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Boomslang Records /
Bezau Beatz Festival

Los Alpes austriacos. Alrededores del lago Constanza, tan cerca del estado del Tirol como de las fronteras con la Baviera alemana, Liechtenstein o Suiza. Ahí se encuentra Bezau, una pequeña localidad volcada en los deportes de montaña, la agricultura sostenible y la gastronomía, enmarcada en paisajes de belleza sobrecogedora; unos paisajes que a priori nos harían pensar más en La montaña mágica, de Thomas Mann, que en un festival de música. Sin embargo, entre picos nevados y rutas de senderismo, acontece cada verano, desde hace dieciséis años ya, un acontecimiento tan inusual como encantador: el festival Bezau Beatz. Concebido como una muestra de música creativa, Bezau Beatz es un festival de carácter íntimo y entusiasta, que cada año acoge un sinfín de propuestas vanguardistas situadas en los límites más experimentales del jazz contemporáneo y la música improvisada en su definición más amplia.

Como no podía ser de otra manera, los escenarios en los que se desarrolla el festival tampoco son los que imaginaríamos; el taller de una antigua locomotora de vapor, la capilla local, un granero, un aserradero y una plataforma a 1650 metros sobre el nivel del mar. Del 10 al 13 de agosto, los afortunados asistentes a la edición de 2023 podrán disfrutar de Billy Martin (el batería de Medeski, Martin & Wood dirigirá para la ocasión a la Bezau Beatz Workshop Orchestra); el guitarrista noruego Stian Westerhus; la música tradicional tanzana de Sinaubi Zawose, la experimentación folk de Hinde o a Miko Innanen y Juhani Aaltonen presentando el proyecto Plop + Junnu, premiado como mejor disco de jazz finlandés en 2023; entre muchas otras propuestas.

Detrás de una propuesta tan sorprendente y valiente está Alfred Vogel, un personaje de energía y creatividad desbordantes, que no teniendo suficiente con ser uno de los baterías más creativos y distintivos del panorama del jazz contemporáneo, además de organizar Bezau Beatz, encuentra tiempo en su día a día para dirigir Boomslang Records, un sello discográfico en funcionamiento desde hace dos décadas. No es baladí resaltar los veinte años en activo de Boomslang; según Alfred Vogel, “el único concepto en Boomslang Records es la buena música, entendamos lo que entendamos bajo ese término”, y en este caso ese término significa un maremágnum de propuestas artísticas concebidas para transitar las lindes entre el jazz moderno más experimental, la electrónica, el mestizaje, la improvisación rupturista y, básicamente, los terrenos menos explorados de la música de vanguardia. 

Concebido en principio como plataforma para la publicación de los muy numerosos proyectos de Vogel, tanto en solitario como en múltiples interacciones con el percusionista ghanés Kofi Quarshie (ambos miembros también de Kilimandscharo Dub & Riddim Society), el batería norteamericano Kevin Shea, la violinista suiza Laura Schuller o el vibrafonista inglés Jim Hart, entre muchos, muchos, otros; poco a poco Boomslang se ha ido estableciendo como hogar de las más inclasificables y poco complacientes propuestas creativas del panorama contemporáneo, como KDRSociety (una alineación estelar de jazz moderno, drum & bass y músicas del África occidental formada por artistas de Senegal, Estados Unidos, Ghana, Austria o Inglaterra), AMOK AMOR (con Christian Lillinger y Peter Evans en sus filas), Iseul Kim (pianista coreana que fusiona jazz, música clásica e instrumentación tradicional coreana) o inEvitable (proyecto del percusionista griego Evi Fillippou).

Al margen de estrategias comerciales y planes de negocios, desde una villa alpina de 2000 habitantes, Alfred Vogel vive consagrado a la heroica misión de dar voz a artistas que de otra forma no tendrían cabida en el mercado musical. Una labor que encaja poco con el ritmo de vida acelerado en el que andamos todos sumidos en esta época que nos ha tocado vivir, y que el propio Vogel resume de esta manera:

“Siento que todos nosotros, las discográficas de jazz, las agencias, los medios de comunicación, los artistas y el público estamos sentados en el mismo barco, y tenemos que luchar contra las principales fuerzas disruptivas de nuestra cultura y sociedad. La música es un vehículo fuerte y positivo para avanzar y conectarnos como seres humanos. Boomslang funciona como una plataforma para atraer la atención de artistas con una actitud similar. Un lobo solitario no llama mucho la atención en un bosque, pero si todos aullamos juntos, alguien podría escucharnos por ahí”.

Written by  Ricky Lavado

Jul 27, 2023

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