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HERY PAZ INTERVIEW

13

November, 2024

El pasado viernes 3 de febrero de 2024 tuve el privilegio de entrevistar a una destacada figura del jazz, el saxofonista tenor Hery Paz.  Nos reunimos en el hotel del festival de jazz de Oporto, de Porta-Jazz. Momentos antes de su esperado concierto en el festival junto al trompetista Nate Wooley y al baterista Tom Rainey para presentar su último proyecto River Creatures grabado el día anterior en Oporto por el sello de la asociación Carimbo Label.

Hablamos de sus proyectos, de su visión y aproximación musical hasta su historia personal.

In&OutJazz:  Es un placer verte de nuevo y poder entrevistarte. ¿Puedes explicarnos cómo surge la conexión con Porta-Jazz?

Hery Paz:  Sí o sea… En 2018, Javier Moreno montó una gira donde fuimos a tocar a EuroJazz y tocamos en América Central. Tocamos en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. A esa gira fue Marcos Cavaleiro y fue la primera vez que toqué con Marcos y la primera vez que toqué con Ernesto Jodos, el pianista argentino. Hicimos esa gira y nos conocimos de una y lo que pasó fue que Javi estaba tratando de traer el grupo a Madrid y traerlo a España y traerlo acá, y se hacía súper difícil traer a Jodos de Argentina. Entonces al final decidimos tratar de hacer un colectivo entre los tres, entre Marcos, Javier y yo, de música propia, o de improvisaciones de lo que fuera, ero que fuera un colectivo donde los tres aportamos composicionalmente a la identidad del grupo. Y así fue como vinimos y tocamos. Yo creo que uno de los primeros lugares en los que tocamos fue el sitio de Porta-Jazz, el espacio de ellos, que era un espacio que estaba al doblar la esquina. Tocamos ahí y no me acuerdo si esa vez grabamos ahí o grabamos después. Yo creo que grabamos la primera vez…No, la segunda vez creo que grabamos. Pero ahí nos conocimos. Yo por referencia de Francisco Mela y Leo Genovese, que son muy amigos de Demian Cabaud. Bueno, a mí ellos dos me dijeron cuando vine “tienes que encontrar a Demian y darle un abrazo de nuestra parte”. Yo tenía como quince abrazos que darle a Demian y es de esas relaciones también que son instantáneas. El momento que te conoces ya es como si te conocieras toda una vida. Compenetraciones musicales, relaciones de muchos tipos, etéreas que tenemos entre nosotros. Y eso lo viví así mientras más tiempo vine, desde el 2018 básicamente he venido todos los años menos el año de la pandemia. He ido desarrollando lazos fuertes, lazos prácticamente familiares con la gente de acá.

¿Con qué proyectos has venido?

Bueno vine básicamente, con el proyecto que venía por lo general, era con el proyecto de Javi y Marcos, con ese grupo que lo llamamos Vessel Trio. Que es como nave matriz en inglés. Javier fue el que le puso el nombre, es un nombre muy Javier Moreno.

¿Con qué otros proyectos has venido?

Bueno, pues mira, hubo otra vez que yo estaba en una residencia en Suiza y pase por acá que estaba haciendo como una gira Luis Nacht, el saxofonista argentino, y Sergio Wagner, que ahora viene a Nueva York y me voy a encontrar con él en marzo. Básicamente me pegué a la gira.  Todo el mundo “eh vamos, vamos” de hecho ayer Demian le mandó una foto de nosotros y dijo “ah tengo que estar ahí”. Entonces estuve una semana por aquí y ellos andaban de gira con un proyecto de ellos que creo que el baterista original no era Marcos…era Fermín Merlo, baterista argentino, buenísimo. Con Fermín tengo un insight que le di una frase muy cubana que se llama “mover los caracoles” que significa “hay que moverse, hay que gestionar, hay que hacer” y desde entonces entre él y el padre cada vez que nos escribimos nos escribimos “hay que mover los caracoles”. Pero Fermín fue el que grabó el disco de Luis y Fermín pero no pudo venir y Marcos fue el que hizo esa gira, entonces volvimos a tocar Marcos y yo en un contexto completamente diferente. Pero así ha sido a través del 2018 para acá es que se ha ido desarrollando la relación que tengo con este lugar tan lindo. Y sí, ya tengo familia acá.

Lo que vais a presentar hoy en el Festival de Porta-Jazz ¿es lo que habéis grabado ayer, sí?

Sí es interesante porque el primer disco del proyecto es el que va a salir ahora en Porta-Jazz. River Creatures es el disco que va a salir ahora. Porque el proyecto en realidad tiene desde octubre del 2021 y de hecho ese disco es un concierto en vivo que hicimos en un lugar en Brooklyn que es un lugar excepcional e hicimos un concierto y la calidad de grabación es muy buena en el sitio y como se prestaba para eso porque no tenemos bajo en el grupo también, entonces hay veces que es difícil amplificar el bajo en un lugar y que lo puedas grabar bien, entonces fue muy fácil grabar el proyecto como parte del interés inicial que era simplemente hacer un concierto y fue un primer encuentro.  Solo que ese disco es el resultado de nuestro primer encuentro. Después de eso hemos tocado, del 2021 para acá hemos tocado creo que cuatro o cinco veces juntos en Nueva York, pero sólo en Nueva York.  Pero ese fue el primer encuentro y fue súper espontáneo, fue un concierto en vivo. Yo traje dos temas míos que eran prácticamente sketches. Uno es casi más pintura que música lo que es escrito en el papel y era simplemente para tener algo que si existía la posibilidad lo tocáramos o no. Ayer mismo entramos en el estudio y lo que hicimos fue improvisar. No traje composiciones mías, no traje nada. Entramos en el estudio y bueno, entramos y salimos del estudio en dos horas y un poquito. Porque se grabó de una y si hicimos creo que tres tomas largas y tenemos cuatro, si no me equivoco, cinco tomas cortas, donde hay veces hacemos algunos dos entre nosotros. Pero hechas con el propósito corto de quizás después… eso suele pasar mucho cuando grabas música improvisada para poder opciones de cómo juntar un set y cómo hacer el arco composicional que se entienda. Hay veces que grabas desde una. Por ejemplo, el concierto inicial y el disco que sale ahora con Porta-Jazz es básicamente el concierto de arriba abajo, y yo hice cortes en los lugares donde hubo cierta pausa o hice un fade out en un momento para poder dividirlo en pedazos. Digamos que las composiciones mías si están separadas porque paramos y tocamos una composición, pero el resto fue seguido, probablemente una media hora seguida y después el par de composiciones mías para un set de aproximadamente creo que eran 50 minutos y lo que hay en el disco son 47 de sus 50.  Pero ese fue nuestro primer encuentro.

