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SUMRRÁ ENTREVISTA

25º Aniversario

10

Junio, 2025

 

Texto y entrevista: Begoña Villalobos

Fotos: Miguel Estima

 

Desde In&OutJazz hemos tenido el enorme placer de acompañar al trío Sumrrá de Xacobe Martínez Antelo, Manuel Gutiérrez y L.A.R. Legido, en la celebración de sus 25 años de música en Galicia. Disfrutamos de un doble concierto que nos llevó primero al Teatro Colón de A Coruña, y luego a un lugar muy especial para la banda, su casa de los domingos, la Casa das Crechas en Santiago de Compostela. Escuchar a Sumrrá en casa, rodeados de su gente, fue todo un lujo. Además, tuvimos la suerte de pasar unos días con el grupo, compartiendo charlas, risas y momentos únicos que nos permitieron conocer más de cerca su forma de entender la música. También aprovechamos para entrevistarlos, y lo que nos contaron es tan inspirador como su música: compromiso, libertad creativa y una amistad que se nota en cada nota que tocan.

Escucha el Podcast completo aquí!!!!

In&OutJazz: Enhorabuena por los 25 años. Vamos a hacer siete preguntas.

Xacobe: Una por disco.

Una por disco, eso es. O sea, la primera es… A ver, ¿cómo surge el trío y cómo se mantiene durante 25 años?

Manuel: Surgió tocando juntos en unas jam sessions que había alrededor del año 2000. No sé muy exactamente la época y tal, pero bueno, alrededor de ese año. Y en un club de aquí de Santiago que se llamaba Dado Dadá, porque ya no existe. Entonces, bueno, entre otros, Xacobe organizaba allí unas jam sessions. Y bueno, cuando tocábamos los tres juntos parecía que sonaba de una forma un poco especial, entonces poco a poco se fue cuajando. Y bueno, un día Xacobe propuso que quedáramos. Yo creo recordar que propuse que, si quedábamos, tenía que ser para algo y no solo para tocar y tal, y por ahí fue empezando la cosa.

Xacobe: Sí. Eso es cómo empezamos. En cuanto a cómo nos 25 mantenemos años. Dale tú.

L.A.R.: No sé, pues…

Manuel: Bueno, nos mantenemos jóvenes por lo menos.

L.A.R.: Bueno, no sé. Supongo que entre los tres hay algo que hace que nos respetemos un poco entre los tres. Bueno, la verdad es que no lo sé. Porque es muy difícil, sí.

Manuel: No, pero puede que tengas razón con lo del respeto, ¿no?

Xacobe: Sí. El respeto está. Yo creo que hay respeto. También hay muchísima actividad. En los últimos años Sumrrá ha cogido un acelerón de importancia en cuanto a volumen de conciertos, en cuanto a foco, o sea que hemos estado presentes. Entonces, bueno, es intenso. O sea, como todas las relaciones, pues, oye, no es fácil, pues, porque todos tenemos mil cosas y todos tenemos un nivel de energía que es finito. Pero, sin duda, yo creo que hay respeto desde el principio. Y, bueno, y hay admiración. Yo creo que los tres nos reconocemos como individuos musicales con un carácter y con un discurso digno de escuchar, de respetar y de intentar, por lo menos en mi caso, intentar estar a la altura. Yo creo que eso es…, el respeto sí está presente, sí.

Luego, claro, son tres personalidades completamente diferentes. ¿Qué rol tiene cada uno individualmente? ¿Cómo interaccionáis los tres para formar un grupo tan sólido como es Sumrrá?

Xacobe: ¡Wow! Es la primera vez que nos hacen esa pregunta, ¿no? ¿Qué opináis? ¿Qué pensáis?

Manuel: Yo creo que los roles van cambiando, pero… no sé, bueno, hay algunos que no. Hay algunas cosas…, por ejemplo, Xacobe hace mucho más trabajo que yo en algunos aspectos.

Xacobe: Bueno, y ellos hacen otro tipo de trabajo que yo no hago, claro.

