Seleccionar página
Luis Nacht, Demian Cabaud, Jeff Williams – Furtivo (Club del disco, 2024) – Review

Luis Nacht, Demian Cabaud, Jeff Williams – Furtivo (Club del disco, 2024) – Review

LUIS NACHT

DEMIAN CABAUD

JEFF WILLIAMS

Furtivo

Review

06

Febrero, 2025

Han pasado ya veinticuatro años desde el debut discográfico del argentino Luis Nacht con el laureado Nacht Musik (BAU Records, 2001). Mucho ha llovido desde entonces, y tras once discos como solista, un sinfín de colaboraciones discográficas (Lucia Pulido, Fernando Otero, Paula Schocron, Miguel Tarzia y muchos más) y haberse convertido en nombre imprescindible en los escenarios del universo del jazz contemporáneo a nivel internacional (como solista o acompañando a una lista inacabable de pesos pesados del jazz moderno como Tony Malaby, Horacio Fumero, Bruno Chevillon o David Xirgú, entre muchos otros), Luis Nacht afronta el lanzamiento de su nuevo álbum Furtivo firmemente asentado como una de las figuras más destacadas que el jazz de América Latina ha ofrecido en las últimas décadas.

Flautista, guitarrista y cantante de música latina originalmente, Nacht incorporó posteriormente el lenguaje del jazz en su bagaje creativo mediante el estudio del saxofón bajo la tutela de George Coleman o Richard Beilach, iniciando una trayectoria tan premiada como influyente, en su argentina natal primero y poco a poco en la escena internacional, cuyo capítulo más reciente es este brillante y elegante Furtivo.

En esta ocasión el bonaerense se presenta acompañado de dos escuderos de auténtico lujo, en forma de trío clásico y altamente efectivo. Por un lado, tenemos al también argentino Demian Cabaud, miembro habitual de la prestigiosa Orquesta de Jazz Matosinhos (Portugal) y docente en el Conservatorio de Oporto (Esmae) y en el programa Master de Jazz en Siena, Italia. Los caminos de Luis Nacht y Demian Cabaud ya se habían cruzado previamente, y la más que evidente química entre ambos marca por completo el carácter de esta nueva aventura discográfica. La solvencia y elegancia de Cabaud al contrabajo (colaborador habitual de gigantes como Joe Lovano, Kurt Rosenwinkel o Maria Rita) otorga a Furtivo una pátina de clasicismo que se mimetiza con el apabullante trabajo realizado por el tercer pilar de este disco: ni más ni menos que el siempre brillante Jeff Williams a la batería. La trayectoria de Williams arranca en la década de los sesenta del siglo pasado, y podemos rastrear su impronta creativa a lo largo de una lista de colaboraciones que quita el hipo: de Marc Copland, Stan Getz, Lee Konitz o Dave Liebman, a Michael Formanek, Paul Bley, Richard Beirach o Ethan Iverson.

Furtivo, grabado en los estudios Vértigo de Barcelona, es el resultado de las experiencias acumuladas por los tres músicos a lo largo de una gira europea conjunta; con semejantes credenciales, huelga decir que el nivel de composición y ejecución del disco es altísimo. El trío funciona como un sólo ente musical en el que saxo, contrabajo y batería caminan de forma armónica creando paisajes en los que la pulcritud de la producción y la brillantez de los arreglos maximizan las posibilidades expresivas de cada elemento, proponiendo un viaje de texturas analógicas añejas que remiten al sonido más clásico del jazz. A lo largo de Furtivo hay dejes del sonido y la actitud del jazz de club clásico que evoca épocas doradas de sellos como Vanguard o incluso Blue Note, pero todo ese bagaje está filtrado por la sensibilidad contemporánea de tres músicos enormes que no se contentan con remedar clichés de género; Nacht, Cabaud y Williams recogen esa tradición y la reimaginan desde una perspectiva actual para crear un álbum tan personal como completo.

Texto: Ricky Lavado

Febrero 06, 2025

Camila Nebbia Interview

Camila Nebbia Interview

CAMILA NEBBIA INTERVIEW

23

Enero, 2025

Texto: Begoña Villalobos

Fotos: Cristina Marx, Juliane Schültz, Aurélie Raidron

Podcast de la entrevista completa + Transcripción de parte de la entrevista a continuación

Desde In&OutJazz hemos tenido el placer de entrevistar a Camila Nebbia, una de las voces de la música improvisada más interesantes de la escena internacional de vanguardia. Camila Nebbia es saxofonista, compositora, improvisadora, artista visual y curadora, nacida en Buenos Aires, radicada en Berlín. La artista multidisciplinaria trabaja en la creación y destrucción de la memoria de archivo, explorando los conceptos de identidad, migración y memoria a través de su trabajo. Ha tocado y grabado con numerosos artistas de la escena internacional como Marilyn Crispell, Michael Formanek, Angélica Sánchez, Randy Peterson, Tom Rainey, Patrick Shiroishi, Vinnie Sperrazza, Katt Hernandez, Kenneth Jimenez, Lesley Mok, Susana Santos Silva, Elsa Bergman, el colectivo Arfi de Lyon, Joanna Mattrey, el regulador Flow de Vincent Dromowski, Kit Downes, Andrew Lisle, John Hughes, entre otros.

 

In&OutJazz: Hola Camila, gracias por la entrevista, es un placer conocerte.

Camila Nebbia: Lo mismo digo, gracias por contactarme.

Yo te conozco ya hace tiempo, ya hace tiempo que te sigo. Por cierto estuve en junio en Madrid con Luis Nacht.

Ay, qué lindo.

Me contó que había sido tu profesor. Estaba muy orgulloso de ti, te admira mucho.

Ay, qué amor, lo amo a Luis, es lo más.

Sí, ¿no?

Sí, sí, sí.

¿Conoces In&OutJazz Magazine?

Sí, cuando me escribiste ya había leído, después me puse a mirar un poco más, es muy interesante.

Claro, es una revista de jazz, somos un equipo de quince. Está enfocada en el jazz vanguardia, noise, free jazz, etc. Estoy en la lista de El Intruso como crítico internacional. Los fundadores viven en Los Ángeles, son argentinos, los conoces, ¿verdad?

Sí, sí, sí, qué bueno que participas en El Intruso.

También In&OutJazz es miembro Europe Jazz Media.

Casualmente hace unos días Alfred Vogel me envió tu disco Eyes to the Sun con Luis Genovese y Alfred. Lo acabo de escuchar. Eres una artista completísima, polifacética total. He visto tus películas, increíbles. La primera pregunta hace referencia a eso. ¿Qué es antes, saxofonista, compositora, improvisadora, artista visual?, ¿Cómo empieza todo?

La verdad que todo empezó con el saxo. Toco el saxo desde muy chiquita, desde los nueve años. Así que esa siempre fue como mi conexión al arte. Aunque siempre en mi casa con mi familia, siempre estaba conectada al arte. Porque mi mamá es artesana, entonces todo lo que es manualidades me encanta. Y cuando me puse a estudiar en el conservatorio, estudié a la par cine. Entonces desarrollé las dos cosas a la misma vez. Si bien había empezado saxo desde mucho más temprano, después hice mucho a la par. Y cuando terminé mis estudios en cine decidí sumergirme 100% en la música, porque era lo que más me llamaba y sabía que de alguna manera iba a encontrar la relación con el cine en algún momento. Entonces se fue dando medio espontáneo, como entró lo otro en mi vida.

¿Cómo llegas como al jazz más improvisado?

Yo creo que fue también parte de descubrirlo, ¿no? Desde muy chica tengo mucho interés por diferentes músicas, como me encanta el punk, me encanta música mucho más abierta. Y creo que cuando descubrí…, o sea, yo ya estaba estudiando jazz, tocando jazz. Y cuando empecé a descubrir el mundo más del free me cautivó. Fue como que medio me atrapó. Y dije “bueno, va por acá, esto es lo que más resuena conmigo”. Tenía sentido con cosas que había escuchado de mi adolescencia. Entonces sentía que tenía que ver conmigo. Y creo que el primer artista que escuché fue Ornette Coleman. Y no me lo olvido jamás. La primera vez que escuché un disco de él fue como “¿qué es esto? Necesito saber más”. Así que así empezó.

Claro, es que eso te atrapa y es difícil volver a atrás. Yo soy una melómana atrapada por el free y es algo intenso…

Totalmente. Sí, sí, por mucho tiempo sostuve muchos mundos a la misma vez, pero siento que después, hace unos años, solté un poco más otros caminos y me empecé a…, o sea, sigo tocando un montón de música escrita relacionada con el jazz, pero con formas más abiertas o, no sé, trato de no ponerle mucho nombre para siempre estar abierta a lo que me den ganas de hacer. Pero bueno, sí, eso que decís, ¿no? Cuando te atrapa, te atrapa algo.

Te atrapa, sí, sí, sí. Hoy he escuchado la serie de discos a dúo,  me ha encantado el dúo con  Angélica Sánchez.

Ah, gracias.

En cuanto a la instrumentación, veo que tienes proyectos en solitario, muchos dúos, otros como Aura con ensemble de cuerdas…etc.  ¿Cómo planteas los proyectos?