¿Cómo surge la banda?

Yo había tocado bastante con Tom Rainey en Nueva York, en diferentes formatos. Tocamos a dúo también, hemos hecho muchas cosas. A Nate Wooley lo conocía, tenía referencia de su música y lo había escuchado tocar, pero no había tenido la oportunidad de tocar con él. Pero Nate es muy cercano a alguien que es muy cercano a mí que es Joe Morris, el guitarrista. Y la idea de esta banda surgió en una conversación que yo tuve con Joe y estábamos hablando de cómo la gente que estamos en la música improvisada podemos catalogar diferentes escuelas y podemos catalogar diferentes formas de tocar dentro de esa música y cómo igual que la música del jazz tradicional tiene un linaje esta música de cierta forma lo tiene también. Y estábamos hablando y a mí se me ocurre, porque hay veces por cuestiones de articulación de cómo toca cada uno y qué puede hacer cada uno y dije que el sonido me gustaría es ver tocar a Tom y a Nate juntos, crear un contexto donde ese sea el caso porque vi ciertas relaciones entre ellos y en su forma de tocar.

¿Cuáles? ¿qué relaciones?

La principal es que son completamente impredecibles porque son verdaderamente libres, o sea las posibilidades están ahí para sorprenderte todo el tiempo y es algo que pasa constantemente en la banda. Esa es parte de la naturaleza de ellos como músicos y aparte tienen un bagaje enorme de conocimiento y una identidad increíble en lo que hacen. Entonces tú oyes una nota, yo oigo una nota de la trompeta de Nate y yo sé que es Nate, e igualmente pasa con Tom. Pero sí encontré ciertas relaciones puede ser una cuestión intuitiva de mi parte o lo que sea, pero sí hay cosas que son reconocibles para el oído de uno de esto… “esto es un buen noviazgo”. Quería crear la posibilidad de que se fuera el caso y dije “bueno hay que llamarlos para tocar”. Pero la idea inicial yo tuve esa conversación con Joe Morris y la idea inicial era que fuera un cuarteto.

¡Okey!

Cuando los llamé, llamé al cuarteto. Lo que pasa es que Joe estaba tocando en un festival de jazz en Chicago y yo no podía llegar y al final no hay nadie que lo pueda sustituir… En el concepto de este tipo de grupos y este tipo de música la gente es insustituible y eso es lo que crea el formato de grupo, porque esa es la idea con la originalidad de la persona y a la gente se llama por su identidad, no por un canon. No porque… el que llama a alguien para imponer un canon composicional tiene una agenda y creo que al final si tú no llamas a la gente por quién son y su identidad y lo que tienen, estás desperdiciando el talento

La creatividad, claro…

Entonces la idea era el cuarteto.  Joe no pudo venir y Joe se quedó consternado de que “me hubiera encantado ser parte de eso y la próxima lo hacemos”. Y al final le debo a Joe el hecho de que no llegó para que esto se convirtiera en un trío e hicimos el gig y fue conexión instantánea y hubo cosas… Yo conozco mucho la forma de tocar de Nate y hubo conexiones que me sorprendieron mucho. Tuvimos una relación, de eso hablamos un poco ayer, tuvimos una relación tocando y entrelazando líneas que fue muy especial. Yo creo que él se lo llevó también de momento y pasó varias veces dentro del disco y todavía ha pasado. De nuevo, hemos tocado y hay cosas que han ido evolucionando, pero hay factores que nos conectan que pueden de vez en cuando aparecer.

 ¿Como qué?

Esto que hablo de líneas, de tocar en líneas entre los dos. Estamos hablando de un grupo que no tiene bajo, donde los elementos melódicos si se pudiera decir, porque hay veces, podemos catalogar las cosas de esa forma, porque muchas veces hay veces que el contexto sonoro sale de lo que es también melodía y eso forma mucha parte de lo que hacemos también. Pero, conectamos muy bien con esas cosas y eso se me hizo…, me sorprendió porque no esperaba que quizás existiera esa conexión, aunque conocía su forma de tocar a través de los años. Así que tuvimos un buen primer encuentro como especiales son los primeros encuentros.  Nunca se hizo tentativo, pero sí definitivamente nos estábamos conociendo. Hay algo especial de este disco que no va a haber en el disco que grabamos ayer, que es que ya nos conocemos y seguimos explorando y seguimos sorprendiéndonos uno al otro y creando relaciones estrechas de formas de relacionarnos musicalmente. Y sí, siento que hay una evolución muy grande, o sea, si no sintiera que hubiera evolución, obviamente no hubiera grabado.

Una evolución en el trío, ¿sí?