Manuel: Y bueno, hay algunas cosas… Pero después, en cuanto a la música, los roles cambian constantemente. O sea, depende de lo que estés tocando en cada momento. Una de las cosas que pasa es que no hay un líder que dicte cómo se tiene que tocar, sino que cada uno aporta lo suyo y según lo que se va tocando, van surgiendo las cosas, ¿no? Puede que haya días que nos entendamos mejor o peor, pero siempre hay esa actitud de que todo lo que va saliendo, pues, eso es lo que trabajamos. No sobre una idea prefijada o alguien que diga, “pues, esto lo vamos a hacer así o de aquella otra forma”.

L.A.R.: Sí. Luego también, bueno, no sé, yo personalmente como que tocar con Sumrrá, no es que solamente sea importante, sino que es algo así como valioso. Porque va a ocurrir algo que precisamente porque hay tres personalidades muy distintas, es posible que ocurran viajes o situaciones sonoras y musicales que de otra manera, pues, a lo mejor no te las esperarías así. Y con un aplomo y con una constancia y con un derecho y con una objetividad y con una musicalidad que hace, supongo, que sigamos creyendo en todo esto.

Xacobe: Sí, lo de los roles cambiantes yo estoy de acuerdo. Hay momentos en que musicalmente cada uno adquiere diferentes funciones, y eso permite una transmutación interna súper interesante, ¿no? Eso es una de las cosas más que abre, digamos, la paleta de colores. Yo también con Sumrrá me gusta y es una idea recurrente que tengo, que es que realmente nosotros tres es como si aviváramos un fuego que está fuera de nosotros. Es decir, Sumrrá realmente sucede fuera. Es algo difícil de explicar, pero la analogía sería esa. Es decir, la música, nosotros como que convocamos algo que sucede y estamos atentos de darle lo que necesite. Avivarlo, pero no demasiado, echarle un tipo de madera y que sea la acertada. Y entonces estamos como alimentando algo que vive durante un rato y que de repente desaparece. Y los tres, digamos, que presenciamos ese ritual y esa historia. A mí eso me parece de lo más fascinante. O sea, que no va de nosotros, ¿sabes? Nosotros somos unos espectadores más de lo que sucede desde la humildad y desde la fascinación de lo que si dejas que la música suceda, ¿no?… Nosotros sí que tenemos además la suerte de poder organizar la música, es decir, componer, ¿no? Cuando componemos, que Manolo compone y yo compongo, y traemos, digamos, los esqueletos o las piezas de cada uno de los juegos a Sumrrá y entonces como que los tres aportamos ahí, es como que puedes incidir en qué tipo de juego va a ser cada tema, ¿no? Pero esta sensación de que es algo externo a nosotros, yo creo que para mí es una certeza total. Y no sucede en todos los contextos musicales. Y yo creo que en Sumrrá ha sucedido desde el primer minuto en que los tres estábamos tocando juntos. Había algo que se desprendía y que nos inundaba y hemos gozado y entonces eso es el enganche y la fortuna que tenemos desde hace 25 años de trabajar con eso. Y es infinito, claro, o sea, la música es infinita, no se acaba jamás, ¿no? Y con esta historia de tocar tanto, tanto, tanto nuestro repertorio, o sea, hay músicas que llevamos tocando más de 20 años, y que siga habiendo recovecos y siga habiendo esquinas a las que no habías visto nunca y siga habiendo libertad y novedad, joder, es realmente una fortuna. La verdad es que es una pasada.

Y en primera persona, ¿cuál diríais que es lo diferenciador de Zunra? O sea, ¿qué diferencia Sumrrá de otras formaciones?

L.A.R.: Bueno, lo primero que es un grupo. Eso es una cosa que es increíble. Es muy difícil tener un grupo. Es muy complicado. Normalmente siempre, estamos acostumbrados a trabajar con un líder que marca cómo tienen que ser las cosas o a qué tienen que sonar, ¿no? Y aquí lo que sucede es que los tres, no sé si por la personalidad que tenemos, no sé lo que ocurre, pero ocurre algo que es que es un grupo. Y eso es muy difícil, muy difícil. Tener un grupo es muy difícil.

