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Evita Polidoro

05

Marzo, 2024

por Enrico Bettinello

Giornale della Musica

Creo que Evita Polidoro representa una fuerza verdaderamente innovadora e indispensable en el mundo del jazz italiano actual. 

No sólo porque es una fantástica batería. 

No sólo porque, además de la batería, también utiliza la voz de forma original. 

No sólo porque su universo sonoro esté naturalmente impregnado de prácticas y lenguajes procedentes del rock independiente, el punk y la new wave. 

Más bien porque todos estos elementos encuentran una síntesis apasionante en la humanidad instintiva con la que el músico aborda cada proyecto.

Formada en ese verdadero semillero de talento y conciencia que es Siena Jazz, ha dejado su impronta en los últimos años en los grupos de Dee Dee Bridgewater y Enrico Rava, así como en algunos interesantes proyectos jóvenes como el cuarteto EMONG del guitarrista Michele Bonifati, pero también acompañando a una estrella del pop como Francesca Michielin.

El primer disco de su proyecto Nerovivo, en el que triangula batería y voz con dos guitarristas, ha visto la luz hace unas semanas en el sello Tǔk Music.

«Es un proyecto que nació en 2018 en Siena Jazz, entre una clase y otra» nos cuenta Evita «Me enamoré de Davide Strangio y Nicolò Faraglia por su forma de tocar original y nunca predecible. Aceptaron formar parte de este proyecto que en ese momento solo estaba en mi cabeza, en un estado muy embrionario; con el paso del tiempo también gracias a ellos el sonido se fue definiendo cada vez más y finalmente llegamos al resultado que tenemos hoy«.

Y a quienes le señalan que tardó bastante tiempo en madurar un disco, además de sus compromisos como batería para otros artistas, responde claramente: «No comparto lo que piensan muchos colegas, sobre todo en el ámbito del jazz, de grabar un disco enseguida, incluso sin ensayos o en todo caso al cabo de poco tiempo. En 2018, acababa de empezar a componer y sentía ese resplandor de necesidad de dar voz a las distintas ideas que pasaban por mi cabeza (desde pequeños fragmentos instrumentales hasta canciones propiamente dichas). Nerovivo es la proyección de aquello, el resultado humilde y totalmente sincero«.

Define el disco como un «producto» contaminado por todas sus diversas escuchas: rock, pop, electrónica y una ligera pizca de jazz e improvisación, pero sobre todo está orgullosa de que emerja una faceta diferente de su existencia, sobre todo para los que siempre la han oído sólo detrás de la batería. Y ahora la descubren como una voz muy eficaz y distintiva.

«Siempre he cantado desde niña«, nos cuenta, «mi madre era una cantante muy fuerte y a mí siempre me gustó hacerlo. Luego, ya sabes, la adolescencia siempre trae mucha timidez e inseguridad y lo dejé de lado. Con mi antiguo grupo Rumor, del Piamonte, volví a hacer algunos coros, pero siempre con mucho miedo. Luego me hice fuerte, pude experimentar y sacar la voz que había escondido durante años. Me gusta mucho cantar, cada vez me doy más cuenta, y ahora puedo, con extrema humildad, llamarme también cantante«.

No es casualidad que también le hayan pedido que cante otros artistas con los que colabora, como en el mencionado Emong, en el proyecto This Woman’s Work de Maria Pia De Vito, en Fearless Five de Enrico Rava, o con Miriam Fornari. 

«Entre otras cosas, fundé una nueva banda de rock con sede en Roma, COME ON, DIE, en la que toco y canto la mayor parte del tiempo. A estas alturas ya no puedo prescindir de cantar en mis composiciones, y voz/batería son una gran combinación«.

Cuando le pregunto qué ha representado para su maduración la experiencia junto a Dee Dee Bridgewater o Enrico Rava, responde con gran honestidad.

«Colaborar con maestros como Dee Dee y Enrico, así como con Maria Pia De Vito, es un regalo constante: son lecciones de vida diarias. Tocar juntos entonces es aún más precioso: estamos hablando de dos gigantes, que han tocado con los más grandes de todos los tiempos y el mundo conoce su grandeza, tanto musical como de espíritu. Pero además, ambos están siempre dispuestos a implicarse y dar confianza y voz a músicos mucho más jóvenes y con menos experiencia. Me dan total libertad, hay diálogo, no hay límites, sólo mucha empatía y un compartir sincero. Siento una gratitud extrema, cada día, por el espacio que han decidido darme, que nunca se da por sentado. Soy muy afortunada«.

La colaboración con Francesca Michielin, una cantante de pop muy prometedora y famosa, también ha contribuido a su crecimiento.

