JORGE VISTEL
Interview
18
December, 2025
Texto: Pedro Andrade
Fotos: Shimon Gambourg
“En dos años en París he hecho lo que no hice en veinte en Madrid”
Considerado una de las voces más potentes del jazz contemporáneo europeo, el trompetista cubano Jorge Vistel vive un momento de expansión artística desde su llegada a París, donde, según confiesa, ha logrado en dos años lo que no consiguió en dos décadas en Madrid. Con un lenguaje musical propio y una presencia cada vez mayor en la escena francesa, Vistel lidera múltiples proyectos, mantiene activa su residencia en Baiser Salé, colabora con figuras como Lukmil Pérez, Roman Filiú, Fabrice Moreau o Florian Arbenz, y sigue consolidando su proyecto central, Vistel Brothers, junto a su hermano Maikel. En esta conversación sincera y sin filtros, el trompetista reflexiona sobre las diferencias entre la escena española y la francesa, la falta de apoyo institucional en España, el papel de la prensa especializada, la vitalidad del jazz parisino y el impulso que ha encontrado en una ciudad donde la cultura musical forma parte de la vida cotidiana.
In&Out Jazz Magazine: Qué alegría verte, Jorge, ¿Cómo estás? ¿Cómo te encuentras?
Jorge Vistel: Bien, bien, en la lucha diaria como siempre.
Tu hermano y tú fuisteis profesores en la Escuela Popular de Música, llegasteis a Europa alrededor de 2005–2006 y vivisteis mucho tiempo en Madrid. Me enteré hace poco de que estás viviendo en París. ¿Cuánto llevas ya allí?
Llevo dos años. Llegué en octubre, así que dos años y un par de meses.
Tú que viviste muchos años en Madrid, ¿cómo ves la escena del jazz en Francia en comparación con España?
Tengo que ser honesto, sin embellecer la frase: en mi opinión, en España de jazz no hay prácticamente nada. En muchos clubes se toca música que no es jazz y la llaman jazz porque hay improvisación, pero improvisación no es jazz. Bach improvisaba, los clásicos improvisaban también y no estaban tocando jazz. En España muchos dicen que hacen jazz sin conocer el lenguaje. Estoy seguro de que muchos ni siquiera saben quién es Charlie Parker.
Cuando llegué en 2005 a Madrid, la escena era mucho más fuerte, pero desde 2008–2009 eso cambió. Hoy en Madrid habrá una o dos jam sessions, nada más.
En París es lo contrario: aquí se vive el jazz, hay más de 50 lugares donde se toca jazz. Puedes tocar incluso en un restaurante si el dueño quiere y le gusta tu propuesta. En España no hay cultura de pagar por ir a escuchar música en vivo. Aquí la gente paga 25, 30, 35 euros por una entrada sin problema. En la misma calle hay tres clubs llenos (Duc des Lombards, Sunset…). Eso sería imposible en Madrid.
En Madrid hay muchos músicos cubanos dentro del jazz. ¿En París pasa algo parecido?
No, para nada. En París somos muy pocos. Cubanos que tocamos jazz aquí somos seis: Luzmil Pérez, Felipe Cabrera, Irving Acao, Ricardo Izquierdo, Rafa Águila y yo.
Luzmil Pérez, por ejemplo, toca con dos pianistas muy conocidos aquí. Uno de ellos es Jacky Terrasson. Toca también en el trío de Giovanni Mirabassi. Ahora mismo está en Sudáfrica grabando con un pianista sudafricano de Blue Note, Nduduzo Makhathini.
Irving Acao toca con Ibrahim Maalouf. Ricardo Izquierdo toca con mucha gente muy conocida aquí: Nelson Vera, Fabrice Moreau, que es un baterista muy bueno, Jozef Dumoulin. Aquí cosas de latin jazz no hay mucho. En España sí hubo una comunidad cubana fuerte que influyó mucho en el jazz y el latin jazz. Aquí hay franceses que lo hacen, pero la sensación no es la misma.