Sí, sí, sí. En la sonoridad del grupo, en las posibilidades de cómo podemos interactuar. Y nunca hemos hablado de nada. La primera vez que hablamos de algo, y fue por el contexto en el que estábamos, que fue muy interesante para mí, fue el masterclass que hicimos en Lisboa hace dos días. Porque a nivel de grupo, tú cuentas con que… Nate decía algo interesante en el masterclass y es totalmente cierto. Dice, “uno quiere tocar y tener disponible todo lo que uno es hasta ese momento”.  Toda la trayectoria de cómo has llegado a ese lugar está presente. Y quieres que todo eso esté disponible. Hay veces cuando te estás enfocando en una forma específica de tocar por un tiempo, como que hay que hacerle un zoom in a esa forma, quedarse ahí un tiempo y explorar esas áreas. Después de tener el control de esas áreas, ya forman parte de tu paleta de pintura, de tu paleta musical para expresarte. Y ya entonces entras en un contexto mucho más libre. Y yo creo que este grupo y ellos, obviamente, experiencia les sobra. Entonces, hay un contexto de… Tenemos a nuestra disposición todo lo que somos hasta ahora. Y lo que no somos también, evidentemente. Pero sí, a nivel de grupo se ha ido desarrollando. Pero siempre me confirma el pensamiento inicial que tuve de que iba a ser especial hacer un grupo con ellos. Iba a poder yo también explorar una serie de cosas que hay veces no puedo explorar en otros contextos. Por ejemplo, en la misma semana que yo hice ese concierto y se grabó ese disco, yo grabé mi otro disco. Fueron en la misma semana y grabé Jardineros. Y eso era un contexto completamente diferente. Era prácticamente una obligación. Algo que me debía yo a mí mismo de poner mi forma de pensar, plasmar mi forma de pensar sobre cómo yo me siento como músico cubano y cómo me siento yo… No solo soy yo, comparto el sentimiento con muchas personas, creo también. Algunos que ni siquiera he hablado con ellos de esto, pero su música habla por sí sola, como David Virelles, comparto el sentimiento de Mela también, con el cual tengo una relación y toqué mucho. Y ese disco fue algo que hice para, era algo, una necesidad del alma, de expresar ciertas cosas que tenemos culturalmente y ciertas complejidades que tenemos como seres humanos, de una forma, la cual creo yo que es nueva. Es difícil encontrar, hay veces, músicos latinoamericanos en general que tengan ciertas visiones, que vayan a este lugar de vanguardia. Y hay suficientes músicos creativos y hay ingenuidad increíble dentro de los músicos latinoamericanos y creo que es importante resaltar que necesita más espacio. Necesita más espacio para eso desarrollarse. Todavía nos podemos contar en cuanto a la gente que está empujando música libre con esos ingredientes y con nuestra forma de ser, con nuestro acento, con nuestra forma de hablar, con nuestra historia musical también. Lo mismo desde un punto de vista de composición contemporánea cubana a música tradicional. Yo vengo del son y crecí con el son y la trova. Pero en la complejidad del ser humano está en que no necesariamente uno tiene que nacer en un lugar y la gente te generaliza por lo que vas a hacer. No tienes que nacer en un lugar y vivir con un güiro debajo de un brazo. Y todo está bien si ese es el caso, pero no fue mi necesidad ni la necesidad de muchos músicos creativos cubanos. Entonces yo grabé eso. Creo que fue un sábado o un domingo

Jardineros ¿verdad?

Con Mela y Román Díaz. Los dos son, más que músicos cubanos, son poetas cubanos. Porque lo que hacen es pura poesía. Hay una manera muy poética de tocar. Y eso fue el domingo, lo grabé. Y el próximo jueves hice un concierto en vivo con Nate y con Tom. Y ese concierto en vivo es el disco. Las dos cosas pasaron en la misma semana. Las dos cosas me empujaron hacia lugares diferentes. Me hicieron estar presente en circunstancias distintas. Y vi claramente el hecho de que son dos mundos que puedo desarrollar con estos músicos. Ambos mundos forman parte de mi personalidad y yo soy el factor que los conecta. Pero aprendí que eso es…forma parte…Esa es parte de mi identidad. Y otras cosas, otros grupos, otras cosas que se le van ocurriendo a uno también en el camino…y más.

Vale, ¿cuál es tu concepto sobre la música que haces, sobre la música improvisada, la música más libre?

