Juan Saiz – Marco Mezquida – Manel Fortiá – Genís Bagés Pindio 2 (Leo Records, 2022)
Juan Saiz – Marco Mezquida – Manel Fortiá – Genís Bagés
Pindio 2 (Leo Records, 2022)
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Juan Saiz, flauta y saxos/ Marco Mezquida, piano/ Manel Fortiá, contrabajo/ Genís Bagés, batería.
Pindio 2 (Leo Records, 2022).
Seleccionado AIEnRUTAJazz 2023
Texto: Ricky Lavado
Nueva aportación del flautista/saxofonista cántabro Juan Saiz al prestigioso catálogo del sello británico Leo Records (Frágil Gigante, de 2020, fue la entrega más reciente de Saiz para Leo Records, en aquella ocasión acompañado de Baldo Martínez y Lucía Martínez), y segunda vuelta de tuerca, a modo de salto mortal sin red, del proyecto Pindio (tras su explosivo debut hace siete años con el interesantísimo H.C.).
Alternando flauta y saxo, presentando diez temas originales y mostrando un estado de gracia creativo envidiable, Juan Saiz retoma el proyecto Pindio, flanqueado esta vez por Marco Mezquida al piano, Manel Fortiá al contrabajo y Genís Bagés a la batería, para expandir en mil direcciones diferentes el camino iniciado en su debut. El resultado es un trabajo sobrio, denso, plagado de misterio y de aristas sorpresivas que obliga a una escucha detallista y atenta.
Pindio no son amigos del conformismo; ya desde los primeros compases del disco, con la frenética y brillante “Index librorum prohibitorum”, Saiz y compañía dejan claro que la propuesta de este Pindio 2 no contempla los lugares seguros ni la comodidad. Juan Saiz muestra en todo momento un despliegue de recursos y una variedad de enfoques y sonoridades, tanto a la flauta como al saxo, que le llevan a volar muy, muy alto en piezas como “El grito”, con sus solos rápidos, nerviosos y atonales por momentos; o en el juego de tensiones en el que se convierte “Pindio”. Mezquida brilla también con una versatilidad al piano y una amplitud de miras que le permiten transitar por una gama expresiva y emocional amplísima, convirtiéndose en contrapunto perfecto, o cómplice cuando es necesario, del trabajo de Saiz. La delicadeza lírica y armónica de “Aurora”, una de las piezas más emocionantes y dramáticas del disco, tiene mucho que ver con la destreza de Marco Mezquida, que ofrece un colchón paisajístico de piano para que la flauta de Saiz vuele libre. De igual forma, la grandiosidad épica en la que se convierte “Bellaskos” (otro de los grandes momentos de este disco) se construye en gran parte sobre los cimientos del piano de Mezquida. También hay espacio en Pindio 2 para las atmósferas oníricas, abstractas y desconcertantes, con las misteriosas “Dogma I” y “Dogma II”; y para el desenfreno rítmico de esencia bop, como en “Eber”, con su línea de contrabajo obsesiva e infecciosa cortesía de Manel Fortiá, y su rítmica fracturada por parte de Genís Bagés.
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