
Alaín Pérez Entrevista
ALAÍN PÉREZ ENTREVISTA
12
Mayo, 2025
Entrevista exclusiva a Alain Pérez antes del lanzamiento de Bingo, su nuevo álbum.
«Es mi mejor disco»
Texto y Fotos: Daniel Glückmann

Al llegar a la cita con Alain Pérez, cantante, multi-instrumentista y figura global de la musica popular bailable cubana y de latin jazz, creí que estaba en una escena de El Eternauta. La nevada de polen que estaba cayendo no tenía nada que envidiar a la que, en la nueva serie argentina de Netflix, anticipa mortalmente una invasión de extraterrestres. Por suerte, esta vez eran sólo los plataneros de Madrid que tanta ilusión nos provocan al ejército de alérgicos formado, entre muchos otros, por el musico y el periodista.
A punto de terminar el montaje de su nuevo álbum, Bingo, que sale a finales de mayo y en medio de su gira europea con su banda La Orquesta (toca en la Sala Villanos el 15 y 16 de este mes de mayo), Alain recibe a In&OutJazz Magazine en el ático de un compadre suyo. Aunque vivió en Madrid muchos años y España siempre será se segunda casa, lo vendió todo antes de regresar a vivir a Cuba con su familia en 2017, un traslado a la inversa del que hacen la mayoría de los músicos de la isla. Pero ya entraremos en eso más adelante.
Su coleta casi le llega a la cintura. Se la dejó cuando fue a estudiar a la Escuela Nacional de Arte (ENA) de La Habana porque los artistas llevan el pelo largo, según le dijo un primo suyo. Hoy la lleva lisa, sin la trenza con la que casi siempre aparece en sus conciertos. La cita con su ingeniero de Miami para terminar de ajustar online un par de temas de su próximo disco era a la misma hora pero no duda en avisarle que será un poco más tarde. Olvida el tema, exhibe su calidez y se vuelca en la conversación.
In&OutJazz: Según Spotify, desde el año 2020 Alain Pérez está en 93 grabaciones, 93 diferentes discos, no temas! ¿De dónde has sacado tanta música en estos últimos años?
Alain Pérez: (Sorprendido) Noventa y tres? Bueno, no son 93 producciones personales, muchas son colaboraciones y discos de diferentes géneros porque es imposible escribir tantos libros, tantas canciones. Sería el Quijote de las canciones. La verdad que sí me sorprende que esté en tantos discos, ¿porque son discos, no?
Lo son.
Es la música la que hace todo ya que a veces uno está agotado y no tiene la magia o la inspiración. Pero aun así, trato de hacer las colaboraciones con gente que me gusta, con gente que me motiva. La música es la que me levanta. Una vez que estoy en el escenario, ahí aparece el duende, el espíritu, el del más allá y también el del más aquí.
¿Tu liderazgo dentro de la música cubana actual viene acompañado de mucha responsabilidad?
La responsabilidad es con mantener el respeto hacia la música, tener una mirada honesta, una mirada sincera y evolucionar, por supuesto, pero con respeto al legado que he recibido de mis ancestros y sin olvidar a las nuevas generaciones. Ahora mismo soy un espejo para ellos. No dedico a la educación un tiempo fijo pero sí que doy muchas clases en escuelas y en conservatorios en todo el mundo sin olvidar que tengo una orquesta con músicos muy jóvenes a los que también enseño cada día.
Tu música es muy detallista y elaborada. Cada elemento tiene un sentido. Supongo que transmitir ese concepto a los jóvenes de tu banda ¿será también un esfuerzo didáctico importante, no?
Gracias por decirlo, porque a veces en estos tiempos tan superficiales encontrarse a gente que valore eso es muy gratificante. La música es cada vez más exigente. La dinámica de las canciones las tengo yo súper conceptualizada, de una forma casi exacta como un director de música clásica.
Estudiaste guitarra en la ENA, cantas, eres percusionista, bailas pero tu instrumento de cabecera es el bajo eléctrico. ¿Por qué el bajo es un instrumento tan especial?
Yo muchas veces voy al estudio y hago la canción a partir del bajo. Sí, como los funqueros, como los negros que de un groove hacían una canción. El bajo, indiscutiblemente, es el alma, el corazón de cualquier música. El bajo se apodera incondicionalmente del liderazgo, de la voz, del ritmo, de la energía. Es increíble eso.
Has dicho muchas veces que España es tu segunda casa y los que llevamos tiempo por aquí te hemos visto tocando en mil lugares. ¿Qué impacto ha tenido España en tu música?
Yo llegué aquí muy joven, con 20, 21 años (hoy tiene 48), haciéndome hombre y la sociedad española ha cambiado mucho desde entonces para bien. El mestizaje está ahora más acentuado y se manifiesta también en la cultura y en el crecimiento de los músicos. Los músicos españoles han crecido increíblemente, y me considero un poco parte de ese movimiento, al lado de Jerry González, de Enrique Morente, de las noches del Café Berlín. Pero el mayor impacto que yo he sentido, y que cambió mi vida para siempre, fue el flamenco. Pude conocerlo de frente. Empezar a vivir con los flamencos y con los gitanos fue algo increíble. Mi primer mentor fue Enrique Morente y así crecí, de la mano de Niño Josele, de Javier Limón, de El Piraña, de El Paquete, que son, tú sabes, referentes muy grandes de esta música. Ellos a su vez, también se iban alimentando de lo que traíamos nosotros, de la mano de Jerry, de Caramelo, de la rumba cubana, y eso fue tan bonito que yo creo que ha cambiado el sonido de la música de España para siempre. Todo el mundo está influenciado ahora mismo por la música cubana, más que nunca. Si hasta tuve la bendición de tocar con Paco de Lucía….