Manuel: Sí, claro, que no hay nadie que pueda hacer mejor lo que hace cada uno en un grupo, ¿no?

Xacobe: Claro.

Manuel: Si sacas a cualquiera, se jodió el grupo.

L.A.R.: Claro, sí.

Xacobe: Sí. Eso es, desde luego es un elemento diferenciador. Y creo que es una de las cosas que más echan en falta, en general, en la música y en el jazz. Es decir, de los referentes de, pues eso, de las grandes bandas, o sea, el cuarteto de Coltrane, o yo qué sé, el quinteto primero, o el sexteto de Miles, o tal, o sea, esos grupos.

L.A.R.: No, pero bueno, ahí estaba Miles mandando y ahí estaba Coltrane mandando. Sí. O sea, yo, pues no sé, Pink Floyd.

Xacobe: Sí. Pero bueno, el cuarteto de Coltrane, claro, Coltrane, digamos, tenía la responsabilidad, pero, hostia, realmente funcionaron como grupo, en el sentido de que cada uno conformó su forma de tocar y desarrolló su forma de tocar. Para mí, mi idea de banda, y tal, eso podría ser. Independientemente de quién ponga el nombre o tal. Pero esa idea de decir, pues eso, como entiendo que debería ser. Nos juntamos con una intuición o una motivación y creamos un espacio seguro donde cada uno pueda aportar lo que necesite aportar en ese momento. Eso, es una forma de trabajar que da una alquimia. Es lo que decía Manolo, si quitas a uno, transmuta todo, ¿no? Entonces eso, hombre, eso es un elemento diferencial.

L.A.R.: Claro, y es que también son 25 años y en otras ocasiones, en otras historias que yo veo fuera, de repente hay el nombre de un grupo, muere uno o se va y de repente llaman a otro y el nombre del grupo sigue…

Manuel: Bueno, si sucede eso no se sabe lo que pasará.

L.A.R.: No lo sabemos, pero vamos. Llevamos 25 años, de momento la cosa…

Manuel: Aquí no se muere nadie!! [risas de todos]

Xacobe: No, aquí tenemos el pacto de que cuando uno muera, el resto se lo funden todo. [risas de todos] Desde luego eso es un elemento diferenciador, sin duda, tío. Vamos, formar parte de una experiencia de grupo es la hostia, es una maravilla, es enriquecedor. Porque por mucho talento que tengas, lo que tengas es finito, ¿sabes? Es limitado. Siempre lo que tú vas a aportar en función del contexto y del marco que te dé el resto del grupo, es, ¿sabes? Es absolutamente la hostia, es grandioso, es muy grande. Y sobre todo si hay una intención común de atender el mismo fuego, ¿no? De, hostia, es realmente súper divertido. Es muy divertido y es adictivo. Y a lo mejor otro elemento más de…

L.A.R.: ¿Otro? El sonido, el sonido, ¿sabes? O sea, yo no encuentro en el planeta a un pianista que suene como Manuel. Igualmente con Xacobe e igualmente conmigo. O sea, yo no encuentro a un batería, ¿sabes? Porque normalmente somos, venimos así de escuchar un montón de gente muy buena y todo eso, ¿no? Y realmente llega un momento en el que tocante con Sumrrá es como que ya las comparaciones, o sea, no entran porque es natural. Es, o sea, es así, ¿no?

