Seleccionar página

Rodrigo Domínguez 
Mariano Otero- Sergio Verdinelli
Borocotopo

08

JUNIO, 2023

Borocotopo (Ears&Eyes Records, 2021). Rodrigo Domínguez, saxo- Mariano Otero, bajo- Sergio Verdinelli, batería.

Texto: Ricky Lavado

Saxofonista, clarinetista, compositor… resulta difícil resumir en pocas líneas el peso de Rodrigo Domínguez como uno de los músicos más activos e influyentes de la efervescente escena jazzística de Buenos Aires. Alumno de figuras como Hal Crook, Wayne Shorter, Chris Cheek, Chris Potter, Perico Sambeat, Wynton Marsalis, Herbie Hancock, Marc Copland o Dave Liebman; ha tocado con los más prestigiosos artistas del medio porteño, y realizado conciertos con Tony Malaby, Barry Altschul, Angelica Sanchez, David Xirgu, John Hollembeck, Mark Helias, Masa Kamaguchi, Marilyn Crispell, Leo Genovese o Michael Formanek, entre muchos otros.

Becado por la prestigiosa Berklee College of Music (Boston, EEUU), y elegido como saxofonista/disco del año en distintas ocasiones por la prensa especializada, Rodrigo Domínguez desarrolla también una intensa tarea como docente de improvisación grupal, en grupos de distintos niveles con formación popular y clásica, y ha desarrollado un sistema de enseñanza de la improvisación libre, formando a dos generaciones de músicos en dicha disciplina. Miembro fundador del Quinteto Urbano, actualmente lidera varios proyectos: RD cuarteto (con Ernesto Jodos, Jerónimo Carmona y Carto Brandán), Viviero (trío de improvisación libre, con Juan Pablo Arredondo y Carto Brandán), Drop Dogs (junto a Hernán Hecht, Leo Genovese y Mark Helias), o el trío en el que nos vamos a centrar hoy: Borocotopo trío (con Mariano Otero al bajo y Sergio Verdinelli a la batería).

Borocotopo trío se formó a principios de 2018, a partir de la idea de hacer música que tuviera como componentes principales el groove, la improvisación libre y la melodía cantable, además del uso exclusivo (por primera vez en su carrera) del alto saxofón como instrumento solista. Domínguez, Otero y Verdinelli llevan muchos años tocando juntos, y han desarrollado un lenguaje y una compenetración muy especiales, pero con esta formación, en algún momento, empezó a surgir una música que no habían trabajado igual en otro contexto u otra instrumentación. En 2019 el trío realizó una gira por varias ciudades de Argentina, y en esa gira se consolidó el repertorio y la personalidad del grupo. En algunos conciertos se unieron Ernesto Jodos y Sergio Wagner, y le dieron colores tan vibrantes al trío que se decidió invitarlos a la grabación de este álbum, grabado en enero de 2020, justo antes de la pandemia.

A modo de alter ego del propio Domínguez (Borocotopo es una deformación infantil de un personaje de dibujos animados de los años setenta), este proyecto permite a Rodrigo Domínguez y sus cómplices encauzar una música particular, lúdica y desprejuiciada, que resulta tan arrebatadora como fascinante precisamente por la sensación de vitalidad y de inocencia que nos hace viajar a la infancia; de ahí el uso de «música de dibujos animados» al describir aspectos de este proyecto. Sumergiéndose en sus profundidades musicales, la banda utiliza todo lo que tiene a su alcance: groove, melodías sencillas, atonalismo, ruido, etc… siempre con un altísimo grado de interacción y brillantez. La inicial y juguetona (mucho mejor que esta) Pocilga hace pensar en los ejercicios de groove con pulsión de baile de Medeski, Martin & Wood; mientras que la elegante y sutil Miyazaki nos sumerge en un ambiente de calma y sosiego con filtro clásico y aroma noir. 

El frenetismo asonante de Jodido suena a cartoon music pasada de revoluciones, con un punto desquiciante que resulta delicioso; y en la adictiva Bill la cadencia casi rock recuerda por momentos a los mismísimos Morphine. La placidez ambiental y paisajística envuelve a Enamorada del muro en una neblina cinematográfica llena de misterio, presente también en Bolero, creando valles de calma que resultan recodos acogedores dentro de un disco completísimo, inspirado, brillante y, sobre todo, muy divertido. Un diez para Borocotopo por recordarnos la importancia del concepto de juego en terrenos artísticos a menudo demasiado proclives a la sobreintelectualización y el encorsetamiento.

Written by Ricky Lavado

Junio 08, 2023

Pin It on Pinterest

Share This