Recientemente viniste a España a tocar en el Café Central. ¿Qué te trajo por aquí y en qué momento creativo te encuentras ahora?
Vine a presentar Fiesta en el Batey con mi hermano. Siempre intentamos hacer cosas juntos cuando se puede; Vistel Brothers es siempre mi proyecto principal.
Ahora mismo estoy muy activo también con otros proyectos: tengo una residencia fija en Baiser Salé donde presento un proyecto distinto cada dos meses. Ya hice dos: uno con Luzmil Pérez, Etienne Renard, Enzo Carniel y Sylvain Le Ray, y otro en cuarteto con Roman Filiú. El próximo será el 16 de enero con Stéphane Payen, Jozef Dumoulin, Jean-Philippe Morel y Fabrice Moreau. Luego vienen marzo, mayo y julio, casi todo está ya organizado.
Además, estoy en proyectos con Shimon Gambourg, estoy en la banda con Luzmil Pérez, otro con el trombonista Georgi Kornasov, hago música afrobeat-jazz, tengo dos proyectos con Florian Arbenz… En total estoy en cuatro o cinco proyectos fijos. No paro.
Has hecho muchísimo en solo dos años. ¿Te fuiste porque creías que sería más fácil desarrollarte?
Me fui por la música. Y te digo algo que me duele: en dos años aquí he hecho lo que no hice en veinte en Madrid. No porque sea fácil; tengo amigos que llevan más tiempo y aún están tocando en clubes. Pero yo llegué con un lenguaje propio, después de años de estudio en Madrid. Yo estudié muchísimo, durante mucho tiempo, y eso se nota. Si tienes un lenguaje propio aquí los músicos, muchos de ellos con carreras internacionales, te llaman para tocar en sus proyectos.
Aquí, además, si entras en la escena te apoyan. Antes de mudarme intenté tocar en Le Duc des Lombards y en el Sunset decenas de veces y nunca me respondieron.
Cuando me mudé, ellos me llamaron, incluso para organizar jam sessions.
¿Crees que en Francia funciona mejor el apoyo institucional y la prensa especializada?
Totalmente. En España no hay radios potentes dedicadas al jazz. Aquí sí: he tocado varias veces en TSF Jazz, que la escucha todo el mundo: en taxis, en cafeterías. Es cultura.
Y están los festivales. Viví en España dos décadas y nunca toqué en Vitoria, nunca en Getxo, nunca en el Festival de Madrid, siendo un músico residente en Madrid. Lo intenté miles de veces. Aquí a los jóvenes les dan espacio, fechas, visibilidad.
Lo que en Madrid pasa un mes al año con el festival, aquí pasa todos los días. Hace dos semanas pude ver en directo a Ravi Coltrane en el Sunset. Antes, Mark Turner, Gary Bartz…Y eso sin festival. Aquí pasan cosas que en España serían imposibles.
El mes pasado, por ejemplo, me llamaron para un casting de una película americana que se rodará en París. Me ofrecían interpretar a Kenny Dorham en una película sobre Miles Davis y Juliette Gréco.
¿Planes de grabar disco propio o seguirás con Vistel Brothers?
Mi proyecto principal sigue siendo Vistel Brothers, sin duda, pongo mucho el foco en esto, porque es un proyecto que ha crecido mucho y llevamos tocando con mi hermano desde que íbamos a la escuela. Pero hago muchas cosas nuevas aquí. También tengo proyectos con Florian Arbenz, con quien he grabado más de un disco. Y trabajo mucho en Grecia con un pianista, voy dos o tres veces al año.
¿Volveremos a verte en España pronto?
Sí, voy mucho. Tengo a todos mis amigos ahí. Me gustaría tocar en El Despertar, que le tengo mucho cariño. Es una pena que el Central cierre en breve.
Gracias, Jorge, por esta conversación tan sincera y generosa.
Gracias a ustedes. Nos vemos pronto.