La música improvisada para mí…, yo tuve la dicha, y esto fue otra sorpresa de mi vida, tuve la dicha de ir al conservatorio de New England, y lo obvio del conservatorio de New England cuando yo voy allí, es que estaban los mejores profes de saxofón prácticamente del mundo ahí. Y yo fui porque mi maestro en mi bachillerato, que fue Gary Campbell, que fue mi primer maestro de saxofón, porque yo no estudié el saxofón de forma formal, no tuve una formación académica en el saxofón en Cuba, o sea, yo lo que estudié en Cuba fue clarinete y flauta, fue lo que yo crecí tocando. Pero mi primer maestro de saxofón fue Gary Campbell, y Gary, después de yo estudiar unos años con él, me dijo, “mira, lo que tú has desarrollado, yo te he ayudado un montón, y siempre voy a poder enseñarte algo, pero ya tiene sentido de que te mande a manos de otra persona también, que es mi amigo”, y en este caso él se refería a Jerry Bergonzi. Y él me dijo “yo le voy a escribir a Jerry para decirle que le estoy mandando un hijo”, y eso creó ciertas expectativas también que eran un poco nerviosas para mí, porque ya yo llegaba y él sabía quién yo era, me llamó por nombre y apellido, y eso fue antes de hacer la audición, y yo decía “coño, que me juzguen por tocar, no por la recomendación”, y todo se dio súper bien. Tengo una relación entrañable con él, tuve una dicha de tener unos maestros increíbles. Lo tuve a él como maestro ahí, tuve a Miguel Zenón como maestro también, tuve a Donny McCaslin como maestro también, y tuve a John McNeil como maestro. Pero estas cosas eran predecibles, porque yo conocía la trayectoria musical de cada uno, y lo que pasa es que cuando yo llegué a NEC, al conservatorio en England, yo llegué con una formación jazzística tradicional muy buena. Yo hice escuela de jazz en este país, no hice escuela de jazz en mi país. Mi relación con el jazz nació viviendo en los Estados Unidos, porque yo en Cuba nunca pude escuchar lo que era el jazz. En mi casa había un radio, estaba el habla, mi padre es músico, así que yo sabía quién era Irakere, pero no había discos en casa, no había forma de yo tocar esa música. Yo crecí con el son en vivo. Crecí escuchando amigos de mi padre tocar, y esa era mi relación con la música. Por eso mi relación desde el punto de vista popular siempre ha sido muy oral, y nunca tuve un interés en el saxofón creciendo tampoco, nunca formó parte de algo que me interesara. Tenía suficiente con la flauta y con el clarinete, porque dentro del contexto tradicional donde me encontraba, sobre todo la flauta, era el instrumento que improvisaba, que tenía una historia de improvisación dentro de la música cubana, y yo soy un improvisador desde que nací de cierta forma. Pero el contexto musical en el que me encontraba era ese, pero no tenía nada que ver con el saxofón. Yo no vivía en La Habana, vivía en el interior de la isla, así que no tenía posibilidades ni de escuchar cierta música. Pero vengo a los Estados Unidos, estaba en Miami, y mi maestra de flauta vio que yo tenía habilidades de improvisar, y en un concurso de flautas, que gané tercer lugar, que estaba de jurado William Bennett, que era el primer flautista de la orquesta de Londres, se hizo como una pequeña jam session, y yo me subí a tocar, y me vi un flautista italiano que era parte del jurado, y el tipo me dijo, “mira, tú tocas flauta clásica muy bien, pero esto que tú haces, ninguno de nosotros lo podemos hacer, eso tú lo deberías desarrollar”. Y creo que mi maestra se quedó con esa nota, y me dijo después, estaba en el Miami Dade College, en Miami, y ella me dijo, “deberías ir a las clases de jazz, hay un maestro muy bueno”. Y esta persona se convirtió en un pilar fundamental en mi vida, es como un padre, es Mike Di Liddo, guitarrista y era el director, se acaba de retirar ahora, era el director del programa de jazz de Wolfson, del Miami Dade Wolfson. Y entré al programa por respeto a mi maestra, porque yo no conocía nada de jazz, y él de inmediato me dijo, era un programa muy chico, entonces me dijo, “tú eres lo más cercano que tenga un saxofonista, necesito que toques saxofón”. Y yo le dije, “no tengo un centavo para comprarme un saxofón, si me das un saxofón de la escuela, yo con gusto aprendo a tocarlo”. Y así me puso un tenor en la mano desde el principio, y me dio dos discos, los dos discos eran Saxophone Colossus, de Sonny Rollins, y Tenor Madness de Sonny Rollins, y Sonny me enamoró. Hasta la fecha, de hecho, ayer hablamos un montón de Sonny entre nosotros tres, y como hay cosas que, no hay nada que pueda mejorar eso de cierta forma en la vida. Pero eso se convirtió en una inspiración y una obsesión para mí, seguí estudios clásicos pero mi obsesión ya estaba ahí. Entonces, decidí en el próximo paso a nivel de estudios, de ingresar en una escuela y matricular ya como jazzista, y mi primer maestro de jazz en el saxofón fue entonces Gary Campbell. Gary me envía a estudiar con Jerry, y a través de la experiencia de estudiar con Jerry, estaba Miguel como parte de los maestros. Miguel Zenón y yo tenemos relaciones culturales obviamente. Yo no me he podido identificar muchas veces con ciertas cuestiones culturales de un país. Yo he podido asimilar la cultura de cierta forma, pero Miguel y yo tenemos raíces caribeñas, y podemos hablar de esto en un tono muy personal. Los tres, Jerry, Donny, Miguel, y también John McNeil, el trompetista, me demostraron que eran muy buenos maestros, porque veían por mis necesidades musicales, les importaba mi identidad. Nunca me trataron de imponer un sistema de estudio. Ya yo era un músico maduro y profesional, pero ellos supieron reconocer desde un principio que había algo especial en mí, y me lo decían, o sea, me cuidaban, y hasta la fecha tengo una relación con ellos increíble. A Miguel lo acabo de ver hace unos meses después de un año de no verlo, y yo le mandé el disco “Jardineros”, y lo había acabado de escuchar, y hablamos un poco de eso y tal. Jerry me llama constantemente. Jerry… se encuentra que yo grabé algo con alguien, él lo compra, lo escucha, y me escribe, y me dice, “oye, lo compré porque quiero oírte, quiero escuchar lo que estás haciendo, y por dónde va la cosa”. Y hablamos todo el tiempo, y Donny fue la primera persona que me recomendó para trabajar en Nueva York, y desde entonces siempre ha estado presente. Y son tipazos, y como ves, las tres identidades de estos maestros son completamente diferentes, y la mía también. Entonces hay algo por el culto a la originalidad, por verdaderamente dejar que la gente sea libre y que pueda expresarse la forma en que quiere expresarse. Y eso me dijo mucho de ellos y de su condición humana. Entonces, la sorpresa, eso no era necesariamente una sorpresa porque yo sabía que Jerry estaba ahí. Yo sabía que Miguel estaba ahí. Pero esa escuela viene con un bagaje histórico muy fuerte. Es el conservatorio más viejo de los Estados Unidos. Es la primera escuela que tuvo, aparte de un programa de jazz, un programa de improvisación contemporánea. Y todo empezó con el Third Stream, que eso era Ran Blake, el pianista. Eso fue una de las sorpresas más grandes que me llevé en NEC, porque Ran sigue vivo. Ya Ran tiene que tener ochenta y tantos años. Y no hay nadie más original en el piano, no hay nadie que acompañe mejor a un cantante, no hay nadie que conceptualmente tenga un entendimiento de la armonía como lo tiene él. Y eso fue una de las sorpresas que trajo en NEC. Otra sorpresa la viste anoche, que fue Bob Moses. Él fue mi maestro de ensemble también. Y tuve muchas oportunidades de tocar y hablar con él. Él fue la primera persona que me mencionó a Charles Brackeen, el primer saxofonista del trío de Motian. Y fue la persona que se encargó de cultivar ciertas cosas que yo no conocía, las puso por primera vez en mi plato. Y las puso precisamente sabiendo de que yo…, había algo en mí que iba en esa dirección también. Con Miguel me encontré con que él conoce todo, toda la música habida y por haber la conoce Miguel, Miguel es increíble. Miguel y yo empezamos a hablar, sobre todo al final de ser mi maestro, empezó a hablar en cuanto a mi dirección, empezó a hablar, “y a ti yo sé que te gusta esto, deberías explorar un poco más estas áreas”. Pero las sorpresas fueron, Ran Blake, alguien como Bob Moses fue parte del historial de la escuela, que los maestros de esa escuela incluyeron en un momento a Steve Lacey, el saxofonista, incluyeron a Paul Bley, el pianista, incluyeron a Jaki Byard, el pianista. Entonces hay algo en el agua ahí que es distinto. Y sí hay algo en el agua, en el agua del río, y yo soy criatura del río. Entonces ahí Joe Morris también, fue mi maestro de ensamble y ahora toco con él todo el tiempo, hemos grabado juntos, yo creo que como tres o cuatro discos hemos grabado juntos, y tenemos una relación muy cercana. Y Joe es uno de los guitarristas más originales de la historia, de la música. Joe es una entidad improvisadora increíble, y probablemente el mejor libro que existe, de cierta forma catalogando, y explicando, y articulando las diferentes formas que hay de interactuar dentro de esta música libre, es el libro de él, es el libro de él. el libro tiene el mejor nombre del mundo, se llama “La Frontera Perpetua”, The Perpetual Frontier.

¿Por qué ese nombre…?

Ese nombre, bueno, ya me estoy erizando de decirlo nada más, porque lo tiene todo ahí. Y Joe es una de estas personas que puede hablar de eso, y no todo el mundo puede hablar de eso, y no todo el mundo puede hablar. Mucho de esta música, hay cosas que hay veces es mejor no hablar entre músicos para que funcionen.

¿Puedes explicarme mejor eso?

