasados los años los sitúa en una liga en la que juegan solos. 

Desde luego, todos los aciertos o hitos son consecuencia de la dedicación y de observar desde la posición de no saber exactamente cómo funciona el mecanismo. Son ya 10 años juntos, aprendemos despacio, pero con firmeza.

«H O B O» (MNDRMOOAA)

» F L E X I O N E S » (MNDRMOOAA)

A lo largo de Mndrmooaa hay calma glacial, elegancia, serenidad, ambientaciones oníricas y neblinas acogedoras. Hay composiciones que crecen lentamente y se desarrollan de forma expansiva y libre, y también hay espirales obsesivas conducidas por la densidad, la tensión y la oscuridad. Hay jazz orgánico y hay electrónica misteriosa y cerebral. Hay ritmos fracturados, texturas de sintetizador y saxos cortantes como cuchillas de afeitar. Hay riesgo, inconformismo y ese intangible extraño que separa los buenos discos de las obras realmente relevantes. 

La composición empieza con las ideas de Mauricio. A la hora de escribir melodías y armonía o pensar una estructura formal, intenta que sea premeditado. En ese proceso va desechando ideas y escogiendo otras lo cual siempre te pone en el lado de la balanza de la inspiración y el instinto. Tu gusto personal te define. Lo premeditado y lo instintivo cohabitan, son inseparables. Lo mismo sucede en el proceso de composición colectiva de la banda. Hay ideas claras, líneas de investigación acotadas y otras ideas que surgen simplemente tocando e improvisando. Es difícil definir cómo se da el proceso cuando una parte importante del trabajo de composición reside en el trabajo colectivo, en horas y horas de conversaciones y experimentación.

El pulso ternario, lento y arrastrado de Saramande (una de las piezas más inquietantes, complejas y poliédricas del disco);  el crescendo dramático plagado de distorsiones, ritmos rotos y asonancias de Inner Dance; la densidad industrial y los ambientes pesadillescos de There Will Be Blood; las texturas indietrónicas llenas de luz y melodías planeadoras de Golden Age Of The Eye; la elegancia con mentalidad de beatmaker de The Hunt; los pianos dramáticos y emocionantes de Pahoehoe…Muchos son los momentos a destacar dentro de una obra en la que Monodrama suena más seguro y menos autocomplaciente que nunca. Siguiendo unas directrices ya presentes en sus anteriores (y también excelentes) trabajos, en esta ocasión el nivel creativo y la compenetración de la banda da un salto exponencial, ofreciendo una hora larga de música esquiva y fascinante con la que los madrileños subliman su particular equilibrio entre jazz de nuevo cuño, electrónica heredera de Warp Records, un leve poso de post rock ambiental y un tratamiento del sonido y la experimentación textural sin referentes previos en la escena nacional.

El interés por el diseño sonoro nace desde la frustración por no poder aportar a la música elementos que ayuden a crear cierta dimensión. La atracción constante hacia la sonoridad, la importancia del carácter y la intención, elementos como la textura y la frecuencia como herramientas al servicio para la creación de un clima, cada vez han ido cobrando más relevancia frente al tridente hegemónico ritmo-armonía-melodía. Todos aportamos mucho. En términos de producción pensamos en la idea de aplicar una pátina que potencie lo que ya es sólido por sí mismo. En nuestro caso, es inherente al desarrollo fruto de la curiosidad, las cosas se van dando desde un proceso más primario, es un juego.

Como ocurre siempre con Monodrama, su nuevo disco nos pilla descolocados. Hay llamas de aspecto irreal en la portada. Hay noche y lobos expectantes. Hay pulso narrativo, filtro de celuloide noir y una constante textura cinematográfica que nos hace pensar en la banda sonora de un relato que no captamos del todo, pero sabemos que está ahí.

Entendemos que nuestra música pueda provocar esa conexión con las imágenes, aunque quizás sea más obvia esa relación cuando de música instrumental se trata. Mucha gente nos lo comenta, también nos comentan lo bien que quedarían unas imágenes proyectadas en nuestros conciertos, y aun pareciéndonos algo que podría ser interesante y no lo descartamos, nos sigue llamando la atención esta manera casi automática de relacionar música instrumental evocadora con imágenes como si de un ejercicio obligatorio de gimnasia rítmica se tratase. La verdad es que el disco esconde una historia, pero solo se la he contado a mi perra al oído, y así va a permanecer, no queremos joder la vuestra propia.

¿Por qué fuego y lobos?

El fuego fue el elemento sobre el que empezamos a orbitar a la hora de dar título a algunos de los temas. Todo surgió a partir de la propuesta de que en la portada apareciera una casa en llamas (también se propusieron otras cosas ardiendo…). Es posible que esta metáfora de la casa ardiendo, que puede expresar principio o final, ya esté muy manida, pero nos pareció muy oportuno. Que cada uno saque sus propias conclusiones. La idea de los lobos nace a partir de la primera frase de un tema, que se llama Malfire, de la banda sueca Refused, The Wolves are at The Door, que da título a uno de nuestros temas. Para mí, son una alegoría y nos podrían representar a cualquiera de nosotros en un sistema que provoca desigualdad, precariedad y miseria, convirtiéndonos en seres menos empáticos que se ven abocados a pensar solo en su propia supervivencia.

Written by Ricky Lavado

Febrero 09, 2022

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