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AGOSTO, 2023

 JazzEñe / Jazzaldia 2023

Hay quien dice que son las piedras las que mejor cuentan la historia, los fósiles que consolidan sentimientos, emociones y vidas a lo largo del tiempo. El Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, inagurado en el año 1912, fue el escenario del Festival Internacional de Cine de San Sebastián hasta 1999 y, en una nueva forma de acumular tiempo y experiencias, es por tercer año consecutivo el espacio elegido por el Festival JazzEñe, el programa propio de la Fundación SGAE, para registrar las tendencias de mayor calado en los cocederos del jazz español. Que los cimientos del Teatro Victoria Eugenia fueran construidos con piedra del Monte Igueldo es una prueba más de que lo material atesora vida cuando hay un espíritu que late al compás, como aquí viene ocurriendo desde la inaugración de la nueva década por parte de un festival autónomo dentro de la programación de Jazzaldia.

JazzEñe es el proyecto formulado por la Fundación SGAE en colaboración con el Ayuntamiento de Donostia y el Festival Internacional de Jazz de San Sebastián, con la idea de dar visibilidad internacional al jazz hecho con acento español. En esta ocasión, ocho son los proyectos seleccionados para esta IX edición, donde se insiste en mostrar el interés por esa tríada obligada para leer bien las señales de los caminos del nuevo jazz que son: los programadores internacionales invitados, los críticos y el público. Con una programación diversa en lo estético, JazzEñe muestra lo que venía a enseñar; esto es, que el nivel creativo del jazz hecho en España no palidece ante otras propuestas geográficas, y que hay un público fiel al festival de Jazzaldia y a encuentros como éste que, con un mimo decente –el precio de la entradas era módico-, persiste en el empeño de empaparse de propuestas de música improvisada.

NGBM Cuarteto son las siglas de Nani García y Baldo Martínez, líderes de uno de los proyectos presentados, que transita la línea más libre de la muestra; con una larga trayectoria juntos como miembros fundadores de Clunia (en un principio a trío junto a Fernando Llorca), uno de los grupos más importantes de la historia del jazz en España, galardonado con el primer premio en el Festival de San Sebastián de1985. Baldo Martínez es un maestro de importante relevancia internacional y uno de los principales líderes del jazz más abierto y vanguardista que se hace en España. Para la muestra en JazzeÑe NGBM Cuarteto lidera el proyecto junto a talentos gallegos como el saxo alto Lois Rivera, y el baterista José Miguel Cabana, con temas compuestos por Nani García y Baldo Martínez comoIsla de Piedra”, “La Travesía”, “Serendipia”, entre otros.

Uno de los momentos más esperados por mí fue el concierto de Gonzalo del Val, uno de los bateristas representantes de la escena contemporánea española, esta vez en formato cuarteto, con nombres de la escena de jazz catalán de larga e importante trayectoria como Raynald ColomManel Fortià, y Romain Pilon a la guitarra eléctrica, presentaron el último trabajo discográfico Tornaviaje (Errabal Jazz, 2022), composiciones originales de escritura inspirada en el viaje de los marinos de los siglos XVI y XVII, reconocido como uno de los mejores discos del año 2022, de incursiones libres como “Big Nick”.

Escuchamos proyectos de jazz flamenco, como el cuarteto del percusionista José Manuel Ruiz “Bandolero”, con composiciones de Enrique Rodríguez “Enriquito” a la trompeta, Miquel Álvarez al contrabajo y Alex Conde, al piano; clásicos del jazz, adaptados de manera magistral a su lenguaje, en un encuentro entre flamenco y jazz. Queda en la memoria una versión de “Naima” por bulerías, y lecturas de Duke Ellington y otros, que hicieron las delicias del respetable.

Juan José “Niño Josele” Heredia, maestro indiscutible de la guitarra flamenca presento Galaxias junto a José Heredia al piano y sintetizador, Dany Noel al bajo eléctrico, Miguel Lamas a la batería y Kike Terrón a la percusión. Otra muestra de eclecticismo bien entendido.

La pianista Lucia Rey al frente del trío con Ander García y Alberto Brenes llegaron para poner en pie algunos de los temas del próximo álbum Nómadas; es música de mestizaje con sonoridades del Sur en clave de colombianas gaditanas. Y es que, a veces, la Ñ que asiste en el reconocimiento gráfico de quiénes somos mira indefectiblemente a lo que se fragua en las latitudes más septentrionales de la Península.

El grupo MOVE acaba de grabar el primer álbum de nombre homónimo, a pesar de llevar un tiempo juntos. Se trata de un conjunto de composiciones propias de Íñigo Ruiz de Gordejuela (piano) y de Alberto Arteta (saxo) que, sin un folclore específico al que adherirse, comparten influencias de la tradición jazzística, clásica y folclórica a ritmo de swing. Les acompañan con solvencia contrastada en el empeño Javier Callén (contrabajo) y Miguel Benito (batería).

Alto For Two es el quinteto liderado por la saxofonista alto Irene Reig y Kika Sprangers, nuevos talentos emergentes de la escena de jazz internacional; proyecto de composiciones propias con Joan Monné al piano, Giuseppe Campisi y Marc Ayza.

Carles Margarit Quinteto venía a dar cuenta de No se pierde la señalRecordando a Joan Margarit. El quinteto catalán en un proyecto en clave de jazz clásico, homenaje al fallecido poeta catalán de verso libre Joan Margarit, Premio Cervantes 2019 y maestro de arquitecturas que trascienden lo material (algo habría podido decir de esas piedras del Monte Igueldo con las que se puso en pie la sede actual del JazzEñe). Con un texto recitado y cantado por Laura Ximó, la apuesta contó con Xavier Algans (piano), Carles Margarit (saxo, dirección musical), Raimon Ferrer (contrabajo), y David Xirgu (batería). 

Decía Joan Margarit que le interesaba la cultura, que lo demás no tenía solución. Tal vez tuviera razón el recordado poeta catalán, pero seguro que hubiese mirado con buenos ojos las propuestas de jazz emergente que descubre en cada edición el festival JazzEñe. Margarit, arquitecto de formación, entendía de empresas sublimes, pues no en vano participó en la construcción de la Sagrada Familia de Barcelona. Por eso habría visto necesaria la apuesta por esta música sin fronteras que es el jazz. Reivindicar la latitud hispánica de las creaciones en este escaparate internacional que es el Jazzaldia es sólo un fragmento del mapa mundial de este idioma por nosotros tan querido, además de una idea valiosa que pide continuidad anual. Desde luego, lo contemplado en esta pasada edición supera con creces esos 181 metros sobre el nivel del mar de la cima del Monte Igueldo. Todavía reververan sus elocuentes piedras en el Teatro Victoria Eugenia.

Written by  Begoña Villalobos

Ago 02, 2023

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