CAMILA NEBBIA, LEO GENOVESE & ALFRED VOGEL
Eyes to the Sun (Boomslang Records, 2024)
Alfred Vogel no para quieto. El austríaco lleva décadas dinamitando los cimientos del jazz vanguardista más heterodoxo, como batería excepcional y como motor y cerebro de Boomslang Records, sello inclasificable donde los haya y refugio de artistas poco dados a transitar caminos artísticos convencionales. En esta ocasión, su constante actividad colaborativa le ha llevado a sumar fuerzas con la brillante saxofonista, compositora y artista visual bonaerense Camila Nebbia. Los caminos de ambos ya se habían cruzado previamente compartiendo escenario, pero en esta ocasión su más que evidente compenetración artística queda plasmada en una sesión de grabación, completando la aventura con la incorporación de Leo Genovese. El pianista (y en esta ocasión también saxofonista) argentino es un veterano de sobra conocido en el universo del jazz contemporáneo, principalmente por sus colaboraciones con gente como Wayne Shorter, Joe Lovano, Jack DeJohnette o Esperanza Spalding; e incluso ha llegado a grabar, fuera del terreno del jazz, con los mismísimos The Mars Volta.
Si hubiera que establecer algún mínimo común denominador entre Leo Genovese, Camila Nebbia y Alfred Vogel sería quizás el del carácter escurridizo e inclasificable de su concepción de la música improvisada y libre, y Eyes to the Sun da buena cuenta de ello: un disco grabado, mezclado y masterizado en un sólo día en Buenos Aires; sin ensayos previos, sin rumbos trazados ni intenciones claras. El único plan: capturar una sesión de pura improvisación entre tres figuras difíciles de clasificar. El resultado, evidentemente, está a años luz del convencionalismo. Eyes to the sun es una tormenta de música desestructurada, ruidista y fragmentada, con el único objetivo de buscar en todo momento las posibilidades expresivas más extremas de la interacción entre pocos elementos. No hay respiro ni momentos para la calma, los más de cuarenta minutos (divididos en cuatro piezas, la más corta de las cuales supera los ocho minutos) que dura este disco dan forma a una neblina de notas inquietantes, ráfagas percusivas angulosas y furiosas, asonancias constantes y un caos general que roza la cacofonía. Salvo brevísimos momentos en los que la sutileza y el minimalismo le dan un tono más atmosférico o ambiental a la grabación (como en la misteriosa introducción de “Gint”), cada instrumento sigue su propio camino de desorden y estridencia, formando un collage sonoro caótico, arisco, cortante como una cuchilla de afeitar y, en muchos momentos y según esté de ánimo el oyente, exigente hasta el extremo. Conceptualmente, Eyes to the sun podría emparentarse con según qué experimentos de Merzbow, o con las vertientes más rudas de la Música Concreta, mientras que su sonido orgánico y acústico nos remite inevitablemente al free jazz más extremo.
Pese a que que han pasado ya muchas décadas desde que la Música Aleatoria de John Cage o, yendo aún más atrás en el tiempo, el propio Stockhausen, resultara rompedora (lo mismo ocurre con los viajes espaciales de Sun Ra o con las grabaciones seminales de Ornette Coleman o Albert Ayler), Eyes to the sun no se limita al ejercicio de estilo únicamente; pese a ser un disco en el que prima principalmente la estética, se trata de un trabajo que busca alcanzar una sonoridad concreta y explotarla hasta el extremo, y eso en sí mismo es interesante aunque sólo sea por desubrir cómo de lejos pueden llegar tres mentes tan heterodoxas como las de Nebbia, Genovese y Vogel cuando se ponen a trabajar juntas. Como ejercicio de tensión (y resistencia por parte del oyente), Eyes to the Sun funciona a la perfección.
Texto: Ricky Lavado
Noviembre 25, 2024