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JOANA SÁ

A Body as Listening (Clean Feed)

28

Diciembe, 2024

El retorno en solitario de la consagrada pianista portuguesa Joana Sá ha tardado once años en llegar (desde el ya lejano Elogio da Desordem, de 2013), y no sólo cierra una trilogía comenzada con Through this Looking Glass (2010); sino que se trata, además, del proyecto más ambicioso y personal dentro de la extensísima y polifacética carrera de la siempre sorprendente creadora lusa.

Artista escurridiza e inquieta donde las haya, Joana Sá lleva ya muchos años transitando terrenos creativos alejados de lo convencional, con espíritu multidisciplinar y embarcada en una búsqueda continua de interacciones entre disciplinas estéticas que abarcan la experimentación audiovisual y la sinergia entre diferentes artistas del terreno del arte contemporáneo y la música de vanguardia. Pianista de formación, el trabajo de Joana Sà se desarrolla en el plano de las ideas y los conceptos; su búsqueda le lleva a investigar las texturas, los ambientes abstractos y las reacciones sensoriales al sonido, más allá de conceptos como forma o armonía. Redoblando ese componente intelectual y teórico tan presente en su trabajo, el nuevo disco de la portuguesa es una parte (la musical) de un proyecto fragmentado y amplio compuesto por diferentes elementos independientes pero relacionados, que incluyen un libro, una instalación virtual y diversas performances de lectura. En palabras de Joana Sá, su nuevo trabajo es una “cartografía resonante de (in)materialidades musicales”, y es de suponer que para abarcar el pleno significado y la intención final de un proyecto así de ambicioso habría que sumergirse en las diferentes dimensiones multidisciplinares que lo forman, pero aquí vamos a centrarnos en su dimensión musical; un disco que lleva por título A Body as Listening, publicado (como no) por el incombustible sello Clean Feed.

A Body as Listening es un trabajo que sumerge al oyente en un mar de quietud y calma, abstracto en todo momento y formado por composiciones que parecen suspendidas en el tiempo, huyendo de estructuras concretas y centradas en una búsqueda constante de lo sensorial.

A Body as Listening suena fantasmal, lejano de lo cerebral y teñido en todo momento por una sensación de libertad y de improvisación libre por terrenos creativos donde las resonancias, las vibraciones y las ambientaciones feéricas toman el protagonismo. No hay elementos disruptivos ni cambios de rumbo a lo largo de los 35 minutos de duración de A Body as Listening; Joana Sá está dotada de una habilidad sutil y precisa para que su música avance de forma orgánica y natural, como una neblina llena de misterio cuya densidad se construye con un número mínimo de elementos, y esa es una de las características más interesantes y envolventes del disco. El vacío, los silencios y el sonido limpio de un piano cristalino de carácter clásico y minimalista conviven con un uso sutil e inteligente de elementos electrónicos centrados en la creación de texturas. En un juego delicado de tensiones continuas, el carácter casi industrial y paisajístico de los ambientes oscuros y extraños creados a partir de la manipulación del sonido se contraponen con la belleza frágil y emocional del piano de la portuguesa, otorgando al disco un matiz experimental que podría llegar a emparentarlo con los ejercicios de investigación ambient de Loscil o incluso a los míticos Disintegration Loops de William Basinski.

La reverberación, la superposición sutil de texturas, el uso puntual de voces de fondo con aires pesadillescos y la elegancia constante del piano convierten este trabajo de Joana Sá en un viaje tan extraño como adictivo, que resulta más enriquecedor con cada nueva escucha. No es música para cualquier momento, y requiere de un estado de ánimo y una predisposición especial por parte del oyente para ser disfrutada de forma profunda, pero desde luego es un ejercicio que vale la pena experimentar.

Texto: Ricky Lavado

Diciembre 28, 2024

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