Por ejemplo, si yo llego ayer al estudio, y yo puede que tenga ciertas ideas claras de dónde ir, composicionalmente y tal, y si ese fuera el caso quizás hubiera traído algunos sketches para hacerlo, pero con el calibre de músico del que estamos hablando, como tú ves por su identidad, y tú sabes, y tienes la confianza en todo lo que son hasta el día de hoy, todo lo que es su vida y su trayectoria, como decía Nate, es tocar todo lo que somos hasta hoy. Un buen compositor o un buen band leader lo que hace es que no obstruye el paso de eso, y hay veces con hablar se obstruye el paso de las cosas porque empiezas a definir cosas que muchas veces son indefinibles. Son cosas que son eternas. Entonces, Joe es una persona muy especial, y es la primera persona, y probablemente todos nosotros estamos prácticamente de acuerdo, los que lo conocemos, que es una de las únicas personas que lo articula de una forma práctica y genial, que todo el mundo puede entender de una forma u otra. Y ese libro lo recomiendo para todo el mundo. Ese libro a mí me cambió la vida. Y Ran Blake tiene un libro que se llama Primacy of the Year, que ese libro es su filosofía. Para el que no lo conoce, puede entender quién es Ran. Y es un libro básicamente dedicado a la memoria, a la memoria musical y formas de recordar, formas de aprender, es genial. Entonces, hay veces es mejor no hablar de las cosas, pero te encuentras a alguien como Joe que lo articula bien, y lo vive, y lo sientes en él también. Y por ahí, vienen todas las sorpresas que viví en NEC y que después viví en Nueva York, que eso fue…, fui encontrando cuestiones de mi identidad que siempre estaban ahí, y entonces las fui desarrollando. Yo creo que la música improvisada y la música y la música tradicional más buena que conozco es libre. Y la música improvisada más buena que conozco, la mayor parte del tiempo suena como si está, si hay algún tipo de orden en ese caos, existe como, prácticamente se crean formas de manera intuitiva, se crean arcos y cosas que normalmente encontramos en cualquier tipo. Es composición espontánea, eso es lo que estamos haciendo verdaderamente.

Sin partituras, ¿no?