Depende de qué es lo que estoy buscando. Con respecto a los proyectos colaborativos, como el de música improvisada. Generalmente es más con la gente que quiero tocar, que me encanta su música, que me motiva mucho. El dúo con Angélica u otros grupos que tengo que son colaborativos. Después cuando escribo música pienso no solamente en las personas con las que quiero tocar, sino en una instrumentación que me gustaría y que me motive o que sea en algo nuevo…, algo nuevo para mí, como un desafío y que sienta que tengo algo para decir con esa instrumentación. Y a partir de eso pienso, bueno, con qué personas me encantaría tocar, me importa muchísimo lo humano. Cuando armé Aura en Buenos Aires, para mí era importantísimo que fuera un grupo humano, buena onda, ¿no? Que haya una buena energía. Y eso fue, sinceramente, la grabación entre toma y toma, nos estábamos riendo, estábamos disfrutando y para mí es muy importante eso, cuando armo un proyecto. Así que es un balance entre esas cosas, ¿no? Y mis discos sola, generalmente pienso más en algún concepto o algunas ideas que quiero transmitir o que quiero desarrollar. Entonces lo hago más que nada para eso. Para, bueno, trabajar en algo, me encanta, focalizarme en algunas ideas y desarrollar o tener algún concepto para expresar a través del disco y… Siempre es un desafío grabar sola o hacer algún proyecto sola. Me encanta eso, me encanta el desafío y hacerlo, ¿no?

En cuanto a la instrumentación, utilizas muchas cuerdas.

Sí, me encanta.

Es increíble, sí. Yo conocí a Biliana Voutchkova en el Festival de Eslovenia.

Ah, esa es increíble.

Increíble, y a Joanna Mattrey también, con el cuarteto de una violonchelista chilena…, Edwards.

Sí, con Joanna he tocado mucho y sigo tocando. Tenemos diferentes proyectos, nos conocimos ya hace varios años. Así que siempre intentando encontrar formas. Porque a veces, ¿viste? No vivimos en el mismo lugar que algunos músicos, entonces hay que encontrar formas. De poder estar en el mismo lugar haciendo música. Y eso es divertido.

Los proyectos que tú haces, ¿responden a una evolución musical tuya o no? ¿O cada uno es independiente?

Puede ser… Yo creo que siempre estamos, como seres humanos estamos siempre cambiando, ¿no? Y estamos…, sí, no sé…, ojalá evolucionando. Así que sin duda siento que cada cosa que hago es diferente de la anterior, pero obviamente hay algún hilo conector que…, como un lenguaje que intento desarrollar personal o conceptos que me gusta seguir profundizando, pero trato de que la música siempre sea diferente para también poder crecer.

¿Cuál es ese hilo conductor o esos conceptos? ¿Cuáles son los patrones recurrentes?

Bueno, muchos conceptos que estuve profundizando o quizás inspirándome con ellos, son: primero, la memoria es algo que tuve muy presente en mis discos, en mi trabajo. También el hecho de haber migrado, eso me afectó bastante en lo que hice. Porque cada lugar donde…, o sea, no es lo mismo para mí vivir en Buenos Aires que vivir acá. Todo mi entorno cambió. Entonces cambia también la forma de hacer música. Creo que mucho…, siempre digo que mucho de lo que me influenció y me sigue influenciando es de donde vengo. Porque ya los ruidos de la ciudad de Buenos Aires me inspiran un montón y me han inspirado, sin saberlo, quizá me di cuenta de eso cuando me fui de ahí y de repente escuchaba otra ciudad y me daba cuenta que mucho del caos que busco en mi música viene también de ahí, del caos, de donde vengo.

Claro, muy interesante, además has vivido en muchísimos sitios. Ahora vives en Berlín, ¿sí?

Ahora vivo en Berlín. Sí, no estoy ahora en Berlín, pero vivo en Berlín. Y, sí, los últimos años viví en muchos lugares, en varias ciudades. Y también estuve un tiempo, como unos seis meses, sin estar en ningún lugar. Como simplemente, viajar y donde sea que tocaba, estaba ahí. Fue bastante interesante. Y ahora tengo…, estoy viviendo en Berlín, pero, bueno, viajo bastante. Trato de estar en movimiento. Me encanta. Aprendo muchísimo de este movimiento.

Claro, porque ¿qué cambio provoca este movimiento? ¿Qué aprendizaje genera en ti?

Yo creo que bastante flexibilidad es una. Y es algo que me encanta siempre trabajar, ¿no? Sí, trabajar en una misma. En no solo nuestra flexibilidad, pero también en nuestras expectativas, en cómo vemos… ¿Viste? Cada sociedad es diferente. Entonces, cada músico que conoces de cada lugar es diferente, y eso me interesa mucho, ¿no? Como la experiencia sociológica de esta música y de estar yendo de lado a lado. Hace poco me pasó que, en un concierto, un tipo que vino a escuchar me preguntó con qué grupo me sentía yo más cómoda tocando, porque cada vez que me veía, me veía con un grupo nuevo. Entonces, él no estaba seguro de si en lo que escuchaba había química o no. Él quería saber, ¿viste? Y yo le dije que a mí realmente me encanta conocer gente nueva. O sea, tengo grupos y me encanta tocar y desarrollar proyectos con grupos estables, pero también disfruto mucho de esta experiencia que es lo desconocido, ¿no? Es como… Sí, es una manera de ver y de sentir la música que es diferente a estas estructuras de tener un lugar estable, un grupo estable. A mí me gusta más estar siempre en movimiento e ir desarrollando con grupos a lo largo del tiempo, pero también tener esta oportunidad de crecer constantemente y de cambiar constantemente.

¡Qué interesante! ¡Qué interesante, Camila! Todo esto de lo desconocido, la apertura a lo nuevo, al cambio…, es un desafío a nivel personal y a nivel musical, ¿no?

Sí, sí, totalmente.

Yo te escucho y te veo y tienes mucho peso. Estoy deseando sacar más tiempo para escucharte más. Escuchar y re-escuchar, porque captas absolutamente toda mi atención. La narrativa que tienes, la estructura dentro del caos…etc. ¿Cómo estructuras todo esto? ¿Cuánto hay de composición y cuánto de improvisación?

Con respecto a esto último, yo creo que cuando escribo música, obviamente depende siempre de qué es lo que estoy escribiendo, pero generalmente me gusta hacer un balance entre las dos cosas, como el material escrito y los momentos de improvisación. Pero me gusta hacerlo de una manera que quizás cuando lo escuchas no sabes exactamente cuándo se terminó lo escrito. Y me encanta también poder escribir para un grupo de improvisadores que sé que van a hacer de la música algo propio. Y me interesa un montón.

¿A qué te refieres? ¿Sería como no saber cuándo acaba la composición y empieza la improvisación?

Como a veces mi forma de componer es, bueno, escribo un montón de cosas, y después digo “bueno, ahora me gustaría que como ensemble trabajemos cierta textura o cierta improvisación, o el material escrito lo destruimos y vamos hacia la improvisación”, o no sé, depende qué es lo que estoy escribiendo. Realmente ahora no sé exactamente cómo describirlo, pero sí trato de que no es que sea algo… Viste que en el jazz es bastante claro cuando se escucha la melodía y que después empieza la improvisación. Y a mí me gusta que quizás sea algo un poco más abierto que eso y que los momentos compositivos aparezcan en diferentes partes, no necesariamente comienzo y final o comienzo e intermedio y final, y sea más algo que esté pensado en esto que acabas de decir, como una narrativa, y pienso más en eso. Trato de pensar, cuando viene la improvisación, por ejemplo, en un ensemble grande, ¿qué es lo que quiero?, ¿qué es lo que me gustaría lograr con el ensemble? Que haya momentos donde estemos todos tocando y que trabajemos como ensemble, eso, por ejemplo, en Aura lo hemos trabajado. Hemos trabajado el cómo existir en grupo tocando nueve personas al mismo tiempo. Y también momentos de dúos, tríos, y cómo se van dando esos cambios naturalmente. Y la verdad que eso es también pura magia del grupo, porque todo eso no está escrito en el papel, ¿viste? Es algo que vamos viendo en el momento, vamos viendo qué cosas surgen. A mí me gusta mucho estar abierta a lo que la gente quiere proponer. No lo quiero determinar todo.

¿Propones un motivo, o cómo lo haces?

No. Proponer lo que puede llegar a pasar después del material compositivo, o cómo vamos a tocar el material compositivo. Me gusta más generar espacios horizontales donde cada persona que integra la banda puede proponer cosas si quiere. Y si no quiere, yo también traigo mis ideas y las hacemos, pero estoy abierta a eso, siempre.

Me imagino que…, o sea, ¿qué papel juega la intuición en todo esto?

Un montón. Un gran papel, porque yo creo que sí, la intuición en la improvisación es todo, pero también lo que va surgiendo en el ensayo. A veces voy con material escrito y digo, bueno, no tengo ni idea cómo lo vamos a resolver, lo veremos ahí en el ensayo, y va surgiendo, ¿viste? Vamos en el momento tomando decisiones, y veo cómo también me llega lo que el resto propone y lo vamos decidiendo en el momento.

¡Claro, qué interesante!

Y a veces que voy escuchando el ensayo, digo “wow, todo esto que ni se me hubiera imaginado, ¡me encanta!” Entonces queda ahí y es parte del arreglo, quizás.

Vale. El último álbum que has grabado La Permanencia de los Ecos con 577 Records, con Joanna Mattrey…, ¿es el último, verdad?

Con un ensemble, sí. Así con un grupo con mi música, sí, es el último disco.

Es una pieza de 34 minutos, ¿no?

Sí.

¿Y eso cómo lo grabáis? ¿Lo grabáis en Nueva York?

