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LIBA VILLAVECCHIA TRIO Milano Jazz Club

LIBA VILLAVECCHIA TRIO Milano Jazz Club

LIBA VILLAVECCHIA TRIO
Milano Jazz Club

26

OCTUBRE, 2023

Liba Villavecchia (saxo alto), Àlex Reviriego (contrabajo), Vasco Trilla (batería)

Milano Jazz Club, 10 de septiembre de 2023.

 

Texto: Enrique Turpín

Fotos: Oscar García

Un niño pide a su madre que le acompañe al baño. Están tomándose un refrigerio para acumular fuerzas y encarar lo que queda de tarde estival en Barcelona. Bajan unas escaleras que conducen a un subterráneo con senderos que se bifurcan, como le gustaba a Borges imaginar. 

 

Toman uno de esos senderos de forma equivocada —o no, luego se verá— y se topan con un espectáculo insólito para lo que la pareja pudo haber imaginado que pudiera haber sido un extraño hilo musical en los dominios del inodoro. Azorados, sueltan las puertas oscilantes, desandan sus pasos y regresan por donde han venido, porque las urgencias no pueden esperar por cuanta epifanía que se les cruce en el camino. Madre e hijo no saben que sus vidas van a ser otras a partir de ahora, que la sorpresa que vivieron les acompañará de por vida, al igual que la música que lograron apresar por unos instantes, ¿o fue la música la que los apresó a ellos? Desconocían que lo que llegaba a sus oídos era la puesta de largo del último trabajo de Liba Villavecchia Trio, una formación que ha ensanchado los límites de la improvisación jazzística barcelonesa con dos rotundos discos que son de escucha obligada para la cabal comprensión de lo que se cuece a estas alturas del siglo en la Ciudad Condal.

 

 

 

El trío fue fundado en marzo de 2021 y para el año siguiente ya tenían prueba física de su encuentro, a cargo de la siempre inquieta disquera portuguesa Clean Feed. Bajo este cálido cobijo luso han vuelto a unir fuerzas para entregar un trabajo fruto de sus experiencias en ruta, sobre todo, como se encargó de señalar el líder, gracias a la recepción que su propuesta ha tenido en Polonia, donde se sienten como en casa. Al final va a ser el cariño no forzado lo que ayude a labrar destinos comunes en las personas, por si alguien todavía no ha caído en la cuenta. El caso es que tras Zaidín, ahora le llega el turno a Birchwood (Clean Feed, 2023), un homenaje velado a los paisajes polacos por los que transitan, al menos tres veces al año. Así los quieren, así son contratados. Adebules, abedules y más abedules, todos ellos mágicos, salutíferos, como las seis composiciones que componen el disco.

