Michel Camino & Marco Mezquida
55º Voll-Damm Jazz Festival de Barcelona 2024
25
Septiembre, 2024
Texto: Enrique Turpin
Fotos: Voll-Damm Jazz Festival
Michel Camino invita a Marco Mezquida. 55º Voll-Damm Jazz Festival de Barcelona
Palau de la Música, 07/11/2023
CONFLUENCIAS ASTRALES INÉDITAS
Ya lo decía Miguel Torga, uno de los grandes referentes de las letras portuguesas, pese a la amnesia de estos tiempos, cuando hablaba de que lo universal es lo particular sin fronteras. Por eso mismo no sorprende que en el encuentro inédito entre Michel Camino y Marco Mezquida —uno de los platos más nutritivos y sorprendentes del Festival— el balear se descolgara con la afirmación de que ambos “somos isleños y somos mundiales”. Habrá que afinar y decir que son universales no por isleños, sino porque les asiste el genio, que no es más que el talento cuando te atrapa trabajando, y trabajado, desde luego. República Dominicana y Menorca se daban cita para un concierto a dos pianos acústicos sin amplificación, si no se tiene en cuenta las cajas de resonancia de sus espíritus risueños y siempre maravillados cuando descubren la excelencia. Y aquí de eso sobraba esa noche en que los dos maestros se ponían frente a frente para honrar a un instrumento, a sus precursores y para dejar su huella personal a la posteridad.
Todo había empezado un año antes, cuando Mezquida asistió al concierto que Camilo ofrecía junto a su alma gemela Tomatito en el mismo marco del Festival barcelonés. Joan Antón Cararach, director musical del evento y fan irreductible de ambos músicos, hizo lo que hacen los entusiastas despiertos: propuso un hermanamiento de poéticas, a ver a dónde conduciría. Visto lo visto, la idea ahora se muestra necesaria y acertadísima. Sabíamos que Camilo era fuente de inspiración para Mezquida, que se espejea en los registros líricos del dominicano y en la idea orquestal del instrumento. Ahí había algo más que compatibilidad. No los hermanaba la genética de las hermanas Labèque, pero algo muy poderoso se instala en cada cual cuando lo que te conecta es una misma mirada al mundo. Tampoco se nos escapaba que Mezquida podía suponer despertar el asombro de Camilo, porque uno no puede cansarse de imaginar lo imposible a quien no se cansa de escuchar. Y Mezquida se hace insoslayable y necesario cuando se le conoce, cuando se le escucha pero, sobre todo, cuando se le ve en acción. Ahí también coinciden en genio y en estímulos a la afición ambos pianistas.
En el Palau de la Música hubo color, dinámicas, texturas, contrastes, musicalidad, algo así como un ser bifronte donde la parte equina del centauro correspondía al piano y los torsos a una mezcla imposible entre el lirismo de García Lorca y el volcanismo de Stravinski pasados por el tamiz de la Fania. Desde bien pronto se observó una confianza mutua y una intensidad para afrontar el reto comunicativo que hizo innecesarias las palabras: miradas de soslayo, gestos cómplices, mensajes oculares, braceos, codos y palmas elocuentes…Todo cupo esa noche para fijarla en la memoria y convertirla en un evento único, que era el deseo de los asistentes, los organizadores y ese par de estrellas galácticas isleñas incorporadas al cielo modernista del Palau.
Los dos Steinway de cola enfrentados hicieron las delicias de los músicos, que se descolgaron sin solución de continuidad con “Autumn Leaves”, “So What”, “Blue Rondo à la Turk”, “Song For My Father”, “Tropical Jam”, “Spain”, “Caribe”, “Joia” y mucho tumbao y no menos danzón y blues y mucha poesía y fuegos de artificio sin vacuidad. Puro juego y diversión. Entendimiento completo, muchas historias que contar y un par de bises con los que poner el colofón a una música sin fronteras. Hubo, desde luego, tratándose de Camilo y Mezquida, osadía, transitó por el filo, audacia para romper barreras y armas para salir airosos del empeño. Como ocurrió allá por 1997 cuando se fraguó el dúo Camilo-Tomatito, 2023 marca el paso para el turno de una nueva pareja universal, la que desde esa noche mágica en el escenario del Palau ya se muestra indisoluble, la formada por Michel Camilo y Marco Mezquida. Música para siempre. Música para el alma. Bastaron dos horas para el milagro, pero dos horas nunca son suficientes cuando la vida te sonríe. Somos insatisfechos perpetuos. Pero esta vez, con razón.