Sí, yo había ido a tocar allá gracias a Mutual Mentorship, que es un programa que crearon Jen Shyu y Sara Serpa. Y fui, creo que fui en el 2021… Ahora no me acuerdo si fui en el 2021 o el 2022. Pero, no, 2022, porque creo que por la pandemia no pude ir en el 2021. Y la idea, la proposición, ellas armaron un festival, entonces podía armar una banda y a mí se me ocurrió armar esta banda con este grupo, con Maya Keren, Cecilia López, Lesley Mok y Joanna Mattrey. Y escribí esta composición que es una composición larga, pero que tiene un montón de partes de improvisación y como que la idea para mí era un poco jugar con el material, destruir el material, no necesariamente tocarlo tal cual, ¿no? Como crear algo nuevo con este mapa que había creado. Y después de esa experiencia, en ese viaje no llegamos a grabar porque fui por menos de una semana y no lo logré. Todas estaban bastante complicadas de tiempo. Así que volví por una residencia unos meses más tarde y ahí logré grabarlo. Estaban todas en Nueva York y encajamos y fuimos al estudio y le hicimos así dos tomas. Así que bueno, una de ellas es la toma.

O sea, dos tomas de 34 minutos seguidas, ¡wow! Me encantaría estar en una grabación así hahaha.

Sí, fue divertido, también muy arriesgado ahora que lo pienso. Pero bueno, ellas son todas increíbles y aprendo mucho de estas situaciones porque me surgen después ideas de cómo haber podido preparar la música de otra manera para que sea más sencillo grabar. Pero bueno, vamos aprendiendo en el camino.

Por ejemplo, ¿cómo?

Quizás, dividirlo en secciones hubiera estado interesante para que…, quizás la música hubiera sido más larga, pero a veces, estando en un estudio de repente haces todo de corrido y, no prestas atención a cuánto tiempo fue. Pero bueno, fue muy interesante hacerlo y me encanta el resultado.

Es increíble ese disco. Todo lo que he escuchado es increíble.

Gracias.

Podrías profundizar cómo escribes y cómo improvisas. O sea, ¿qué haces? ¿Deconstruyes una idea? ¿Técnicamente cómo haces?

Mi forma de componer y de improvisar creo que son bastante diferentes, aunque tienen mucha relación quizás, respecto a que busco muchas sonoridades que van por el lado de lo atonal quizás. Y eso sería como la conexión entre mis mundos ahí. Pero la verdad que cuando improviso siempre estoy tratando de escuchar. Incluso cuando estoy tocando sola, ¿no? Como escuchar el espacio, sentir el instrumento en el espacio y crear desde ahí. Hay veces que conecto mucho con la idea de destruir el sonido y es algo que también conecto mucho entre todas mis formas de creación, como en el cine o cuando compongo. Y me gusta mucho también profundizar en eso. Como, ¿cuál es el límite del sonido? ¿Hacia dónde y qué puedo jugar con el sonido para que sea como diferente, o para lograr diferentes estados? También siento que viene mucho de algo interno, como de desarrollar y de experimentar diferentes estados al tocar. No digo estados mentales, digo estados físicos de qué pasa si soplo demasiado fuerte, cómo me siento y qué hace mi cuerpo cuando pasa eso. Conectar con esas pequeñas cosas que vas sintiendo con el cuerpo, es otra conexión con el instrumento. Y trato de ir por ahí explorando cuando toco sola. También hay muchos recursos técnicos que trato de implementar o que desarrollo. Entonces después, cuando estoy practicando, los uso, pero bueno, cuando estoy improvisando realmente trato de olvidarme de todo y simplemente como estar escuchando y estar viendo hacia dónde me lleva la música.

Hablemos de tus referencias estilísticas. ¿Cómo defines tu música? ¿Free jazz, libre improvisación o qué? ¿Cómo?

La verdad que no, o sea, no le pongo mucha…, no pienso muchas palabras para definir mi música, porque eso que te decía, me gusta estar abierta a lo que quiera llegar a ser mañana u hoy, que puede llegar a no ir con esas etiquetas. Pero bueno, siempre, para mí está siempre bien si la gente quiere ponerle etiquetas, porque entiendo que es más fácil algunas cosas. Pero bueno, sí, en general, sí, creo que lo que hago más es música improvisada, también música escrita, que puede ir más por, no sé si llamarlo jazz, la verdad, pero, o música nueva. También a veces música electroacústica, a veces estoy ahí por el mundo de lo electroacústico, y así que ando un poco ahí abierta.

Claro, entiendo. Hace dos o tres meses me invitaron a la muestra de jazz de Netherlands, InJazz . Escuché un grupo con la teclista  Warelis, he visto que tú has trabajado con ella.

Ah, Marta, sí, qué linda, me encanta Marta.

Sí, sí, sí, o sea que estás experimentando con lo electroacústico, ¿no?

Sí, la verdad que me interesa un montón, y aparte siento que Berlín es una ciudad que te inspira mucho a eso, a sumergirte en eso, pero bueno, también lleva muchísimo tiempo, así que voy como puedo.

Sí, porque además he visto que la lista de festivales que tienes cada mes es brutal. La lista de viajes y de actuaciones es enorme.

Sí, estoy feliz, la verdad, me muevo bastante.

He visto que, bueno, que has tocado con todo el mundo que está la línea de la música improvisada.

Sí, un poco, sí.

Con Formanek que además vive en Lisboa, también con Devin Gray.

Ah, Devin Gray, sí, sí, sí, él vive en Berlín también.

Eso es. Ya para acabar, en cuanto a sellos discográficos, ¿Cómo decides? ¿Cuál es la decisión de grabar con un sello o con otro? ¿Cómo organizas eso?

La verdad que es un desafío siempre lo de los sellos discográficos porque tiene su propio tiempo, su demora hasta en recibir los mails, entonces es un, lleva un tiempo decidir. Pero los últimos años estuve mucho en contacto con, Kevin de Relative Pitch Records, la verdad que él ha sido un gran apoyo para mí, así que estoy eternamente agradecida con él, y ya saqué dos discos con él, mis discos sola. El último y mi disco con Angélica Sánchez fue por ahí. Así que muy agradecida, la verdad. Pero bueno, siempre con respecto a los sellos, es un poco ir viendo cada proyecto, a dónde se puede enviar y ver si hay alguna respuesta positiva.

Bueno, pues muy bien. ¿Y cuándo vas a venir a España?

Ay, me encantaría. No sé, por ahora no tengo planes para allá, lamentablemente.

A ver si puedo ir yo a verte. Tengo previsto en algún momento ir a Berlín al festival de jazz, a ver si coincidimos, que seguro.

Está el Festival de Berlín en noviembre, no sé si vas a venir.

Ahí voy a tocar con un trío, con Kit Downes y Andrew Lisle. Pero bueno, si llego a ir a España, te aviso.

Claro, claro, claro, por favor.

Sí. ¿Y en dónde vivís? ¿En España, en Barcelona?

Madrid.

Fui una vez a Madrid, me encanta. Me hace recordar a Buenos Aires.

Claro, sí. Pues esperemos que vengas en breve.

Sí, me encantaría.

Genial, pues vamos hablando, ha sido un absoluto placer.

Genial, muchas gracias.

Gracias a ti por la entrevista, y espero verte pronto, en 2025 en directo. Con muchas ganas. De momento te voy siguiendo en grabado.

Hablamos pronto.

Un besazo, chao.

Chao!

By: Begoña Villalobos

Enero 23, 2025

Canarias Jazz Showroom 2024 (Parte II) – Interviews: Alba Aceytuno-Christian Cabrera-Cristopher Pérez

Canarias Jazz Showroom 2024 (Parte II) – Interviews: Alba Aceytuno-Christian Cabrera-Cristopher Pérez

CANARIAS JAZZ SHOWROOM 2024 (parte II)

Entrevistas

ALBA ACEYTUNO

CHRISTIAN CABRERA

CRISTOPHER PÉREZ

09

Enero, 2025

By: José Cabello Llano

Photos: Concesión de los artistas

 

Podcast de las entrevistas completas a continuación 

 

Gracias a la invitación de Kike Perdomo y la asociación de músicos de Canarias hemos tenido el auténtico privilegio de poder asistir a Canarias Jazz Showroom 2024. Ha sido un fin de semana intenso, de experiencias musicales, humanas, gastronómicas y de toda índole. La acogida ha sido dulce y cálida. La música conmovedora y ciertamente sugerente. El festival ha concedido tres premios importantes a Mejor solista , Mejor compositor y Mejor intérprete. Desde In&OutJazz, como siempre, hemos visto en estos jóvenes artistas el reflejo de algo que todo el mundo necesita: frescura, creatividad, honestidad, búsqueda y apertura.

Estos jóvenes son, en orden de premios: Alba Gil Aceytuno (saxofonista alto), Christian Cabrera (guitarrista) y Cristopher Pérez (saxofonista tenor). Cada uno de ellos ha tenido el detalle de concedernos una breve entrevista que os dejamos a continuación tanto en formato de podcast como en formato escrito. Esperemos que disfrutéis tanto como nosotros. ¡Adelante!

In&OutJazz: Es un placer poder acogerte en In&OutJazz y poder saludarte y hacerte una brevísima entrevista. Somos unos cuantos colaboradores que nos encanta trabajar para dar voz a los artistas que estáis ahí empujando en lo artístico-musical y proponiendo cosas nuevas y cosas frescas. Así que nada… Y la verdad es que tu paso por Canarias Jazz Showroom no nos ha dejado indiferentes, pero no solo a nosotros, a mucha gente. O sea que nada, podemos decir que las nuevas promesas en España estáis apuntando alto. Bueno, y para apuntar alto es necesario haber bebido de alguna fuente. Yo creo que sería interesante que nos contases un poquito cómo llegas tú a la música, cuál es tu experiencia, en qué momento estableces una relación con ella y cuáles crees que son tus mayores influencias a día de hoy. Allá que va!

Alba Gil Aceytuno: Primero que nada, encantadísima. Es un placer estar aquí también y haberles conocido ahí en Tenerife. Y nada, de verdad que es un placer y agradecerles y darles la enhorabuena por el trabajo que hacen.