Hechas las presentaciones, el trío empezó a caminar con paso firme, atacando la primera pieza, homónima del trabajo que presentaban. Birchwood (‘madera de abedul’) es un dibujo lleno de aristas y remansos que homenajea a esos árboles que han ido acompañando el paisaje europeo tras lasa ventanillas durante estos dos últimos años. El viaje reposado ayuda a fijar lo vivido en la memoria y da la sensación de que tanto Villavecchia como Trilla y Reviriego han podido hacer acopio de momentos para sumar al álbum de recuerdos. Pronto se nota que entre las fuentes del grupo está Ornette Coleman como manantial fundacional, donde también convergen las enseñanzas de Evan Parker, Roscoe Mitchell o Thomas Chapin, al que rindieron tributo con la composición “Bypass” (de Sky Piece, 2005) del multiinstrumentista estadounidense tempranamente fallecido, revisitada con ímpetu novedoso desde que la presentaran como corte del anterior Zaidín. Tras el furioso desembarco, le llegó el turno a “Lublin”, otro recuerdo a esa hermosa ciudad polaca en la que los tres se encuentran como en casa. Entre ritmos rotos, entrecortes, flujos y melodías fue avanzando el programa. Para entonces, las cartas ya estaban sobre al mesa y la fiesta estaba servida. Con “Zaidín” volvieron a hacer de las suyas y propulsaron la cita para recalar en una pieza inédita, “Bika”, si no entendimos mal, firmada por Reviriego, que ha expandido las posibilidades sonoras de su instrumento del modo en que lo han hecho sus compañeros, con firmeza, riesgo, investigación y valentía: pulsión firme, arcos dolientes, percusión y armadura versátil, con las baquetas y artilugios variopintos de Trilla como aliados experimentales. “Senán” y “Deep Yellow” confirmaron la apuesta del trío, que ha hecho de la expansión sónica de sus instrumentos un artefacto que reivindica lo mejor de la tradición jazzística que los impulsa. Como el abedul, también este trío tiene propiedades diuréticas, desinfectantes, antireumáticas y febrífugas, por lo que la exposición prolongada a la música que emana de ellos socorre incluso ante noticias nefastas, como el inminente cierre del local en el que se colaron por la urgencia aquella madre y aquel hijo despistados. No creo que en la trattoria que pretenden montar sobre sus escombros pueda disfrutarse desde el hilo musical de la alegría con que el respetable degustó Birchwood. Un osado trío al que habrá que seguir la pista, aquí, en Polonia o en Pekín. No se los pierdan. No defraudan.

 

 

Written by Enrique Turpín

Octubre 26, 2023

Kenneth Jiménez, Michaël Attias & Francisco Mela  Caribú (577 Records, 2023)

Kenneth Jiménez, Michaël Attias & Francisco Mela Caribú (577 Records, 2023)

Kenneth Jiménez, Michaël Attias & Francisco Mela 
Caribú (577 Records, 2023)

19

OCTUBRE, 2023

Kenneth Jiménez, contrabajo / Michaël Attias, saxo / Francisco Mela, batería

Caribú (577 Records, 2023)

Texto: Ricky Lavado

Otra joya a sumar en el catálogo de 577 Records. Desde Nueva York, con las raíces firmemente asentadas en los márgenes menos transitados de la música de vanguardia (signifique eso lo que signifique), 577 Records lleva ya más de dos décadas funcionando como hogar y centro de operaciones de las mentes más inquietas de la escena jazzística internacional. Cada nuevo lanzamiento es una sorpresa, y el sello de calidad que la discográfica se ha ganado con el paso de los años nos asegura, como mínimo, una cosa; nunca te dejarán indiferente sus discos.

En esta ocasión, y bajo el nombre de Caribú, 577 Records nos presenta la feliz (y brillante) unión del batería cubano Francisco Mela con el contrabajista costarricense Kenneth Jiménez y el saxofonista israelí Michaël Attias (tres pesos pesados del underground neoyorquino). Caribú es básicamente, como muy bien resumen sus protagonistas, lo que surge al juntar a “tres amigos unidos por su amor compartido por la música experimental”. El resultado, como era de esperar, es excelente.

Todo el disco está impregnado de una atmósfera de diversión, naturalidad y luminosidad que atrapa desde el primer momento. Las composiciones favorecen ese ambiente, obviamente, pero es justo destacar la producción y sonido de Caribú, a cargo del incombustible y siempre sorprendente guitarrista venezolano Juanma Trujillo. Este disco suena muy bien, con una producción sencilla, natural, vacía de artificios y consagrada a capturar la energía espontánea y llena de frescura de tres músicos excepcionales.

