Qué bueno, ¿no? Esperemos que nosotros los primeros, y evidentemente todos, podamos hacer experiencia de estos conceptos y emociones que transmites. ¿Cómo compone Daniel García? ¿Cuál es tu proceso compositivo? ¿Cuál es la concepción de tu último trabajo?
Normalmente mi proceso de composición es a partir de la improvisación.
¡Qué bueno!
Sí, empiezo a improvisar y lo que hago es usar el teléfono para grabarme, como si fuera un mensaje o luego una nota de audio. Improviso y lo grabo y lo dejo descansar y a lo mejor un mes después o bastante tiempo después vuelvo a escucharlo y si hay algo que realmente resuene dentro de mí y que me parezca interesante, pues a partir de ahí empiezo a tirar del hilo de esa idea. Pero siempre me gusta plasmar ideas que surjan en el momento y dejarlas reposar, para no… Porque a veces en el proceso de composición es fácil dejarse llevar por la emoción del momento y eso no siempre te lleva a los mejores lugares. Entonces, bueno, me gusta tener una visión un poco más distanciada de la música que yo mismo he hecho, pero hace tiempo atrás y tener un poco esa visión más objetiva.
¡Qué bueno, qué bueno, interesante! Porque también uno improvisando podría estar pensando en aferrar las ideas, componer, repetir, repetir. Sin embargo, es interesante como esa distancia que te permite, esa cierta como virginidad incluso, ¿no?
Eso es, eso es, exactamente.
Te permite que la idea cobre vida ella sola, ¿no?
Eso es.
En ese tiempo de fermentación.
Eso es.
¡Qué bueno! Reinier y Micha, tío, ¿qué puedes decirnos de ellos? ¿Qué admiras de ellos? ¿Qué aprendes de ellos? Y si te atreves, ¿qué aprenden ellos de ti?
A ver, son mis hermanos musicales. Entonces, llevamos muchísimos conciertos, muchísimos años tocando juntos y ya respiramos a la vez, como se suele decir cuando tocamos juntos. Entonces, yo he aprendido muchísimo con ellos de todo, de la vida, de la música y espero que ellos de mí también. Son muchos conciertos, muchas situaciones diferentes. Entonces, bueno, pues es un placer tocar con ellos. Los tres compartimos una cierta visión de la música, donde hay mucha libertad y mucha confianza entre todos nosotros. Hay mucho espacio para la creatividad y para eso hace falta mucha confianza, para saber que pase lo que pase, vas a tener a los otros dos ahí detrás de ti. Y esto pasa en cualquiera de las direcciones posibles entre los tres.
¡Qué bueno!
Entonces, todos los tres estamos como muy libres de poder, en cualquier momento, hacer algo diferente y sabiendo que da igual porque los otros dos van a estar ahí pase lo que pase.
¡Qué interesante! Decías que respiráis juntos y esto es una expresión que me atrae.
Sí, sí, sí, es muy bonito. Yo creo que es lo más especial de este trío. Yo creo que es esa manera que los tres tenemos de llevar la música como si fuera un solo músico el que la está tocando.
¡Wow, qué pasada!
Hay una cierta sincronización, no sé cómo llamarla, casi espiritual entre los tres y hay muchísima telepatía y pasan cosas que hasta a nosotros mismos nos sorprenden.
¡Wow, qué pasada! Sí, sí, de hecho te iba a preguntar en qué notáis que habéis ido madurando y evolucionando en vuestra interacción y comunicación, pero lo que dices ya nos da muchas ideas.
Sí, es una cuestión… Es primero encontrar músicos afines a tu manera de entender la música y luego es tiempo de muchos conciertos, muchas situaciones diferentes. Y al final, pues sí, se acaba encontrando un espacio común que es muy bonito.
Y creo que a todo el mundo le va a atraer la unidad que expresas, que dices que vivís juntos en el trío, que ya no sois tres partes sino una homogeneidad.
Hoy en día con este mundo loco tan cambiante es difícil encontrar grupos tan duraderos en el tiempo, que llevan tantos años tocando juntos y yo creo que se agradece también.
La gente lo agradece, vamos, yo lo agradezco, o sea que a título personal, de verdad, ¡qué regalo! Bueno, Gilad Hekselman, Lau Noah, desde Nueva York, aunque bueno, Lau es de tierra catalana, ¿no? Y nuestra querida Verónica Ferreiro, menudas colaboraciones, ¿no? O sea, ¿por qué estas personas?
Sí, no puedo estar más contento. Bueno, pues porque los tres me parecen increíbles y bueno, pues en su momento les enseñé la música y les pregunté si les apetecía colaborar y los tres dijeron que sí y estaban encantados, entonces pues más encantado estaba yo.
¡Qué gozada, claro!
Entonces es una maravilla poder tener a cada uno de ellos en el disco y le aportan muchísima luz y muchísima riqueza a este disco, estoy muy contento. Sí, sí.
¿Cómo ha sido el proceso de que ellos vinieran a grabar o lo grabaran desde casa?
Tanto Lau como Gilad estaban en Nueva York cuando había que grabar por temas de deadline con la discográfica, entonces ellos grabaron desde Nueva York y luego Verónica sí que grabó aquí con nosotros en Madrid y una maravilla. Llegó y la primera toma que hizo es la que está en el disco. Fue un momento muy increíble. Sí, sí, es una cantante maravillosa, bueno, y Lau también y Gilad con la guitarra, pues eso…
Creo que le traen al trío en este disco en concreto una frescura preciosa, la verdad.
Sí, sí, sí, totalmente.
Que no quiere decir que cada nota vuestra no sea fresca, ¿eh? Para nada.
No, pero es verdad que añade un color diferente. De vez en cuando en algún tema aparece un invitado y es como…
Sí, sí, es bonito y veros acoger y abrazar a ese artista con toda su potencia es una preciosidad. Bueno, última pregunta más relajada, más liviana. Recomendaciones rápidas. Un disco, ¿ya puede ser contigo o sin ti?
Un disco, buah.
Hay muchos, ¿no?
Hay muchísimos, pero… ¿y tiene que ser de jazz?
No, no, no.
Vale.
No, no, no, pero nada.
Por ejemplo, La consagración de la primavera de Stravinsky dirigida por Teodor Currentzis.
Toma ya.
Con su orquesta, con MusicAeterna.
Qué bueno, sí. ¿Un libro?
Un libro… Ensayo sobre la ceguera, de Saramago.
Toma ya, toma ya, lo anotamos, lo apuntamos. ¿Una peli?
Una peli…
¿O una serie, un documental?
No, una peli, una peli te voy a decir. Por ejemplo, mira, Casablanca, que la vi hace poco. La vi hace poco, que no la había visto, y me encanta de vez en cuando revisar el cine clásico y no había visto Casablanca.
Clásicas, tío, que nos dejan a todos…
Así que venga, Casablanca.
Qué buena, qué buena. ¿Y una comida que ames?
El cocido de mi madre.
Buah, tío, eso ya no te lo podemos pedir, tío. Qué bueno, oye, qué gozo charlar contigo este ratito.
Un placer, de verdad, gracias por venir.
Te dejamos con la familia, con el trío musical.
Gracias, sí, estamos a punto de salir, o sea que vamos para allá.
Y nosotros también a escucharos con toda las ganas del mundo, de verdad.
Gracias, gracias por venir.
A ti, Dani.
Un placer, tío.
Igualmente.