Alegría.

Es muy amplia la pregunta, pues si vamos desde el principio-principio, por mis padres que me inculcaron el amor por la música, siempre con un montón de discos diferentes en el coche y en casa, yendo a muchos conciertos, a todos los festivales que había por aquí, y a toda la música que apareciera como el festival de jazz, WOMAD, pues todo lo que había aquí en Las Palmas. Después fui la que tiró del carro para meterme en clase y fue el saxofón. Mi tía tenía uno que no estaba usando y era un buen instrumento.

¡Qué guapo!

Desde muy pequeñita uno de los grupos que escuchaba con mis padres fue Extremoduro. Recuerdo que había un solo de una canción de Extremoduro que me flipaba.

¡Qué bueno!

Buscando una luna de saxo alto, además, que no es tan común verlo en estilos como el Rock.

Total.

Me atrapó, fue como, “bueno, perfecto, me cuadra, es todo genial”. Así que empecé a tocarlo. Empecé tocando muy enfocada en el clásico porque después me pasé al conservatorio y estuve muy, muy enfocada en el clásico que, pese a ser bastante raro, el saxofón clásico me gustaba un montón. Pero ya a los 15-16 años empecé a hacer amigos músicos que estaban introduciéndose en la improvisación y en el jazz. En todos estos estilos, más libres. Empecé a tocar con ellos, a explorar con ellos. Ellos me enseñaron un montón de música. Creamos un grupo que se llama Zumurrud. Tenemos un disco grabado. No estamos muy activos ahora, pero ahí seguimos. Somos colegas, así que el grupo se mantiene.

¡Olé, olé!

Me enseñaron a Charles Mingus. A John Coltrane ya lo había descubierto porque mi madre tenía un disco. Pero sobre todo a Mingus, a Ornette Coleman, así como la parte un poquito más punky del jazz y mil otros músicos. Escuchábamos juntos y nos inspiraba para seguir tocando. Después fui a Holanda a hacer el bachelor ahí, la carrera, y allí encontré otra gente que me inspiró y tanta música. Allí fui a todos los conciertos que pude y, por supuesto, la gente, músicos de todo el mundo. Visiones distintas. Fue súper inspirador también.

¡Qué guapo, qué guapo! Muy bien, muy bien. ¡Qué alegría, qué alegría! Tremendo recorrido, ¿no? La verdad es que…

Sí.

Oye, ¿cómo ha sido tu paso por Canarias Jazz Showroom? ¿Qué es lo que más te llevas de tu experiencia allí? Que, bueno, jugabas en casa, ¿no? Pero…

Es tocar en casa porque al final es Canarias, pero bueno, tenemos el mar de por medio…

Eso es verdad.

Nos movemos bastante porque son 20 minutos en avión o una horita en barco. Pero al final, quieras que no, pues, no estamos tan conectados como tener una carretera en medio. Entonces, para mí, ir a Tenerife ya es ir a tocar fuera. Aunque últimamente lo hago…, estos últimos años lo hago un montón. Fue un fin de semana súper, súper bonito. Yo salí de allí muy, muy inspirada. Lo primero, pues, el concierto con Cristian Cabrera, que la verdad es que estoy disfrutando mucho tocar su música. Es música exigente, complicada, que te hace ponerte las pilas y yo venía echando un poco en falta a eso.

¡Qué bueno!

Es una música con la que conecto mucho. Así, ritmos del Hip-hop, amalgamas, tiene compases un poquito más complejos. Se ha creado un equipo muy humano, muy guay. Nos lo pasamos genial tocando y fuera del escenario. Entonces, fue increíble. En el otro concierto, el del Swing [Jazz & Dance], poder conectar con Agustín, el bajista, con Cristo Pérez, el saxofonista Lanzarote, que es un Lamine Yamal ahí del tenor. Es una pasada. Nos estuvimos quedando juntos en el apartamento y fue súper guay. Veinticuatro horas al día escuchando Coltrane. Fue muy inspirador. Al día siguiente, tocamos en el Convento de la Laguna, fue precioso el tocar temas de cada uno de los músicos. Poder tocar un tema mío y también de los demás. La verdad que ese concierto, que fue como un ensayo y para adelante. Esos conciertos tienen mucha magia porque está todo muy fresco.

Totalmente.

Estábamos todos muy, muy concentrados en la música que era nueva para nosotros. Se creó una atmósfera muy, muy linda. Entonces, después, al día siguiente que volví, volví muy contenta e inspirada. Fue muy guay este festi.

¡Qué bonito, tío! La verdad es que estas reuniones o convivencias, o como las quieras llamar, esos…, un fin de semana junto con otros músicos, es una cosa de la que uno 100% sale enriquecido. La verdad es que sería muy raro, o sea, o se trata de una reunión que fracasa desde el principio por cuestiones externas. Pues mira, ahora todo lo que ha pasado en Valencia, ¿no? O por cosas raras. Uno cuando está con otros, cuando genera comunidad, cuando vive la experiencia de la comunidad, de no estar solo, estar con el otro, sale enriquecido siempre. Yo creo que musicalmente, o, mejor dicho, la música es uno de los canales o de los vehículos que mejor nos hacen entender a las personas, y que mejor nos permiten conectar y generar comunidad. Que al final, yo veo que es de las experiencias más bonitas que se puede tener en la vida.

Total, total, sí.

Estar con otros y aprender, aprender de los demás es, no sé, es una cosa guay. Y bueno, hablando de esto, de los proyectos, de los conciertos que me estás contando, ¿en qué estás focalizada ahora mismo? Lo pensamos todos, ¿no?, que son las preguntas las que nos guían. Entonces, ¿qué búsqueda o qué preguntas estás teniendo ahora? A nivel compositivo y de tus proyectos, pero también a nivel de estudio personal, de aprendizaje con el instrumento. Como si me dices, pues mira, tío, estoy leyéndome los Diálogos de Platón, ¿sabes? que me interesa mucho esa faceta también.

¡Qué guay! Me gusta un montón leer, además. Así que…, muy conectada con eso.

Toma, toma.

Y sobre todo ahora en lo que estoy enfocada y que llevo… Bueno, el primer concierto fue en abril. Es un proyecto muy jovencito, por así decirlo. Y es un proyecto que tengo a saxofón solo. Así como más en lo experimental, como también un poco más en la canción. Porque al final prácticamente…, bueno, todos los temas tienen letras. No son letras muy largas, pero la palabra tiene bastante peso. Es eso, saxofón, efectos, delay, armonizadores, y loop. Entonces lo voy grabando todo en directo y voy cantando encima. Y también utilizo elementos de la percusión del folclore canario.

¡Qué guapo!

Las lapas, que es ahí como la concha de un molusco, y hace un sonido que a mí me fascina. Las chacras, que son como una especie de castañuelas ahí bastante grandes. Un tambor también canario. Entonces introduciendo eso un poco. También haciendo versiones de melodías populares y reinventándolas ahí un poquito.

¡Qué bueno!

Y es en lo que he estado más centrada últimamente, porque tenía ganas de… Nunca había…, con el saxofón no es muy común, ¿no?, tener un proyecto en solitario. Venía apeteciéndome tener un viaje más de yo sola, de introspección. Está siendo muy lindo. He tenido bastantes conciertos en las islas.

¡Qué bueno!

El sábado pasado estuve en El Hierro, ahora la semana que viene voy a Lanzarote. Estoy centrada en eso. A veces se me hace difícil porque tiene un montón de limitaciones. Pero a la vez eso te ayuda a tener un camino claro. Y sobre todo también el estar escribiendo letras, pues también me motiva muchísimo. Y el…, claro, no tiene tanto de jazz. Hay improvisación, por supuesto, porque también va entrando. Y el jazz, ¿qué es el jazz? No, la eterna pregunta. Pero sí que hay mucho de la experimentación, de eso, del ambience, de la música atmosférica, del trance. Entonces estoy bastante en esas. Y también, pues, por requerimientos técnicos también del instrumento, pues también estoy teniendo que estudiar más. Lo mismo que comentaba antes con Cristian. Pues intentando… Había estado una época sin estudiar a fondo el instrumento. Pues vuelta a intentar sacarle todo el partido técnico del saxofón.

¡Qué bueno, qué bueno! Oye, y estas letras que escribes, entiendo…, ya he visto por ahí alguna cosa tuya cantando en este proyecto tuyo que es súper interesante. O sea, me muero de ganas de poder verlo en vivo, la verdad. A ver si te traemos para acá, para Madrid.

¡Qué guay! Ojalá, ojalá. ¡Yo encantada!

Porque mola mogollón. Pero…, ¿De qué hablas en tus letras? Y por extenderlo más, porque a lo mejor es una pregunta indiscreta y perfectamente puedes pasar. Pero… ¿Qué propósito hay detrás de tu música? Si es que lo hay. A lo mejor es…, no sé si me entiendes la pregunta. O sea, que…

Sí, sí.

Sí, bueno, imagino en este también eterno debate entre la música instrumental y la música lírica, donde hay letra y tal, que cuando utilizas la palabra la utilizas para dar algún mensaje. Pero a lo mejor, no, eh. Entonces, bueno, cuéntanos, ¿no? Un poco.

Sí, total. Yo ya en el proyecto anterior que creé, que bueno, ahí sigue y tengo ganas de seguir desarrollándolo, Aguayro, que es con banda. Ahí hay algunos temas cantados porque ya tenía ganas de ponerle un poco de palabras a la música porque al final me gusta mucho la música instrumental, obviamente, que es la que más he hecho en mi vida. Pero también he consumido muchísima música cantada, como todo el mundo, creo, como casi todo el mundo.