«Aquí el contexto es totalmente diferente. Francesca y yo somos iguales en edad y compartimos los mismos estudios de jazz en el Conservatorio. Compartimos escuchas musicales similares, pero dos vidas bastante diferentes. Me alegro de que nuestros caminos se hayan cruzado y de que haya decidido involucrarme en su gira, siempre me ha tenido en gran estima» nos cuenta Evita, y añade, «durante uno de sus conciertos decidió que cantara con ella una canción de Jeff Buckley y fue un momento muy íntimo y bonito«.

Le preguntamos cómo ve, desde su privilegiada posición, la evolución del jazz europeo en la actualidad y la respuesta es, de nuevo, sincera y reflexiva.

«El público joven suele ser escaso: creo que parte del problema se debe en parte a la falta de entradas reducidas por parte de las salas (precios altos, reducciones poco frecuentes), pero me temo que, por otro lado, a veces falta curiosidad, interés y participación. Apoyar la escena, sobre todo la independiente, debería ser algo que nos importara a todos. Estar ahí es importante«.

Y subraya la importancia de escuchar: «El diálogo mutuo al final del concierto es (casi) siempre algo muy positivo que me importa. Soy un músico curioso que ha aprendido mucho escuchando a los demás: aprendes muchas cosas que puedes meter en tu bagaje personal. Me gustaría que hubiera más comunidad, más apoyo, más diálogo y menos competencia«, confiesa.

«Con los años, me he alejado de ciertos círculos y me he rodeado de gente, músicos que quieren hacer cosas y sienten la necesidad constante de producir, de conocer cosas nuevas, son un estímulo muy valioso para mí«. 

Conocer cosas nuevas, incluso para artistas jóvenes y conectados, nunca es fácil, dada la velocidad de la producción y su continuo crecimiento.

«Al tener muchos amigos italianos que se trasladaron a Holanda«, nos cuenta, «me interesé bastante por esa escena, jazzística y experimental, y hay artistas muy interesantes. Uno de mis discos favoritos es Perselì de Fuensanta, Jose Soares y Alistair Payne. Veo a mucha gente que tiene mucho que decir y están construyendo una identidad muy definida que aprecio mucho. Me refiero sobre todo a la mùsica, pero me encanta y me rodeo de gente que trabaja en el arte en general. La lista es larga y empieza por mis amigos más cercanos, por nombrar algunos: Miriam y Ruggero Fornari, Orelle, Francesca Palamidessi, CYMA, Anton Sconosciuto, Kostja, Lepre, Beatrice Sberna, Matteo Paggi, Agnese Zingaretti como fotógrafos y videastas«.

Con unos horizontes musicales tan amplios, tenemos mucha curiosidad: ¿qué escucha Evita Polidoro cuando no está trabajando?

«Cambio periódicamente:hoy estaba escuchando el último disco de los californianos Duster, pero en los últimos meses me he centrado mucho en toda la «nueva» escena post punk, new wave inglesa/irlandesa (Fontaines DC, Idles, King Krule, Shame, Black Midi,Squid, Gilla Band) y luego en la electrónica ambiental (Tim Hecker, William Basinski, Stars of the Lid, Robert Lippok) y la electrónica más experimental (Mount Kimbie, FujI||||ta, Kali Malone, James Blake, Aya, Marina Herlop)«.

No tanto jazz, señalamos…

«Estoy escuchando muy poco jazz, la verdad… Últimamente me encontré con el disco Julie Is Her Name de Julie London que me robó el corazón y, por supuesto, estoy profundizando en la discografía de Rava, llena de obras maestras«.

Si sus escuchas y discos favoritos del año pasado -menciona a King Krule, Slauson Malone, así como al italiano McCorman- parecen alejados del jazz, el sueño que confía a esta entrevista no lo está.

«Mi gran sueño sería tocar en una big band y me lleva a escuchar y emocionarme con las grandes orquestas de Count Basie y Duke Ellington«.

Porque, al fin y al cabo, las clasificaciones de género son algo que pertenece al pasado y los artistas de la nueva generación son felizmente libres de expresarse siguiendo las trayectorias más variadas. Cuando esto sucede con el talento y la humanidad de Evita Polidoro, la idea de que el jazz pertenece al hoy y al mañana y no sólo al pasado se convierte en una certeza atractiva.

Este artículo se publica simultáneamente en las siguientes revistas europeas, en el marco de » Giant Steps «, una operación para destacar a las jóvenes músicas de jazz y blues : Citizen Jazz (Fr), JazzMania (Be), Jazz’halo (Be), LondonJazz News (UK), Jazz-Fun (DE), Giornale della musica (IT), In&Out Jazz (ES) y Donos Kulturalny (PL).

This article is co-published simultaneously in the following European magazines, as part of « Giant Steps » an operation to highlight young jazz and blues female musicians : Citizen Jazz (Fr), JazzMania (Be), Jazz’halo (Be), LondonJazz News (UK), Jazz-Fun (DE), Giornale della musica (IT), In&Out Jazz (ES) and Donos Kulturalny (PL).

#Womentothefore #IWD2024

Interview by: Giornale della Musica

Marzo 05, 2024

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