Sí, o sea, podemos tener una interacción que es básicamente noise también, que viene desde una perspectiva sonora, que ya es independiente a la idea arcaica para mí también de solo juzgar a la música por tres patrones, rítmico, melódico y armónico, ¿sabes? Hay más, hay más en eso. Y el más hay que también desarrollarlo. Hay cosas que, eso no forma parte de la naturaleza cultural de la que vengo. Hay gente verdaderamente original en mi país, increíble, pero este contexto musical que abordo mucho con en este grupo no está necesariamente en las formaciones de nosotros y en los principios musicales de lo que manejamos, ¿ok? Hay que estudiarlo, hay que vivirlo, hay que identificarse con él y hay que conocer diferentes escuelas y el historial que tiene también. Creo que eso es muy importante. Para poder crear hay que conocer y para poder verdaderamente… Nada pasa tampoco en un vacuum, nada pasa en la nada, nada sale de la nada, todo tiene un origen. Ya sea de forma consciente o inconsciente, tenemos cosas, estamos hechos por pisos, o sea, estamos hechos de una manera en que hay una base, hay elementos que se van formando y elementos que de una forma u otra van dándote información y ángulos diferentes de cómo ver las cosas y cómo abordar o aprender de algo. Y para mí, tengo más de un ángulo en el cual puedo tratar de avanzar las tropas. Yo creo que, por lo general, o sea, nunca he creído en esta idea singular de… Yo creo que esto es una conversación ya que más pertenece a mi abuelo materno, que era la persona más original que he conocido en mi vida. Era un inventor y era un genio, verdaderamente. Con sexto grado, hacía amplificadores de tubo, hacía de todo. Y esa historia creó en mí. Mi padre es mi influencia musical y plástica, porque mi padre es pintor y es paisajista. Pero mi abuelo era un inventor y mi abuelo era un improvisador. Él no era músico, pero era un improvisador. Su forma de ver la vida, su forma de… Y esto es un estilo de vida, es una forma de ser. Es una forma de tomar riesgo, es una forma de cuando las cosas están cómodas, ponerte la piedra en el zapato para también llegar a otro sitio. Vivir con ese tipo de inquietudes y con ese tipo de curiosidad. Y la curiosidad sola no llega a ningún lugar. Hay que tener la tenacidad para seguir e ir al próximo paso de eso. Mi abuelo me dijo, yo tenía probablemente 13 años, y yo me pasaba mucho tiempo con él en el taller, en su tallercito. Y me dijo un día, dice, “vivimos en un tiempo donde la sociedad se ha encargado de pensar en el especialista”. Y el especialista es la persona, supuestamente, bueno, que si las 10.000 horas que te toman ser un profesional de algo, que eso al final yo no necesariamente lo creo, pero que te dediques a una cosa, que estudies una cosa, que tengas una carrera y que tengas un oficio que viene de esa carrera. Y es verdad que el mundo funciona en base a eso, de cierta forma. En los Estados Unidos también, desde un punto de vista de carrera, hay una forma donde la gente tiene las orejeras del caballo y solo ven hacia delante de una forma. Y se han perdido los seres estos del renacimiento, se ha perdido la gente que se embarraba en las manos de muchas formas, no de una sola. Y el que es especialista de una cosa, es ignorante de todas otras. Y en el caso mío, obviamente, las artes se convirtieron en algo que formaron parte de mi niñez por mi padre. Mi padre pintaba en casa. Mi padre tocaba guitarra. Yo aprendí a tocar guitarra desde los cuatro o cinco años. No funcionó nuestra relación de maestro, pero lo hice de forma autodidacta y yo tenía mi forma propia. De hecho, no funcionó porque mi papá tenía su método y yo le rompí el método. Porque yo quería hacer cosas ya fuera de lo que él me trataba de enseñar y ahí me dijo, mira, o hay que buscarte un maestro o nos las vamos arreglando en el camino de alguna forma. Entonces mi padre creó un ambiente propicio en casa y yo tenía un ambiente muy fértil en casa en cuanto a las artes. Entonces me desarrollé desde temprano en eso. No tengo un oído absoluto, pero tenía un relative pitch muy bueno, cantaba en tono antes de poder hablar. Y ahora veo que mi hijo viene por el mismo camino de cierta forma. Por lo menos hay indicios de eso. Pero mi viejo creó una situación propicia y mi relación con mi abuelo y mudarnos a vivir con mis abuelos a mis cinco años, creó que yo compartiera mucho con este individuo, Emilio Pírez Rivera, mi abuelo materno que me cambió la vida. El culto a la idea esta del profesional de una cosa le quita las posibilidades a los seres humanos de poder ver…, hay veces cosas desde un ángulo completamente diferente que van a ser propicias para tú entender algo. La verdadera inteligencia práctica, es poder, ¿qué pasa si rompemos el vaso? Bueno, se rompe el vaso, pero después, ¿qué podemos hacer con lo que hay ahí? Con lo que queda. Un vaso no puedes hacer de nuevo, pero tienes una serie de ingredientes. Entonces la mente empieza a trabajar. Y por una cuestión cultural y de necesidades que vivíamos en Cuba, nosotros teníamos que hacer eso todo el tiempo. Eso es algo que sí compartimos todos los músicos cubanos. La ingenuidad de la necesidad, que viene a través de la necesidad. Con poca información tienes que hacer maravillas. Y ahí es donde está la cosa. Mi abuelo me dice que es mejor conocer y hacer todo lo que haces en esta vida con seriedad. O sea, lo que estés haciendo, todo forma parte de tu práctica, de tu forma de practicar, de tu forma de desarrollarte como ser humano, y si lo haces de forma consciente, estás aprendiendo, estás utilizando información y estás buscando la manera de engranarla, hay veces de diferentes formas. Y para mí… por mucho tiempo la música como carrera absorbió mucho de mi tiempo. Yo llevé dos carreras clásicas. Yo llevé carrera clásica de flauta y clarinete al mismo tiempo. Y siempre me he complicado la vida un poco más. En cuanto a una cuestión de estudio. Dejé de pintar por un tiempo, porque solo me estaba dedicando a la música. Y por una promesa de mi padre, que me dijo “tienes que pintar, hay que pintar, hay que pintar”. Le dije “mira, voy a comprar un cuaderno, lo voy a tener conmigo para poder hacerlo en el tren, donde quiera que me encuentre”, porque tiempo no tengo. Y el tiempo se hace. Y hice el tiempo para eso. Y ahí coincidió con que yo estaba… yo ya me había cansado de escribir música en el software de la computadora, porque hay algo que crean estos programas que te quitan ciertas libertades. Hay veces desde un punto de vista armónico, por el catálogo armónico que tiene, o hay veces simplemente organizarlo de una forma que…tenga sentido visualmente. Hay veces es hasta muy difícil por la manera en que opera ese software. Y no hay nada mejor que la mano. Y yo tengo buenas manos. Porque pinto, tengo buena caligrafía también. Y hubo un tiempo donde me fascinó entonces empezar a estudiar caligrafías de compositores. Desde Stravinsky hasta Leo Brouwer. Ver la mano, de dónde, qué había ahí. Porque en la mano hay mucho personal que se pierde en un programa, porque todo en el programa luce igual. Desde un punto de vista musical puedes notar las diferencias, pero no desde un punto de vista gráfico. Y por naturaleza, todo lo que estaba haciendo en la pintura y en la plástica, que se fue desarrollando y desarrollando, empezó a entrar dentro de mi sistema composicional y mi sistema de práctica. Y tuve una necesidad de reevaluar mi sistema de práctica también. Que de muchas formas había empezado con una educación tradicional jazzística allí. Bueno, empezó de antes en Cuba con una educación clásica. Muy buena y la calle de Cuba también, en cuanto a la música popular. Pero después ya tenía una formación jazzística que fue a lo que le dediqué parte de mi vida allí en los EE. UU. Pero tenía una necesidad de cambio, porque si tú quieres un resultado diferente, si tú estás