Así es.

Entonces me apetecía adentrarme en ese mundo de lo que es el escribir letras. Y aquí en este proyecto, poquito a poco fue…, al principio no lo tenía en la mente que fuera cantado, pero cuando vi que casaba bien, porque al final el saxofón tiene un timbre que encaja bastante guay con la voz.

Totalmente.

Y como instrumento acompañante creo que funcionaba bastante bien. Yo no me considero cantante para nada, de hecho, ahora estoy por primera vez yendo a clases de canto.

¡Qué guapo, tío, estas cosas!

Con Yexza Lara, con la máquina, que seguro que la conoces. Y entonces como intentando explorar eso, también con sus limitaciones, pero contenta de poder expresar. Escribo lo que va viniendo, también me gusta que vaya en la misma línea de la música, que es bastante abstracta. Entonces he optado por una escritura bastante abstracta en la que uso mucha la metáfora o realmente digo una frase completamente random, pero que a mí me resuena con lo que voy sintiendo. Tengo una letra que es un tema que todavía no ha salido, que la escribí porque…, tenemos aquí una planta que hay…, en un montón de sitios, sobre todo en las zonas más secas se llama ahulaga y es todo espinas…, es como todo púas. Y el otro día iba caminando por mi barrio y me encontré una que estaba llena de flores y pensé: “¡Qué lindo que una planta tan seca y tan espinosa pueda tener flores!”. Al llegar a casa un tema que era totalmente instrumental que había decidido que se quedara así, incorporé la palabra y fue como “vale, ya creo que esta letra se queda”, y efectivamente hasta el nombre de la canción le cambié para eso.  Hay una artista argentina que me ha inspirado un montón para esa manera de escribir letras así muy abiertas, se llama Juana Aguirre. Tiene un proyecto precioso a mí me…, conecto mucho con ella y la manera de escribir me ha inspirado un montón para las letras de Pleito, también ayuda.

La verdad que cuando la escritura…, cuando la lírica es sugerente pero dentro de que es sugerente es también muy abierta, mola mucho. Porque también dejas un poco ahí, libertad la interpretación y…

De interpretación, total.

La experiencia que hace el artista de ver como 10 personas hacen 10 experiencias diferentes, mola mogollón porque es como multiplicar por 10 tus posibilidades. O sea que.., ¡qué guapo! ¡Que siga la cosa por ahí, Alba! Y luego otra cosa que me gusta mucho de lo que dices, Alba y que da gusto y que también transluce un poco el potencial que tienes y que tiene tu arte es este ejemplo que has puesto ahora. Que veías esta planta con flores y todo eso fue inspiración. Es alegría, ¡qué alegría me da que haya artistas como tú que observan la realidad con este nivel de atención! Porque, o sea, que ahí es donde ves que…, o sea casi la música en este momento se confirma que es buena, no sé si me entiendes, ¿no? Porque hay unos ojos y una mirada que observa más que los demás, ¿no? Y entonces entiendes por qué en este caso, tú, Alba, pues eres una voz interesante para todos, para todos interesante en el sentido de que nos interesa escuchar y ver qué dices, ¿no?

Joe, gracias.

Porque ves más allá, ¿no? Seguramente otros caminando por ahí lo hubiéramos pasado por alto, ¿no? O sea que nada, la verdad es que, ¡qué placer charlar contigo, Alba!

Igualmente, igualmente, encantadísima.

Seguiremos en otra ocasión, si puede, ser presencial, a ver si te traemos para acá, ¿eh?

Ojalá, ojalá, es la intención, es la intención.

Es la intención, me alegra mogollón. La verdad es que nada, ha sido un placer, Alba. Eres una artista que prometes mogollón y nada, has estado charlando de cosas súper interesantes y te lo agradecemos mogollón desde In&OutJazz. Y nada, estamos en contacto para más y mejor.

Por supuesto, por supuesto, estaré ahí también siguiéndoles. Mil gracias, de verdad.

Alba, oye, a tope, ánimo con todo.

Igualmente, un placer.

Chao, chao.

Buena tarde, chao.

In&OutJazz: Es un placer supremo tenerte en In&OutJazz para este momentín juntos y esta breve entrevista. Que sepas que somos una revista que nos encanta dar voz a los artistas, que estáis proponiendo cosas nuevas y cosas frescas. Y la verdad es que tu paso por el Canarias Jazz Showroom no nos ha dejado indiferentes.

Christian Cabrera: Tío, placer inmenso para mí. Conocer a Begoña…, que se acerque la revista, me parece increíble. Tanto también por parte del festival que nos haga participar en el rollo, me parece, o sea, inmensamente agradecido, de verdad.

Nosotros te brindamos nuestra enhorabuena, la verdad, por tu participación y tu tremenda música, de hecho, nada, si quieres, cuéntanos un poco cómo ha sido la experiencia del fin de semana en general, con el resto de músicos, de proponer tu música adelante, ¿cómo ha sido tu paso por el Canarias Jazz Showroom? ¿Qué tal ha ido?

Pues ha sido increíble, no sé, para mí es de los primeros festivales en los que participo, tío, y aquí a nivel Canarias tiene un gran prestigio ese festival, y para mí era un honor inmenso participar, y más exponiendo mi música. Empecé este año a exponerlo un poco, todavía no he conseguido subir a las plataformas, de hecho, te pido disculpas por la espera que te he hecho pasar.

Nada, nada.

Y nada, un orgullo. Un orgullo, o sea, muy contento y, ¿qué te digo? O sea, encima de ser premiado, no me lo esperaba, la verdad, me pareció una virguería. O sea, un saludo para Kike Perdomo, por maestro.

Total.

Y nada, contento que a la gente le haya gustado, pensé que era un poco disonante con el rollo, pero parece que no, que encajó bien, y contento, la verdad. Ahora que me preguntaste también por el fin de semana, qué curioso, porque…, ese fin de semana fue una pasada. También conocer a los demás premiados. A Alba (Aceytuno) la tengo en el grupo, tengo la suerte de contar con ella, me parece una maestra total. Yo la llamo la diosa del viento, eso es así, una crack, y su música también es maravillosa, me encanta, o sea, soy fan de su música. Pero también conocer a Cristo (Pérez) fue una virguería, porque no lo conocía de nada, o sea, primera vez que lo tenía delante y me quedé como “¿what? ¿ no es el Michael Brecker este?”. O sea, me pareció una virguería, sinceramente, para la edad que tiene. Y todo el talento que hay en Canarias, me parece abrumador. Para lo pequeño que es el sitio, para los poquitos que somos, hay gente ahí despuntando, me parece increíble.

Totalmente, lo subrayo, lo subrayo, la escena en Canarias está apuntando alto y estáis ahí con un listón, pero bien, bien, bien avanzado. La verdad es que es un gusto. Es un gusto porque enriquecéis todo vuestro paso y todos aquellos que nos pasamos por allí siempre nos sentimos enriquecidos totalmente. Tío, tu música, como dices, podría para cualquier oyente considerarse, bueno, de cierta complejidad. Tienes una música, no sé, de cada…

Sí, se podría englobar un poco dentro de lo que es música elaborada. O sea, sin quitarle prestigio a ninguno, ni más simple ni más complejo. Pero sí, es un poco elaborado el rollo.

Cuéntanos si quieres un poco de dónde nacen tus composiciones, cómo las concibes, si coges la guitarra y empiezas…, si nace de la guitarra, si nace de una melodía, o sea, ¿cómo es el proceso? ¿Qué proceso vive Christian Cabrera antes de poner en papel o en sonido sus ideas musicales, sabes? Porque son composiciones que realmente me llevan a esta pregunta.

Pues mira, lo de componer, lo de tocar, es una cosa que llevo bastante como… Quiero decir, lo digo con la cabeza bastante agachada. En plan, estoy como dando mis primeros pasos en cuanto a exponer lo que yo hago. Personalmente, lo que a mí me gusta, en cómo yo enfoco la música y cómo la siento, mis propias ideas y tal. Y lo que he hecho, por ejemplo, para este primer álbum que va a salir ahora, a lo largo del año que viene, empezaré a sacarlo temita por temita, ha sido un poco recopilatorio de ideas que tengo desde que empecé a decirme a mí mismo “coño, pues mira, esto suena bien, me gusta cómo estoy tocando esto, tal, esta idea, me apetece explorarla un poco más”. A veces a nivel conceptual, explorar conceptos más allá de directamente tocar y que te salga algo.

Claro.

Claro, desde una idea principal que nazca de aquí, más que directamente de la propia música, ¿no? Pero bueno, ha sido un recopilatorio de ideas que he tenido que digo, “bueno, de todo lo que tengo en la mente, así que lo he guardado con el tiempo, esto creo que merece ver la luz”. Así como de primera para decir “bueno, ¿qué es Christian Cabrera? ¿Qué siento cuando compone?” Pues, esto es un poco lo que he buscado. ¿De dónde ha salido? Yo creo que, de experiencias vitales, sin duda ninguna.

¡Qué bueno!

O sea, creo que las épocas en las que más ha aferrado he estado al instrumento, más así como por decirlo creativo, ha sido tanto etapas muy alegres como etapas más duras. Y yo creo que ese estar tan conectado con los sentimientos, debido a esos momentos que todos en las experiencias vitales podemos tener, creo que es lo que más me ha hecho desarrollar esas ideas. O sea, como que me gusten ciertos colores, ciertas emociones que generas con la música y decir “esto es lo que le quiero dar forma”.

Interesante.

No sé si respondo…

No, no, total, total, total. Me gustaría tirar un poco del hilo y preguntarte qué tipo de experiencias vitales, si no es indiscreta la pregunta.