¿Cómo era hacer música con el genio?
¡Diez años trabajé con él! Paco era un gran virtuoso, pero era sobre todo un profundo. Era capaz de tocar tres notas de una manera que nadie ha tocado con ese alma. Paco para mí era como un maestro, un sabio, del que yo estaba siempre pendiente para ver qué decía. Me tenía enganchado y me gustaba como él escapaba siempre del personaje famoso de Paco de Lucía. Nunca iba de famoso ni de estrella sino que era más humilde que nosotros y tenía como un peso animal, como si fuera un toro. Venía con una energía que pesaba.
Un poco como tú, ¿no?
[Ríe] A lo mejor con los años.Otro personaje fundamental del latín jazz en España con el que tocaste tantas veces era Jerry González. ¿Qué te dejó haber hecho música con él?
Jerry era entrañable. Lo único que quería era música. Era increíble, altruista, muy talentoso y no tenía ambición material alguna. Todo era vivir para la música. Era un tipo súper honesto en todos los sentidos que vivía para su trompeta y sus congas. Tenía ese desenfado, de decir, mira, yo soy así, lo tomas o lo dejas. Todo esto fue una enseñanza muy importante para mí.


Alain Pérez nació en el pueblo azucarero de Manaca Iznaga, cerca de Trinidad y a los 9 añitos ya se fue a vivir a Cienfuegos a casa del director de un grupo llamado Cielito Lindo donde, siendo tan pequeño, inició su carrera. Luego vino la ENA, la famosa escuela de musica de La Habana donde se graduó en guitarra al tiempo que empezaron a llegar las palabras mayores de la mano del eterno Chucho Valdés en Irakere y del fantástico músico Isaac Delgado. Su primer álbum El Desafío ya lo grabó en España en 2001 y aquí se quedó hasta que en 2017 decidió volver a su tierra donde ahora es uno de los mayores referentes de la musica popular, sobre todo como cantante. Ya Paco de Lucía me decía, tu terminarás cantando…, recuerda.
Pocos músicos que emprenden el camino de vuelta a Cuba en un momento en que el país está pasando por momentos tan difíciles. ¿Cómo fue que decidiste volver y cómo estás allí?
Yo regresé a Cuba por la música pero si no hubiera encontrado una buena escuela para mis 2 hijas no regreso (estudian en la escuela española de La Habana). Curiosamente, cuando me vine a España me traje a mi familia y ahora yo me volví y ellos se quedaron aquí. Es increíble, ¿no? Luego, cuando empiezo a presentar mi musica en Cuba, el cariño y la energía de la gente me envuelve, me atrapa de una manera que no puedo evitar. Vuelves al patio de tu casa, te quitas los zapatos y dices, yo estoy jodido pero estoy en el patio de mi casa, ¿tú me entiendes? Esa conexión, ese compartir con los tuyos es lo que me inspira y me mantiene allí. Un poco como ocurre en el mundo del flamenco. Sin embargo la situación allí es terrible y aunque siempre hay que tener esperanza, yo me miro en el prójimo. No puedo ser indiferente a eso y yo canto también para ese pueblo que está jodido, para ser un instrumento de alegría para ellos.
Y en Cuba tu música explota…
Yo ya venía creciendo y era como un volcán a punto de estallar. Digamos que después de toda mi experiencia anterior, imagina que hasta hice arreglos para Celia Cruz, ya estaba formado. El vino ya estaba bueno para empezarlo a tomar.
Además de tu trabajo con La Orquesta mantienes un quinteto de latín jazz y un trio más flamenco. ¿Qué papel juegan para ti estos otros palos?
Es parte del abanico de Alain. Siempre me fui moviendo en diferentes estilos manejando la musica con libertad. Poder tocar un poco de jazz me mantiene exigido. La musica popular tiene limites y el jazz es una musica que me aporta mucha libertad.
Casi se puede decir que vas a acabar la producción de tu nuevo álbum justo después de esta charla. Háblanos un poco de él.
El disco lleva como nombre Bingo. ¡Sonó la campana, pum! Desde que Dios me escogió para este camino, sonó la campana en mi vida. Creo que Bingo es mi mejor disco. Llega en un momento de madurez, de acercarme más a la música para repartir alegría, de abrazar. Llega para decirle a la gente joven que sí se puede. Hoy es todo cada vez más crudo, más metálico, con la gente mirando números. Pero la música no es así. La música es muy barata, va por otro lado.
En cuanto al sonido, Bingo viene reafirmando el de los últimos álbumes que estoy haciendo en Cuba. Está basado en el color de ADN y en el Cuento de la Buena Pipa. Tiene composiciones de mi padre Gradelio, otras que hicimos con mi hermano Rainer y también Antonio Gómez Gil. Con estos compositores es como si jugáramos al dominó. Ya hemos jugado otras veces y siempre la hemos pasado muy bien.
Junto a su coleta, Alain Pérez es también conocido por otro fetiche, su bastón, un homenaje a Beni More, a esa elegancia, a mantener los pies en la tierra, a estar firme también con el pasado.
Le dejo recostado en el sofá antes de que se ponga los cascos para conectarse con el estudio de Miami y terminar de cantar Bingo, su nuevo paquete concentrado de energía y pasión por la música. Ojalá que nunca se corte la coleta.
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