Xacobe: Sí. Yo el otro día pensaba precisamente en un momento en el domingo pasado, creo que fue el domingo pasado, tocando que dije, “hostia, o sea, en Sumrrá caben todas las músicas posibles, tío”. Y es verdad, tío, o sea, es una pasada. O sea, es tan demandante a nivel de recursos, que yo todos mis límites técnicos, conceptuales, de instrumento, todo lo he traspasado en directo porque Sumrrá me ha…, ¿sabes? Y yo creo que pasa un poco, o sea, hay días muchos en los que digo “hostia, o sea, ¿cómo es posible que Manolo esté haciendo lo que está haciendo? O sea, hoy, aquí, ahora, después de tal”. Y con Legido igual, ¿no? O sea, tenemos este… Entonces, claro, esa sensación de que ahora mismo, ya hace tiempo que la sensación de que con Sumrrá no hay nada malo que pueda pasar. Es decir, musicalmente cualquier cosa que suceda es gloria, ¿sabes? Esto es la hostia, es una especie de invulnerabilidad. Es como que siempre va a caer en un contexto que le va a dar un sentido de solemnidad, de rotundidad, de seriedad, aunque sea desde lo ridículo. Eso es lo que tiene que ser en ese momento, ¿no? Y la sensación de que estilísticamente ahora mismo Sumrrá es, o sea, cabe en todas las músicas. Se ha generado un universo sonoro en el que absolutamente, en el que absolutamente todo está presente y de repente puedes pasar de algo que suena a Schubert, a algo que suena a Cannibal Corpse, pasando por algo que suena a hip-hop y pasando por… O sea, por poner etiquetas y por, ¿sabes? Por ramalazos que pueden parecer de, “hostia, si necesito etiquetar, ¿cuántas cosas podría etiquetar en 30 segundos de Sumrrá, no?”. Joder, esa sensación de como haber creado como una especie de universo sonoro en el que todo puede suceder, ¿no? Esta obsesión también que tenemos desde el principio del trío de piano clásico de jazz, ¿qué podemos hacer con esto, no? Es decir, nosotros empezamos flipando con, bueno, con Bill Evans, con Keith Jarrett, con Brad Mehldau, con Ahmad Jamal, con todos los tríos maravillosos de piano, ¿no? Y sus contrabajistas, sus bateristas, tal. Y hacemos un disco, y hacemos otro. Y siempre buscando qué cosas quedan por hacer con el trío. Y siguen apareciendo cosas, tío, ahora mismo. Ahora mismo ya… Bueno, hablábamos antes del disco nuevo y estamos en un nivel de música-ficción, por decirlo de alguna manera. De imaginarnos conceptos y organizaciones mentales musicales que es algo muy avanzado en el sentido de nuestro propio recorrido musical. O sea, hemos llegado después de 25 años y de haber currado mucho a un nivel de abstracción musical y de juego con los conceptos que es muy demandante como músico. Pero es muy natural, es muy interesante y es algo con lo que no sé cómo curra otra gente o cómo curran otros grupos que lleven mucho recorrido hecho, pero realmente es muy natural y da la sensación de que todas las músicas están en Sumrrá.

¡Qué interesante, qué interesante! La siguiente pregunta tiene que ver con eso. La siguiente y última es ¿qué no habéis hecho?

Manuel: Pues mira, copiar.

¿Qué no habéis hecho y qué queréis hacer?

Manuel: Lo que no hicimos fue copiar, de momento.

Muy bien.

Manuel: ¿No?

Xacobe: Sí. Evidentemente no, no hemos copiado.

Manuel: Hay una cosa que yo creo que es interesante y no solo en Sumrrá o en los grupos de jazz o en lo que sea, que es una cosa de mentalidad. Que es que cuando te juntas a tocar con otros músicos en muchas ocasiones hay como una especie de intencionalidad de sonar como “lo que sea”. Creo que eso es terrible. Es lo peor que puedes hacer porque vas a acabar sonando como eso que querías si eres suficientemente hábil y vas a acabar siendo uno más de esa corriente que ya está hecha. O sea, no puedes tener esa idea de “voy a hacer un grupo para sonar como”, porque si eres malo no lo vas a conseguir y si eres muy bueno vas a conseguir sonar exactamente igual y no va a servir de nada.

Xacobe: Amén.

L.A.R.: Ya están las siete.

Ya está, perfecto. Gracias.

Junio 10, 2025

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