Pues mira, justamente ese tipo de preguntas no me gustan mucho que me las hagan. La verdad, soy bastante…, como quitando con la gente que está más cercana a mí, soy bastante un poco cerrado, a lo mejor, en cuanto a mi vida personal. Pero sí, algunas experiencias, pues, durillas. No quiero entrar en detalle.

No, no, por favor, con total libertad. Nada, yo creo que cuando la música nace de uno mismo y de la vida de uno mismo, tiene un poso que, aunque no sepamos cuál es, los oyentes, lo percibimos. Percibimos esa profundidad y yo creo que estamos con muchas ganas de que enseguida salga tu proyecto. ¿Qué músicos tienes en tu proyecto? ¿Cómo has pensado en la banda? A la hora de traducirlo al arreglo, a la hora de traducirlo a la orquestación, ¿de qué te has servido? ¿Qué te ha influenciado?

¿Me preguntas por los músicos o por las influencias que me ha llevado a decidir qué tipo de músicos?

Sí, un poco por las dos cosas. ¿Quiénes son y por qué ellos? Así más sencillo puesto.

Pues mira, es curioso porque arranqué, como te digo, arranqué este año. O sea, el año pasado, el verano pasado me decidí a coger las ideas esas que tenía y a decir “venga, va, pues voy a arrancar con…, tengo que decidir de todo lo que tengo, algo, arreglarlo bien y dejarlo preparado para poder tocarlo con más personas”. Al principio empecé con una banda que era más cercana a mí, más gente con la que estaba tocando muy a menudo. Y empecé el año pasado. Pero claro, por falta de tiempo y entre otras cosas, al final los demás…, estamos todos ocupados. Al final hay que priorizar cada uno en su vida y demás…

Claro, claro.

Y bueno, este proyecto la verdad que era como un poco lo que te dije. O sea, es la primera vez que expongo algo que hago yo. No sabía qué recepción iba a tener. Se lo ofrecí a mis colegas, más que nada, al principio. Lo típico, gente con la que tocas a menudo, “oye, chicos, desinteresadamente, ¿les apetece probar esto a ver qué pasa?” Total, no pudo cuadrar por lo que te digo, falta de tiempo y demás. Y al final me vi como en una disputa de que ya había arrancado, ya había hecho un par de bolos con esta banda. Y la gente como que había tenido una buena respuesta. Inclusive el maestro Kike. Lo había invitado yo al primer bolo que hice ahí con toda la actitud del mundo. Invitar al maestro a que te venga a ver y demás. Y la verdad es que le gustó y que le gustará a alguien como él que tiene un bagaje inmenso dentro de la música. No sé si tiene 17 discos o algo así publicados por lo menos. Me pareció como curioso, no lo esperaba. Y también tuve cercanía por parte del público más amateur, en cuanto a la música. Y dije “coño, pues qué bueno que ambos sectores…” Como que lo que tú dijiste antes también. O sea, cuando el músico muestra su realidad a través de su arte, independientemente del arte que sea, como que el público lo llega a captar.

Totalmente.

Entonces, bueno, pues me di un…, desde antes de empezar esos bolos y de pasar esas experiencias, me vi como con un miedo al abismo. Y después de eso dije, “vale, pues mira, esto es lo que hago yo, a mí me gusta y parece que la gente conecta; tengo respaldo de gente que considero que su opinión importa mucho, por lo menos para mí”. Dije, “bueno, para adelante”. Entonces, cuando no pude contar con la banda que tenía, decidí directamente tirar alto. Y los mejores músicos que vi alrededor aquí por Canarias, les pregunté directamente. Por ejemplo, fue el caso de Alba, fue el caso de Pablo Díaz, un teclista increíble que al año que viene también va a sacar alguito, esténse pendientes. Luego el caso de Dani (González) es un poco más especial porque fue un poco de rebote. Yo había hablado con Nasim López Palacios. Nos conocemos de Canarias y artísticamente. Un artista increíble, recomiendo que lo chequeen. Pero al final no le cuadro tampoco, él está viajando muchísimo, hasta ahora creo que por Holanda. Y total, que al final acabó cuadrando Dani, que era el otro baterista al que yo lo tenía chequeado hacía ya mucho tiempo. A parte de coincidir con él en las típicas jams de aquí, de la cuna del músico de jazz de Canarias que es como, las jams de premusic. Y bueno, Dani fue el caso, fue el hombre y para adelante. El caso de Carlos Costa, que es el bajista, a mí me parece una de las leyendas a nivel Kike de aquí de Canarias, de la vanguardia canaria. Pero de hace 20 años por lo menos.

Sí, sí, veterano de los grandes.

Sí, sí, totalmente. Creo que fue alumno de Steve Coleman, o sea, increíble. Y fue un acercamiento curioso porque fue a través del seminario de Jazz de Garachico que hacemos aquí en Canarias, que es muy interesante también. Traemos a músicos, bueno, trae Kike y toda la asociación que tiene de músicos, trae gente muy increíble de profesor. Pasamos una semana con ellos, la verdad que una pasada. Y fue a raíz de que yo…

Esto es en verano, ¿verdad?

Yes.

Sí, sí, que tengo contacto…, este verano pasado estuvieron Dani Juárez, Sean Clapis…

Albert Bover…, o sea un elenco increíble este año.

Sí, sí, es una gozada, esas experiencias de convivencia. Yo intuyo que Canarias Jazz Showroom para vosotros ha sido algo parecido. Pero esas experiencias de convivencia, de tocar, de compartir, de aprender, de escuchar, de charlar…, o sea, son pura vida, tío, es una gozada.

Más el contacto personal, tío que luego tienes fuera de la música, al estar conviviendo durante esa semana, eso es indescriptible, es inigualable, no tiene precio que le puedas poner, ¿sabes?

¡Qué bonito!

Llena muchísimo, tío Sí ¿Por qué te he estado diciendo esto?

No, porque habías conocido al…

Ah, sí, al caso de Costa, de Carlos. Tío, que fue que me tocó, dentro del seminario hay unas clases que son de combo y bueno, Kike me preguntó “mira, ¿quieres estar con Sean Clapis?” En plan, el guitarrista que ha estado de profe este año que iba a estar con Carlos. Y yo sabía que Carlos tenía lo que llaman Speaking Rhythm, que es un proyecto que tiene él donde trata mucho el ritmo al estilo Steve Coleman. Y a mí me flipa mucho esa onda. Bueno, me dijo Begoña que tú eres baterista, ¿no?  En plan, tú, te tiene que molar mucho si te vas a las amalgamas, a la polirritmia, eso está…

No, no, todo su lenguaje, todo lo que han desarrollado con M-Bass, tío, es una ida de olla máxima.

Tío, pues, total, total. Entonces, claro él vino un poco a explicar esa onda y él no me conocía a mí de nada, ni a los demás que estábamos en el combo. Y yo, claro, yo a él sí lo conocía soy un gran fan. Y fue muy curioso porque, bueno estábamos tocando un tema en el que él mismo dijo “bueno, chicos, esto es complicado, esto es algo diferente, no sé qué”. Yo lo entiendo, como profesor, intentando dar un poco a entender a alumnos que a lo mejor no están tan adentrados en el M-Bass o no saben ni lo que es. Y dice “bueno, esto lo vamos a hacer vamos a hacer On Green Dolphin”. Era un 17 más 16, en plan, una volada con muchos cortes en medio. Y recuerdo que estaba explicando, y yo en la segunda clase, pues eran como cinco clases, los cinco días de la semana. Le dije “tío, no lo termino a pillar del todo ¿Me puedes repetir el canto completo? Porque estábamos como yendo por partes, primero un día, luego el otro, muy lento para mi gusto, la verdad en ese momento. Y le dije “¿Me puedes repetir el canto completo para yo hacerlo, para tenerlo dentro ya, para ir practicándolo?” El viernes teníamos un bolo. Y me dice, me lo dijo así con toda la actitud: “Christian, no lo vas a hacer a la primera”. Y yo “maestro, por favor déjame intentarlo”. Total estaba Kike de hecho en la sala, y lo cantó y lo hice a la primera. Eran 33 compases.

Toma ya, tío.

Se quedó sorprendido. Me preguntó si yo tocaba, tenía composiciones. Yo aproveché y cuando terminó la clase le dije “¿Cómo tienes la cabeza para pensar?” Un poquito tirando de broma. Y me dijo “nada, fresca, vamos a ver”. Y le hago tocar un tema mío que era uno de los que va a salir dentro de un mes y pico, de los siguientes temas dentro del álbum, y se quedó como “¡Wow! Esto está muy bonito”. Y fue por parte de él que le llamé. Porque yo en principio iba a quinteto. A mí me gusta mucho la formación donde el teclista toca el sinte, el synth bass ¿Sabes? Sin bajista. Pero claro si Carlos Costa se ofrece a tocar…

Tremendo ingrediente.

Yo estaba encantado. Para mí fue un orgullo y luego la conexión que tuve con él a nivel personal, más allá de la música. Cuando ya entablamos un par de veces y hemos tocado ya un par de bolos, me parece una persona increíble, tío, o sea, lo admiro muchísimo. A cualquiera de la banda, o sea, me parece gente…, un grupito de calidad.

¡Qué gozada que el entramado de una banda, en este caso la tuya, esté absolutamente alimentado y construido a partir de este tipo de vivencias, relaciones, experiencias, gustos compartidos y luego sobre todo buena vibra, buena voluntad, deseo de…!