buscando algo diferente, tú no puedes mantener el mismo sistema de práctica. Porque no hay ajuste de ningún tipo y te vas a quedar en la misma rueda. La pintura me ayudó mucho. La pintura era liberante porque yo no tuve ningún tipo de formación académica y me sentía verdaderamente libre. Yo desecho probablemente un 30% de lo que hago. Lo quemo o lo boto, que mi esposa siempre, siempre me cae atrás. “No, por favor, no”. Y digo, “si no me habla, pinto encima o lo rompo”. Y después empecé a, después el cubano sale. Y lo que pasa con el cubano es que, a nosotros no nos gusta botar, no nos gusta desechar. Y lo que empecé fue a cortarlo y coleccionarlo como materia prima para hacer obras plásticas después, donde lo puedo incluir como collages también. Entonces ahora desperdicio menos. Pero yo creo que el ratio mío por lo general, o sea, es, mantengo un 70% por lo general, que es un ratio bastante bueno. No me puedo quejar. Mi ratio musical como compositor probablemente sea mucho más estricto. Y eso quizás habla de mis prejuicios también, en el proceso. Entonces el hecho de pintar me ayudó a ver las cosas de diferentes ángulos. Lo que hablaba de las tropas ahorita es una analogía que yo tengo de siempre para eso y es como, si tú tienes un solo oficio y una sola manera quizás de encarar la vida, es como que tienes un frente y solo te enfocas en eso, y te pierdes muchas cosas. A parte, cuando abordas diferentes frentes, ves la unidad que hay detrás de todas las cosas. En lugar de concebir todo de forma separada, ves que hay un mismo destino. Yo no los veo como oficios separados porque forman parte de mi identidad y aparte esto de tener diferentes frentes, ¿sabes? Si avanzamos las tropas solo en el medio tenemos un ángulo de cómo atacarlo y al final todos estamos simplemente tratando de llegar a un lugar que nunca vamos a llegar tan bien. Es simplemente empujar hasta tratar de llegar ahí y vivir el proceso. Pero si tienes diferentes ángulos en los cuales puedes mirarlo, puedes hacerle emboscadas por un lado que por lo general no podías por otro, ¿no? Entonces la pintura me ayuda con eso, la poesía me ayuda con eso. Yo he entendido la cultura cubana, yo he sanado muchas heridas culturales a través de la poesía y no de la poesía del canon de los tres poetas que la revolución se encargó de que nosotros leyéramos, sino los que empecé a conocer hace poco. Hay una poeta que se llama Reina María Rodríguez, esa mujer me cambió a mí la vida. Y es una artista cubana increíble, ella fue, en los años 90 fue el Pablo Neruda a la poesía internacional hispanoamericana y así se dio a conocer y hay una editora, tengo un libro de ella conmigo. Hay una editora de Alabama, de la Universidad de Alabama que empezó a publicar su obra y ella se encargó de que muchos poetas de los 70 y de los 80 que nunca fueron publicados por diversas razones, algunos de ellos también eran poetas que eran homosexuales y vivían un sistema de represión en la isla que no es secreto para nadie, o sea la película “Fresa y Chocolate” no pasó por gusto. Habían situaciones reales pasando que llevaron a que eso fuera la voz de lo que estaba pasando y hay toda una serie de poetas que nunca se publicaron, que ellos tuvieron que entre sí mismos, gente verdaderamente creativa y de vanguardia dentro de nuestro país. Nunca tuvieron oportunidad de publicar su obra y esta mujer se ha encargado de rescatar eso de muchas formas y ha hecho que incluso a muchos de ellos que ya fallecieron, esta universidad y esta editora le publique su poesía y es difícil para un muchacho crecer en un lugar, para un niño, para un adolescente crecer en un lugar y solo tener ciertos pilares de ejemplo. Y los pilares que tienes de ejemplo son geniales, pero el nivel de posibilidades de lo que puedes hacer está limitado porque solo tienes lo que es público, solo tienes a tu acceso lo que alguien decida que tengas a tu acceso. Esta mujer, Reina María, hizo una clínica en Tufts University hace mucho tiempo y yo creo que estaba o no sé si está todavía en YouTube y después de conocer su obra un poco la escuché hablar y habló mucho de poetas, de gente de su generación que nadie conoce y había uno que era un poeta, que era un baterista, ahora el nombre es de cierta forma irrelevante porque considero que esta persona le da voz probablemente a mucha gente en Cuba. El tipo se iba a los cañaverales y llevaba la batería a los cañaverales para tocar con los trabajadores mientras trabajaban. Yo pienso en eso y yo digo, ¿por qué razón la gente o un joven no sabe que hay alguien así dentro de su propia tierra?, que lo puede inspirar, que le da una oportunidad de analizar la vida de una forma diferente. Y la poesía fue sanador para mí y toda esta serie de escritores y poetas mediante esta mujer hermosa, o sea, diciendo y hablando de ellos y en una clínica o masterclass donde le están preguntando de ella, exponiendo a todos sus peers y gente que nunca nadie habló de ellos. Para mí eso fue genial y me dio esperanzas. También como cubano, como artista cubano, me dio esperanza en un futuro también y eso también me mueve a hacer más, me mueve a hacer más y crea cierto tipo de responsabilidades en lo que hago y cierto tipo de seriedad también en lo que hago en cuanto a empujar y alguien, alguien tiene que tomar riesgo también. Y he tenido la oportunidad también que muchos músicos jóvenes cubanos por cuestiones de las redes conocí a muchachos que son fascinantes, que son muy buenos. Uno de ellos es Israel Figueredo, que está ahora en Madrid. Israel me sigue a mí desde que estaba en Cuba y tienes a muchachos que se gastan lo que en Cuba en realidad es un dineral por pagar una hora de wifi para bajar un video tuyo. Y claro, me vienen y me dicen, la primera vez que se pusieron en contacto conmigo muchos de estos muchachos, yo les decía, pero hay todo un mundo. Yo lo que te puedo decir es lo que yo estoy escuchando, como lo mío era, no me escuches a mí, escucha a la gente que yo escucho, que es el origen de esto. Y después empecé a entender que empiezan las partes sentimentales, porque ellos se ven en mí, así de simple. Ellos ven que yo tengo una oportunidad de hacer lo que yo quiero, como yo quiero y de poner de cierta manera, exponer mi cultura de una manera compleja y de otra forma y se inspiran por eso. Hay otro muchacho, un tercero que está en Berkeley también, que vale mencionar, que se llama Marcos…el nombre, el apellido se me escapa porque soy terrible para los nombres, pero ese muchacho también es un tipo genial que está buscando con mucho interés y chequeando los vídeos de YouTube. Y a mí se me hacía un concepto demasiado abstracto, porque cuando yo me fui de Cuba, el internet no existía. Pero a mí me hubiese gustado tener esas cosas. Y ese tipo de tener, ese tipo de inspiración, tener este concepto de un cubano también que puede ser diferente y puede tener otros gustos, me hubiera hecho sentir más en casa, creciendo. Y yo los encontré en mi casa, que era mi padre y era mi abuelo. Y ellos se convirtieron en los pilares de mi filosofía y de cómo yo abordo las cosas. Entonces, para mí yo crecí con todo al mismo tiempo. Crecí con la música, crecí con la poesía. Mi papá escribe algo de poesía, también escribe canciones. Y todos esos elementos se han convertido en una forma de avanzar las tropas. Se ha convertido en una forma de, desde diferentes ángulos, tratar de ponerme algo entre manos que sea, o sea, incómodo, difícil también para poder aprender algo nuevo. Lo de ayer que se grabó fue libre. Pero yo llevo rato, tengo como diez poemas escritos que son ideas, entre poemas e ideas gráficas, porque están, lo manipulé de una forma, las palabras de una forma donde se ve algo gráfico que puedes apreciar, ¿no? Y yo pensé por un instante traer esos poemas y buscar alguna manera, de crear un contexto donde ellos pudieran, donde pudiéramos tocar