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JUNIO, 2022

Texto: Ricky Lavado

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Marcus Miller

Compositor, arreglista, productor, multi instrumentalista, cantante y, por encima de todo, bajista. Marcus Miller es una figura capital en el desarrollo de la música negra en la segunda mitad del siglo XX, y por lo que parece aún mantiene la energía y la inquietud artística necesarias para seguir haciendo valer su voz en lo que llevamos del XXI. Natural de Brooklyn e hijo de un organista de góspel, Miller ha sido testigo de excepción, y parte activa, de gran parte de los movimientos evolutivos de ese árbol genealógico en el que jazz, blues, funk, soul y R&B se entrelazan como hiedras para poner banda sonora al devenir de la cultura afroamericana en las últimas cuatro décadas. 

 

 

“Creo que el jazz es una música hermosa y democrática. Alienta a los músicos con puntos de vista muy fuertes, y muchas veces muy diferentes, a trabajar juntos como un equipo y, al mismo tiempo, les da el espacio para expresar su individualidad”

Músico superdotado desde la infancia, Marcus Miller se convirtió, siendo apenas un chaval, en habitual de los clubs de jazz neoyorquinos de los setenta. Recogiendo el testigo de la tradición de bajistas míticos del funk y el soul como James Jamerson, Larry Graham o Bootsy Collins, Miller pasó a ser escudero imprescindible (como sesionista, arreglista, compositor y/o productor) para figuras mayúsculas como Bobbi Humphrey, Lenny White, Lonnie Liston Smith, Chaka Khan, Don Cherry o Dizzy Gillespie, entre muchos otros; ganando un prestigio que le llevó a formar parte de la banda de Saturday Night Live. Y entonces, de repente, llegaron los ochenta; y con ellos, Miles Davis; y con él, el estrellato para Marcus Miller. Recién estrenada la década de los sintetizadores, la pasión por la fusión y las decisiones estéticas cuestionables; Miller se integró en la banda de Miles Davis como músico para las giras, en un principio, pero rápidamente la conexión entre ambos llevó a Marcus Miller a convertirse en pieza fundamental del sonido de Miles Davis a lo largo de la década. El papel de Miller es decisivo en discos como The Man With The Horn (1981), Tutu (1986), Music From Siesta (1987) o Amandia (1989); y su impronta es indisociable de la última encarnación de Miles Davis antes de su muerte en 1991. 

Pese a no ser un nombre excesivamente conocido para el gran público, Marcus Miller se convierte rápidamente, en paralelo a su trabajo con Miles Davis, en una figura cotizadísima dentro de la industria y el terreno de la composición y la producción musical en las siguientes décadas. Los noventa marcan la consolidación de su carrera en solitario, con una sucesión (que llega hasta nuestros días) de discos híbridos donde el funk, el jazz y el R&B coquetean sin complejos con el pop, la electrónica o la música de raíces africanas; y además de haber formado parte de la superbanda Legends (junto a Eric Clapton, Steve Gadd, David Sanborn y Joe Sample), su nombre se puede rastrear en los créditos de una lista de discos que parece de cuento de hadas; de Aretha Franklin, George Benson o Frank Sinatra a Michael Jackson, Elton John o Bill Withers; de Herbie Hancock, McCoy Tyner o Wayne Shorter a Jean-Michelle Jarre, LL Cool J, Mariah Carey o Beyoncé.

El nuevo milenio no trajo consigo una disminución de la actividad febril con la que Marcus Miller había cerrado el siglo XX: en 2001 ganó un Grammy a Mejor Álbum de Jazz Contemporáneo por su celebrado M2 (su séptimo disco en solitario), en 2009 unió fuerzas con Christian Scott para homenajear a Miles Davis (de esa colaboración salió el disco Tutu Revisited), en 2012 contó con las colaboraciones de Dr. John y Rubén Blades en su disco Renaissance, y en 2015 fue nuevamente nominado a los Grammy por su disco Afrodeezia (el estreno por todo lo alto de Marcus Miller en Blue Note, un disco inspirado por el trabajo de Miller como embajador de la UNESCO que contaba con la presencia de Chuck D, Lalah Hathaway, Ambrose Akinmusire, Robert Glasper o Etienne Charles, entre muchos otros). Todo esto sin bajar el ritmo de su trayectoria como compositor de bandas sonoras, que a día de hoy le ha llevado a musicar más de veinte películas. 

 

Testigo y protagonista de los vaivenes que han ido dando forma a una parte importantísima de la cultura afroamericana en los últimos cuarenta años, es del todo merecido el estatus de leyenda viva de la música del que Marcus Miller goza en la actualidad. Que dure.

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Written by Ricky Lavado

Junio 15, 2022

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