 Además, es muy personal. No es lo mismo trabajar un poco de mercenario donde vas a los bolos para cobrar el caché, te toque con quien te toque y es lo que hay. Pero cuando ya es algo personal tío, que te toca a ti la fibra, intentas que haya…, que sea un poco dentro de lo que cabe, recíproco, dentro del grupo. Que sea una cosa que los demás sientan también y que haya y se consolide de alguna manera más allá de lo que es tocar. Para mí es necesario.

Totalmente tío, totalmente. Estamos con muchas ganas de escuchar tu proyecto, tío. ¿Cuándo crees que estará?

El álbum completo, yo creo que tendrán que esperarse para el verano que viene o como mínimo en mayo, sí. Pero lo que es tema a tema, yo el primer tema por lo menos lo voy a sacar si no a final de este año, ya a principio del 2025. O sea, a principios de enero, segurísimo.

¡Qué buena noticia Christian! Nos vas a tener ahí poquito a poco gozando, que es lo que más mola.

Exacto, tío.

Pues, tío, ha sido un gozo hablar contigo este rato. De verdad que estamos deseosos de coincidir más contigo, de escucharte por aquí por Madrid, de escucharte…

Ganitas, ganitas de ir para allá, sí señor.

Totalmente, tío. De cruzar, de cruzarnos, de compartir, de seguir esta aventura tío que es poner delante del mundo una música fresca que realmente yo confío y concibo que refresca el alma tío.

¡Qué grande, maestro!

Así que, de verdad, enhorabuena por todo lo que estás haciendo, por todo lo que has conseguido ya y… Vamos, te auguro lo mejor, o sea vendrá lo mejor seguro. Y tío que muchas gracias por haber estado aquí, Christian, con nosotros charlando de todas estas cosas tan interesantes: de tu proyecto, de tus inspiraciones, de tus intuiciones, de formar…, de cómo formar tu banda, de tu paso por el Canaria Jazz Showroom y luego bueno oye un shout-out importante a toda la escena de allí que estáis realmente haciendo cosas increíbles o sea que enhorabuena y muchas gracias, muchas gracias por estar con nosotros. Seguimos juntos, tío.

Es un placer, muchas gracias tío, vuestra labor es super importante también. Tanto Begoña como la tuya me cayó genial. Enhorabuena tío y muchas gracias.

Grande Christian, que vaya todo bien y nos cruzamos tío, nos vemos.

Venga, vamos hablando.

Chao, gracias tío.

Cuídate.

Cristopher Pérez: Buenas tardes.

In&OutJazz: ¡Qué bueno verte, tío, de nuevo! Aunque sea por la pantalla. ¡Qué placer, macho, qué placer tenerte, qué placer poder acogerte en In&OutJazz! La verdad que…

Lo mismo digo tío, un placer. El placer es mío, tío, joder.

¡Qué bueno, qué bueno! Nada, la verdad es que desde la revista somos varios los que colaboramos y trabajamos para dar voz a artistas que estáis ahí empujando y proponiendo cosas frescas dentro de lo artístico-musical. Y no sé, la verdad es que tu paso por el Canarias Jazz Showroom no ha pasado desapercibido. Y te venimos siguiendo ya desde hace tiempo. Yo ya comenté “oye, tío, este tipo mola mucho, tal”. Y la verdad es que nos encantaría conocerte un poco más. Por eso estamos contentos de haber concertado la entrevista contigo, la verdad.

Coño, qué guay, tío, qué guay, me alegro.

Desde el principio…, y yo creo que sería bonito que nos contases un poco, para empezar, cuál es tu relación con la música, cuándo empieza, cómo empieza y cuáles son tus…, tus mayores influencias que te llevan hasta el día de hoy, como músico y como persona también. No tiene por qué ser musical la influencia.

No, bueno… La música empieza desde el principio, ¿sabes? Desde…, desde antes de nacer ya estaba en la barriga de mi madre y mi madre cantando, ¿sabes? Porque mi madre canta y mi padre toca el saxofón y, claro, desde ahí se formó…, se formó todo.

Qué bueno.

Sí. Y por eso tuve la música desde pequeño. Tenía en casa un piano, una sala como de música, un piano, un bajo, tenía una batería. Aunque no toco esos instrumentos, pero jugaba, ¿sabes? Jugar.

Lo mejor del mundo, tío, poder jugar con la música, que es la mejor sensación. O sea, es así como se hace mejor la música, ¿no? Y más bonita. Total.

Sí, yo creo que… Yo creo que esa es la buena manera. Bueno, a ver, hay un montón de maneras de aprender música. Pero una de las maneras, si eres niño, es como jugar. Y dejarse de teoría, a lo mejor, y simplemente jugar.

¿Y qué influencias, qué músicas, qué artistas te llevan a ser el músico, compositor e intérprete que eres hoy? Es muy larga la pregunta. Bueno, acota a, yo qué sé, una lista pequeña. O lo que te venga en el fondo. Improvisa, que eso sabes hacerlo bien.

Hahaha, bueno, es que no sé, hay un montón de influencias al final. Y de todas las músicas, ¿sabes? Porque en mi caso, en verdad, siempre se escuchó de todo. Aunque más esa parte instrumental, jazzística. Pero tampoco se escuchó mucho jazz, jazz a fondo, ni mucho…, ¿sabes? No muy fondo, sino todo muy como día a día, ¿sabes?

Mezcla de todo.

Sí, exacto, mezcla de todo, de un poco de clásico.

Picoteando de poquito a poquito.

Exactamente, justamente. Y… a ver, las típicas influencias, Coltrane, yo que sé, Parker. Sí, también grupos de estos alternativos, o de otro género, por ejemplo, The Police, Sting, cosas de estas…

Oh, qué bueno, tío.

Sí. Aparte que mi madre cantaba, bueno, sigue cantando todas esas canciones. Siempre escucho y eso me viene de mi madre cantando, ¿sabes?

Qué bueno, tío. Nada, nada, eso nos une, porque yo creo que fue por Stewart Copeland, que cuando era pequeñín también dije “yo quiero darle palazos a lo que sea como este lo hace”, ¿sabes? Porque sí, sí, totalmente. Police, la verdad, es que a mí me ha marcado también. Qué bueno, qué bueno.

Ya, ya. Aparte, los ritmos. Ahí, casi, estaban todo guapos.

Todo, tío, todo. La verdad que los tíos, pues una vez más, ¿no? Proponían cosas frescas ahí en el new wave y en el punk de aquellos años.

Sí, literal, literal.

Era una cosa guapa, sí, sí. Qué bueno, tío. Qué bueno. ¿Cuál ha sido tu experiencia en este fin de semana, en el Canarias Jazz Showroom? ¿Y qué es lo que te has llevado de ahí, de ese fin de semana? Aparte del super premio, evidentemente.

Bueno, el premio al final es lo de menos. Lo que más es estar ahí rodeado de los músicos y de las personas ahí. Y de tantas personas que son increíbles, ¿sabes? Al final, yo no me había juntado con músicos de Canarias todavía. Porque salté directamente de Lanzarote a Barcelona. Por eso no había coincidido con músicos de Gran Canaria ni Tenerife, ¿sabes? Y me junté la primera vez y fue brutal, porque yo no conocía a esa gente, ¿sabes? Era como la hostia. O sea, gente que tocaba muy bien. Muy bien. Bateras, contrabajistas, bajistas, teclistas, flautistas, otra saxofonista. De locos.

Está claro que hay una potente escena ahí en Canarias. Y que muchos estáis ahí poniendo el listón alto, tío, poniendo el listón alto.

Yo me sorprendí. Yo me sorprendí cuando llegué ahí. Digo, ños, coño, toda esta gente en verdad… O sea, poco se habla de Canarias.

Bueno, en los últimos años, gracias a Dios, la verdad es que nos estamos enterando de que hay que aprender mucho de todos, y en concreto, la escena de Canarias está siendo reveladora para todos, yo creo. Y con todos los que habéis crecido allí, aunque tú estés en Barcelona, quiero decir. Que eso es interesante.

Sí, lo que pasa es que sí que es verdad que todos los canarios, que son músicos a lo mejor, y salen de Canarias, es como que tienen una tendencia, ¿sabes? Como a volver.

Eso es bueno.

Es como extraño.

No sé si bueno o malo, pero es interesante y no me desagrada.

Es algo.

En el sentido de que todos volvemos a la tierra, tío. O sea, hay una pulsión ahí humana que te lleva a eso. Pero bueno, es más allá de esta cuestión que casi es cultural y sociológica, yo diría que la música que está proponiéndose allí en las islas, tío, es increíble, es increíble, la verdad. Y que los músicos que habéis salido de allí sois increíbles. O sea que la verdad es que no se puede decir…

Pero como en todos lados, al final, la gente para todos en todos lados.

Esa aclaración está bien, es justa.

Es justa, es justa.

Nada, nos molaría saber en qué andas focalizado ahora, tanto a nivel de proyectos y composición, como a nivel de estudios. Estudio personal del instrumento o incluso, yo qué sé, igual estás aprendiendo ciertas recetas de cocina o lo que sea. O sea, que no tiene por qué ser musical.

Jajajaja.

Que entiendo que la vida es más grande, por eso te digo. Pero bueno, cuéntanos un poco qué proyectos estás focalizado ahora, en qué estás componiendo, si es que estás componiendo. Y bueno, un poco ahí la onda presente de Cristopher Pérez.

Mira, ahora hay un concurso aquí, bueno, en verdad es en toda España. Y estamos ahí con Manuel, Manuel Luque, ¿lo conoces? Contrabajista.

Sí, ¿contrabajista?

Sí, contrabajista. Vamos a ir con el grupo de Manuel Luque.

Ya vi que habéis grabado cosillas.

Sí, un disquito grabamos hace dos años con él.

Muy guapo, tío.