El estilo de Francisco Mela es puro instinto, y las baterías de este disco suenan movidas por un impulso primario, desenfadado, mucho más intuitivo que cerebral. No hay sofisticación aparente en la forma de tocar de Mela, ni virtuosismos gratuitos, y en este caso eso ha de considerarse una virtud. La batería y las percusiones de Caribú suenan salvajes e imaginativas, creando un todo de aires tribales que funciona a la perfección con la garganta desgañitada de Francisco Mela de fondo. En opinión de un servidor, esos son los mejores momentos de Caribú: piezas como “Eco”, “Caribú” o “Festejo” se convierten en una suerte de fiesta en la que los vientos desarrollan melodías y ambientaciones de aires tan lúdicos como misteriosos, mientras el contrabajo cabalga incansable con un pulso bop, dejando espacio suficiente para que las baterías y las voces exploten en mil direcciones diferentes. Resulta emocionante e hipnótico oír a Mela repetir una y otra vez “Todos los niños unidos del mundo nos queremos divertir; qué si fuera feliz, qué mundo tan bello”, parapetado tras un muro de rítmica fracturada y libre.

También hay momentos para la abstracción en Caribú, con resultados dispares, pero siempre interesantes. “17 White Street”, por ejemplo, consiste en una ambientación etérea y misteriosa construida sobre el sonido de una flauta envuelta en percusiones sutiles y atmosféricas, que por momentos cae en un excesivo ensimismamiento; mientras que los más de ocho minutos de “Lastre y barro” suponen una tormenta de velocidad en la que el contrabajo suena obsesivo, agresivo y amenazador por momentos. 

Caribú demuestra no sólo el brillante momento creativo que atraviesan Jiménez, Attias y Mela; es muestra firme también del buen estado de forma de 577 Records y su puntería habitual para rastrear y publicar trabajos tan creativos y sorprendentes como subterráneos para el gran público. Bien por ellos.

Written by Ricky Lavado

Octubre 19, 2023

Carlos Bica Interview Lava Jazz Festival (Azores)

Carlos Bica Interview Lava Jazz Festival (Azores)

Carlos Bica Interview
Lava Jazz Festival (Azores)

12

OCTUBRE, 2023

En 21 de septiembre en la isla de Pico (Islas Azores) tuve el placer de entrevistar al contrabajista portugués residente en Berlín Carlos Bica, en el Festival Internacional de jazz LAVA, después del concierto a cuarteto en el Auditorio Madalena (Isla de Pico); concierto que abre la IV edición del LAVA JAZZ FESTIVAL.

In&OutJazz: Es una line-up increíble, es la creme de la creme ¿Puedes presentarnos a la banda? 

Carlos Bica: Sí, es una cosa a la que le doy una importancia inmensa. Yo prefiero pensar lo primero en los músicos antes que pensar en los instrumentos que ellos tocan. Muchas veces hay músicos que yo pienso que erran por eso, por decir “Ok, necesito un guitarrista”. Pero yo no quiero un guitarrista, yo quiero un músico, que para el caso toque la guitarra. Yo suelo decir que un músico no puede vestir la piel de un instrumento que toca. O sea, en primer lugar, cuando es un músico, independientemente del instrumento que él toque, que puede ser un buen baterista o un buen guitarrista, pero como músico, la manera con la que escucha, la manera de orquestar, la manera en cómo toca, ¿no?, esto, es más. En primer lugar, es un músico, un músico puede tocar este o aquel instrumento, ¿no? Y es muy importante, yo creo, el casting. Todo empieza por un buen casting. Y bueno, yo tuve la suerte de ir conociendo a estos músicos, así, uno después de otro. Inicialmente, esta formación surgió con un dúo, con otro guitarrista. Después se juntó un saxofonista. En este instante estos dos músicos iniciales ya no tocan en la banda. Y ahora toca Gonçalo Neto en la guitarra, en el vibráfono Eduardo Cardinho, y en el saxofón José Soares. Bueno, yo los conocí…

a Eduardo Cardinho lo conocí en un festival en Alemania, en el que nos pusieron a tocar