eso. Y eso va a pasar. No sé cuándo, no sé cómo, o con quién tampoco, porque le estoy buscando un lugar, pero prácticamente estaremos tocando poesía. Y una manera de relacionar la poesía con los sonidos de una forma u otra. Pero sí, el nombre del grupo parte de un poema. La composición que nombra el grupo, que es la última composición del disco, fue la que nombró el disco. O sea, la poesía estuvo antes del gráfico, de la música, y por último el grupo y el disco. Y se convirtió en esto. Se amplificó a esa idea y partió de un lugar donde nunca hubiera llegado si no parto de la poesía. Entonces, eso me reafirma el hecho de que, sí, hay que buscar diferentes ángulos y tengo la facilidad y nací con ello, así que hay que utilizarlo. Forman parte de mi identidad, por eso no me gusta cuando la gente dice, “eres versátil”. No, o sea, somos individuos complejos y tenemos diferentes cosas para expresar. En el disco de “Jardineros” hay un poema mío y hay un poema de Román. Hay un poema en el medio, El Real de las Palmas, es un poema que me dedica a mí, Román. Y habla de mi pueblo, habla de mi región, habla de su visión de quién soy yo y de otras cosas místicas también. Pero es su filosofía y es, para mí, es probablemente uno de los mayores exponentes de la poesía. Para mí, es probablemente uno de los mayores exponentes de la poesía afrocubana que existe en todas las épocas. Es decir, conociendo la obra de Virelles, lo has escuchado y sabes lo que hay también, porque esa es su identidad. Y Román es una identidad cultural. Entonces, el último poema es un poema mío. Y ese sí es un poema con rima que le hago a mi tierra como un canto. Y es un canto a mi familia. O sea, es mi historia. Y es el último tema del disco. El último tema del disco que se llama “Barrio del Hobo”, que es el barrio donde crecí. Es una historia de mis ancestros. El poema te lo puedo facilitar de forma escrita también para que lo tengas. Los dos, el de River Creatures y el del “Barrio del Hobo”, te los puedo dar. Yo no puedo hacer justicia. Hay veces necesito más leerlo que decirlo. Aunque hace poco se lo canté a Román de nuevo y se lo canté a la gente con la que estaba en el teatro, que son de mi tierra. Pero esa es la forma en que yo vivo mi vida. Vivo mi vida de una forma donde cualquier ángulo que yo pueda tener para crear pequeños sistemas que me ayuden a trascender algunas cosas, a resolver estos problemas prácticos que encontramos en la música o que encontramos como improvisadores, para avanzar en áreas donde tenemos intereses. Sabemos identificar que forman parte de nuestra identidad, pero no conocemos tan a fondo y bueno, me gustaría crear un contexto donde yo pueda explorar estas cosas verdaderamente para ganar más conocimiento sobre ellas, poder desarrollarlas, poder que eso siga formando una parte de mí y poder llevar eso a una complejidad y una profundidad donde verdaderamente me pueda expresar. Ahí es donde está. Y si es la poesía, venga poesía. Puedo trabajar carpintería también y considero que me va a hacer lo mismo probablemente. Pero mi abuelo era así. Mi padre era florero, cortador de cañas, guitarrista, trompetista también, y compositor y poeta, en cierta forma. Para mí, forma parte de un elemento, ese elemento soy yo. Independientes no son diferentes oficios para mí. Todos, los abordo con la misma seriedad, y todos me enseñan a ser un poco más libre, me enseñan a… el cubano no puede ser serio del todo, es parte de la naturaleza caribeña. Tenemos que tener eso, tiene que haber ese sabor, tiene que haber ese azúcar, por algún lado tiene que estar. Y eso forma también parte de nuestra identidad, la parte de la picardía, partes que vienen de la chispa que tenemos por naturaleza, por esos ingredientes que se juntaron ahí. Eso ayuda a tirar las cosas a veces a jarana, y a verdaderamente poder liberarte y salir de un contexto. Aunque empieces algo con un contexto serio, siempre es bueno relajarlo para que salga de forma natural. Aunque sean cuestiones profundas las que hablemos, aunque sean cuestiones profundas las que toquemos. Y de eso todo el mundo puede aprender de los brasileños. Los brasileños viven una vida ejemplar desde un punto de vista musical, y la vibra que hay, lo que se respira, la música tiene un tono de felicidad. Por otro lado, soy enfermo del flamenco. Y para mí, mi mayor influencia sonora en el saxofón probablemente va a ser siempre el tono de voz de Camarón de la Isla. Y conozco el flamenco a fondo, conozco otros cantadores, pero hay algo ahí que me mueve la fibra. O sea, yo tengo pendiente, yo tengo pendiente ir a Cádiz y besar ese lugar. Y tengo pendiente llorar a los pies de él. Porque mi padre fue el que me lo presentó desde un punto de vista musical. Y cuando yo encontré eso, forma parte casi de mi identidad esa entrega de que hay que cantar, hay que tocar como si fuera el último día de la vida. No se puede, no hay otro, no hay otro momento. Nadie sabe qué es lo que pasa mañana y a nadie nos importa. Es vivir ese momento. Entonces, mi referencia sonora. Muchas veces… de hecho yo tuve una conversación con Liebman interesante porque él me dice “yo escucho mucho Albert Ayler dentro de tu forma de tocar”. Y yo le dije, “¿sabes qué?, entiendo desde qué ángulo lo estás viendo, pero parte de la relación pasional que yo tengo con el sonido y cómo me relaciono con el grito, viene de otro lugar”. Y viene del flamenco. Viene de ahí. Con Javier pude explorar ciertas cosas. Javier Moreno le escribió un tema en su disco a su amigo Ricardo Moreno. Y yo canté eso. Yo no lo toqué, yo lo canté. Mi relación estaba ahí siempre con eso. Y mi relación para con el sonido desde ese punto de vista. Tengo más cosas que influencia en el sonido que tengo, pero esa es una de las principales. Y yo, si no estoy escuchando nada, lo que yo escucho es Camarón. La mayor parte del tiempo lo que estoy escuchando es eso. Mucho de mi… ahora, por ejemplo, empecé a escuchar un poco más de música cubana, como nos involucramos en esto del Off-Broadway del Buena Vista. Pero igual fue de forma oral, porque estábamos entre músicos y era… las sesiones de la cocina eran geniales, porque lo mismo se armaba una rumba que una sesión de trova. Y era aprendiendo, absorbiendo estas cosas que estos veteranos también tienen. Y esta originalidad y flexibilidad que tienen, ¿no? Pero eso pasa de forma oral. Y eso forma parte de mi identidad rica. Forma parte de mi identidad rítmica. Forma parte de otras cosas. Pero el sonido del saxofón, como también no toqué saxofón en Cuba. Lo aprendí fuera de la isla. No estuvo influenciado por nada de la isla, mi visión sonora. Claro, mi identidad siempre va a estar detrás de tocar el instrumento. Pero, Camarón… Si yo sé el día en que yo me voy a morir, así de simple. Yo sé que voy a escuchar. Si yo supiera… cuando me voy… yo me voy con Camarón. De una me voy.

¿Qué tema suyo sería el tema con el que te irías?

 Me es difícil, pero pudiera decir hasta con qué me quisiera ir, hay veces. “Nana niño, nana”, está ahí, ahí está. Hay mucho, hay mucho que me encanta, pero eso me mueve las fibras de una forma en que… y yo creo que hay una relación cubana con eso muy fuerte también. O sea, tenemos, todos lo respiramos de una forma u otra y…, yo creo que no hay cubano que escuche eso y no se le mueva una fibra. Mientras que hay otras culturas que son quizás un poco menos melodramáticas que la nuestra, que no tienen el corazón así a flor de piel, que quizás para ellos es, bueno, es un poco operático. Y viene de alguien que me empezó a gustar la ópera hace poco. Pero el flamenco me gusta de siempre, desde que mi viejo me lo presentó. Y mi concepto sonoro en el saxofón, parte del concepto más oral de tocar el saxofón, viene mucho. Y ahí.

Muchísimas gracias por este momento y tus palabras.

November 13, 2024

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