juntos, pero yo no lo conocía, ni él a mí, a pesar de ser los dos portugueses. Y fue en un festival en Alemania que nos pusieron a tocar juntos, junto con dos músicos, dos alemanas, y fue así que yo lo conocí. El vibráfono no era un instrumento por el cual yo tenía una gran pasión. Pero ahí está, hay tal cosa como escucharle a él a tocar, a Eduardo Cardinho y decir ¡wow! Y después me imaginé cómo el vibráfono y la guitarra casarían. Es un casamiento perfecto. Y después José Soares toca el saxofón como pocos. Es de un enorme virtuosismo, a pesar de no usar el virtuosismo de una manera barata, ¿no? Pero es increíble, yo creo es impresionante los sonidos que él consigue sacar del instrumento, pero sin nunca ser show-off, ¿sabes? Eso es.

In&OutJazz: Y en cuanto a tu composición, tus composiciones, ¿cómo ha sido la evolución desde el álbum “Azul”?

Carlos Bica: Yo continuo, o intento mantener una imaginación creativa. Es una cosa que es importante en cuanto músico creativo. Practicar regularmente, crear, improvisar, experimentar. Esa curiosidad siempre de descubrir cualquier cosa nueva. Y bueno, yo, la manera en que escribo música es una manera muy intuitiva. Me pongo en un instrumento, un contrabajo o un piano, a pesar de no saber tocar piano, toco y de ahí salen ideas. Y después, digamos que la dificultad está en sentir la energía que un determinado fragmento melódico o rítmico tiene. Y sentir, “ok, esto tiene energía, aquí hay alguna cosa”. Y bueno hay músicas que salen de una vez solo, otras que son solo dos o cuatro compases, pero que yo siento que hay ahí alguna cosa que yo tengo que continuar. Y después, cuando se tiene ese proceso creativo, ese proceso creativo continúa trabajando en el subconsciente. A veces sucede que pienso, escribo cualquier cosa y después, quizás una semana después, escribo otra cosa. No estoy pensando en lo que escribí, pero acaba por ser parte de la música. Porque nació durante el mismo espacio temporal.

 In&OutJazz: ¿Y para ti qué es más importante? ¿La melodía? ¿La armonía? ¿El ritmo? ¿Cómo lo integras?

Carlos Bica: Yo diría que mi fuerte siempre es que soy bueno percibiendo, a pesar o estando abierto a todo lo que pueda haber y vivir, qué es lo mejor para dar en cada momento. Nosotros somos diferentes de los demás. Tengo el hábito de grabar improvisaciones y ensayos. Sé que tengo un fuerte lado melódico. Tengo facilidad en escribir melodías. Pero me gusta todo. Me gusta tocar en situaciones musicales, incluso de improvisación total. Me gusta tocar en el trio “Azul”. Diría que Jim Black es uno de los mejores bateristas del mundo. Es impresionante. Y ese lado rítmico que ofrece es fuera de serie. Me gusta mucho, claro.

In&OutJazz: ¿Cómo defines tu música en primera persona?

Carlos Bica: Indie jazz.

In&OutJazz: Indie jazz. Hahahaha.

Carlos Bica: Hahaha, es que un crítico una vez escribió algo así, Indie Jazz o algo parecido. No sé bien. Ahora bien, en el fondo de mi música está el resultado de todas mis experiencias musicales. Empecé a tocar con jóvenes, bandas de garaje, jam, rock. Después conocí el jazz en los años setenta, en los míticos festivales de jazz de Cascais, en los que tocó Miles Davis, Ornette Coleman, todos esos músicos que tocaron allí. En esa época, ir a un concierto de esos… La actitud era igual para ir a ver a Genesis o a Yes, o ir al jazz en Cascais. El público era el mismo y esa era bueno. Las personas iban allí porque estaban hambrientas de ver espectáculos artísticos con esa calidad. Empecé a estudiar música a los 18 años. Fue el premio que me dieron mis padres por ir a la universidad. Pero yo no sabía lo que quería estudiar. Pensé que tal vez la psicología era lo más interesante pero no lo conseguí. Entonces me inscribí a geología que es más o menos lo mismo hahahaha. Fue ahí que comencé a estudiar música. Y dije, ok, esto es lo que quiero. Y el contrabajo fue por mera casualidad. Fui a la Academia de Amadores de Música, donde yo estudié. Entré allí, es un día que recuerdo muy bien. Entré en el pasillo principal, escuché la flauta, el violín, el piano, el canto, todos los instrumentos. Fue como entrar en un templo sagrado. Y después, en la banda de garaje que tenía poco tiempo antes de tocar un bajo eléctrico fue así:

– ¿Tocas guitarra?

– Sí, toco.

– Tú coge el bajo que yo toco mejor la guitarra que tú. Tú tocas el bajo.

Y entonces tuve la curiosidad de ir a explorar la sala de contrabajo que en esa época era en el auditorio. Un auditorio pequeño, con buena acústica. Y estaba en el palco, porque había escasez de salas de clase. Y entonces, la sala de contrabajo era en el auditorio, encima del palco. Y entonces, el profesor estaba estudiando, y yo me senté allí. Y fue así:

– ¿Puedo ayudarte?

– Vengo a inscribirme en un instrumento, pero no sé cuál

-¡Ah, sí! ¡Entonces muéstrame tus manos! ¡Tienes buenas manos de contrabajista!¡Hasta mañana!

Y después, en el fondo, estudié música clásica. Mi formación es de música erudita. Y después recibí una beca de estudios, y fui a Alemania a estudiar. Yo quería aprender música, y quería aprender a tocar un instrumento, completamente abierto a todos los estilos musicales, sabiendo que me gustaría tocar música improvisada. Nunca ambicioné ir a una orquesta de música clásica. A pesar de que esa era mi formación. Y, en el fondo de mi música, como ves, tengo el rock de la juventud, la música erudita de mis estudios, y al mismo tiempo siempre el jazz, improvisación. Y mi música es el resultado de todas estas experiencias musicales.

In&OutJazz: ¿Cuál es tu experiencia en el festival, en LAVA JAZZ Festival?

Carlos Bica: Yo nunca había estado en la isla y es verdaderamente un sitio especial. Y es increíble la iniciativa de intentar hacer aquí un festival de jazz porque nunca hubo nada aquí. Creo que es el cuarto año, pero independientemente de eso, no sucede aquí regularmente, pienso yo. Pero bueno, siempre hay que empezar. Ha sido bueno.

In&OutJazz: ¿Qué aporta cada uno de la banda, del line-up? ¿Cuál es la aportación de cada uno?

Carlos Bica: Es difícil decirlo en palabras

In&OutJazz:  Una banda increíble, liderada por ti, por un grande ¿Qué aporta cada uno?

Carlos Bica: Ellos son jóvenes, tienen todos 30 años. Pero no siento eso, no siento esa diferencia de edad que existe entre nosotros. Tocar con esta formación sin batería es un desafío. Porque, y ahora lo comentábamos, cada uno de nosotros es parte de la sección rítmica. Y José Soares en el saxofón hace eso excelente. Muchas veces el saxofonista está por encima. pero la manera como él frasea…Basta una nota en cierto sitio y ya toda la gente percibe y dice “ok, esta es el pulso” O sea, aquí todos nosotros nos ayudamos a sentir la pulsación. Porque, bueno, si tienes un baterista que marca el tiempo es fácil, ¿no? Pero lo que se pretende es que exista un tiempo, una pulsación, que se respira y que muchas veces no se escucha, ¿no es? Es decir, no se escucha, se siente. No se escucha, pero se siente.

In&OutJazz: Qué interesante. Ok, esto ha terminado.

Carlos Bica: Es un placer estar aquí contigo.

In&OutJazz: Para mí también, muchas gracias.

Carlos Bica: Gracias por la entrevista.

Written by Bega Villalobos

Octubre 12, 2023

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