Sí. Y también estamos con una cosa que se llama, un grupo que se llama Delicious Collective, que es como, bueno, es un sexteto de amigos y también estamos con mi cuarteto haciendo cosas también para el concurso justamente. Y a ver si hay suerte y quedamos segundos o primeros, a ver si…

Dale, dale, sí, sí, sí, por favor, joder.

Y nada, componiendo para eso estoy, a ver, me dan más ganas de ensayar componiendo para eso. Estoy ya frito, ya tengo la cabeza que sale humo.

Qué bueno, qué bueno.

Pero bien, bien.

Y a nivel de estudio personal o de motivación personal, ¿en qué andas? Yo siempre suelo decir que lo que nos mueve a las personas son las preguntas más que las respuestas. Las respuestas nos dan un gozo especial, un placer especial, ¿no? Pero son las preguntas las que nos guían, ¿no? Entonces, ¿qué preguntas o qué búsqueda reconoces dentro de ti a nivel musical actualmente? Si es que la hay, o sea, no sé. “Pues estoy buscando multifónicos, pues estoy” ¿no? Desde cosas más concretas, técnicas, hasta, oye, igual, “pues estoy buscando la divinidad”, ¿sabes? O sea, cualquier cosa será interesante.

Ya ya, oye, siempre hay muchas preguntas, siempre. Porque la música, y esta música es así, siempre hay, todas las preguntas están. Y no faltan algunas, ¿sabes? Por ejemplo, ¿qué quieres decir con tu música, sabes? Y esa pregunta ya tiene millones más, ¿sabes? Y es como, ¿cómo respondes a eso, sabes? No puedes. Tiene que ser preguntarte más cosas e ir tocando y haciendo. La pregunta que tengo yo es esa. O sea, la mayor pregunta es, ¿qué tú aportas con tu música? O, ¿qué quieres decir tocando? ¿Sabes?

Qué bueno, qué bueno.

Tú mismo, tú mismo. ¿Sabes? Tú solo.

De la propia, una pregunta que va hasta el fondo de la propia identidad, ¿no? Como músico. O sea, ¿quién quiero ser desde la música?, ¿qué quiero proyectar?

Incluso de la persona. Porque la música, no hay música si no hay persona, ¿sabes?

Olé.

Va todo unido. Entonces, esa es la pregunta. ¿Qué quieres transmitir? Da igual que sepas escalas, que sepas no sé qué. Si tú no tienes como un mensaje, a la gente no le va a llegar, ¿sabes?

Totalmente. ¿Y cuáles son, ya que me lo dejas en bandeja, yo creo que nos interesa a todos, ¿cuáles son los mensajes que…? Dentro de esta pregunta general, que entiendo que es bonito, que la tengas presente, porque yo creo que muchos nos o se la saltan, nos la saltamos rápido esa pregunta y vamos a cosas concretas y entonces se te olvida la original, que es ¿qué quiero decir? y entonces nunca dices nada, ¿no? Pero, ¿qué mensajes concretos ves que estás intentando reflejar con tus composiciones? Pues estas mismas, ¿no? Las que decías, las que decías para el concurso, pero bueno, en general.

Buah…, y eso es bastante complicado, la verdad. Esa pregunta me mata, tío. Porque es la que yo estoy buscando. Es la que yo estoy buscando, porque al final…, lo que quieres decir es lo que eres y todavía hay que buscarse, porque siempre, toda la vida, te vas a estar buscando a ti mismo. Toda la vida. Porque nunca vas a tener la verdad absoluta de todo, tú vas a tener que estar buscándote siempre, musicalmente y humanamente, te vas a tener que estar como recomponiendo a ti mismo, ¿sabes?

Total, total.

No sé, no tengo la respuesta a eso, la verdad. Yo lo único que quiero es transmitir a la gente, como ser un espejo también, ¿sabes?, para la gente. Que la gente escuche lo que quiere escuchar y sienta lo que quiera sentir.

Interesante, tío, interesante. La verdad, mola, mola mucho. Yo creo que estas respuestas que estás dando, que son preguntas, validan o comprueban tu potencial musical, ¿no? Y lo que ya estás demostrando. O sea que…, por eso suena tan bien tu música, hermano, ole, ole.

Oye, yo también te he escuchado a ti, ¿eh? Los videítos ahí que subes. Suena crema eso, tío.

Ahí vamos, ahí vamos, tío. A tope. La verdad es que yo creo que es una…, tenemos la suerte de vivir… Bueno, de tener una sensibilidad o de sentir un llamado a la música y creo que los artistas tenemos la responsabilidad y a la vez el don de poder ver más allá muchas veces, ¿no? Y como tú decías, poder ser un espejo. Pero nunca lo había escuchado así, como lo has expresado. Y me ha encantado, tío. O sea que…, de estas entrevistas, todo el mundo, toda la gente que nos apoya, aprende, pero yo el primero, tío, porque me inspira mucho. O sea que te lo agradezco. Mola, mola. Nada, tío, por curiosidad. Ahí, una última preguntilla que me interesa. Quizá más concreta. ¿Qué música estás escuchando últimamente? ¿O de qué te estás inspirando musicalmente? ¿Qué hay en el Spoty de Cristo? O sea, si te metes a ver, ¿qué encuentras por ahí, no?

Si me meto en el Spoty ahí hay un potaje increíble. No, pero mira.

Aleluya, hermano.

Sí, sí, justamente ahora estoy escuchando más Kendrick Lamar y Slum Village. Sí, sí, por la cara.

Muy bien, tío, muy bien, muy guapo. Yo creo que todos tenemos que pasar por ahí, tío, por el Hip-hop del bueno, tío.

Sí, sí, total, total. Y aparte, es que desde que conocí a Theo Crocker, creo que fue hace un año, creo que fue, lo vi en Madrid. Un año y pico o algo de eso.

Hace poco has estado en Canarias, tío.

¿Eh?

Ha pasado por Canarias ahora en el tour que ha hecho, ha pasado por Canarias también.

Sí, tío. Y lo vi y digo, “fuah, qué pasada, me encanta esta música, tío”. Me encanta. Y vi la entrevista que le hiciste y está brutal, tío.

Y dice, y efectivamente está también en esa onda, ¿no? Escuchando también mucho…

Sí.

Un poco de Slum Village también dijo, ¿no?, que estaba escuchando, si no recuerdo mal. La verdad es que el tipo, el tipo es una gozada. ¡Cómo suena! Bueno, ya he visto yo alguna vez que estás tocando también la trompeta, tío.

¿Cómo es eso, tío? Está muy bien, muy bien.

Eso es random, total, tío. Chacho, chacho. Eso es que me entró la venada y yo qué sé, tío. Para hacer algo diferente, ¿sabes?

Tú crees que también te ayuda como a refrescar, ¿no? Un poco a veces o como a…

Sí, sí.

En plan…

Eso es lo que…

Para no quemarse, ¿no?

Sí, sí, total. Eso es de las cosas que más te ayuda, yo creo. Cuando tocas un instrumento que no sabes, o sea, es como te sientes bien. En vez de sentirte mal porque no sabes, te sientes bien.

¡Qué grande, tío, qué grande! Y qué guapo, porque cuando la música está dentro de uno y va de corazón, tío, da igual un poco el instrumento que le suelten que va a decir cosas, ¿no? O sea, que va a decir cosas que los demás pueden captar y entender, ¿no? Que como decías antes, basta lanzar un mensaje para que la música tenga ya en sí misma una potencia que todos vamos a reconocer como buena, ¿no?, y bella, la verdad es que sí, tío. Qué bueno.

Exacto, exacto.

Bueno, ¿y algo más o estás ahí a tope con Kendrick Lamar y Slum Village y punto y basta?

A ver, a ver, te voy a abrir este momento, a ver si encuentro algo más.

El chequeo rápido, el chequeo rápido. Eso está bien.

No, no, pues mira, también estoy con un trompetista que se llama Keyon Harrold, no sé si lo conoces. Pues es como de la onda esta, el Theo Crocker también, que viene el domingo, este domingo me compré la entrada, voy a verlo aquí también. Es como la onda esta, medio Hip-hop, jazz, no sé, tío me gusta mucho esa onda.

Qué bueno, tío, qué bueno. Pues nada, macho, la verdad es que estamos deseando escucharte por aquí, tío, en Madrid, a ver si te traemos.

Yo también.

A ver si te traemos.

Yo también a ti, tío.

A ver si te traemos para acá, será un placer supremo y extremo. Te deseamos lo mejor, tío, ahí en Barcelona con los concursos y con tu música, con tus proyectos y nada, de verdad, que ha sido un placer tenerte aquí.

El placer es mío, tío.

Es inspirador escucharte y también, cómo no, escucharte cuando tocas, ¿no? La música que nos donas a todos, tío, o sea que…

Coño, pero si toco yo solo, nada. Tengo que tocar con ustedes, ¿entiendes?

Exacto.

Hay que tocar todos juntos, tenemos que tocar todos juntos.

Así es, tío, qué alegría, qué alegría, sentirse juntos y ahí empujando todos para delante, tío, como debe ser. Así que nada.

Como tiene que ser.

Cristopher, hermano. Mil gracias, un placer.

Oye, mil gracias eh, un placer, eh.

Seguimos conectados, tío, y hablamos.

Sí, tío, si nos vemos por Madrid, tío.

100%, tío, 100%. En cuanto aparezcas por aquí, nos vemos, tío.

De una, tío.

Grande, tío, Cristo, tío.

Grande, tío. José, nos vemos, tío.

Abrazote.

Chao. Igual.

By: José Cabello Llano

Enero 09, 2025

Joana Sá – A Body as Listening (Clean Feed)

Joana Sá – A Body as Listening (Clean Feed)

JOANA SÁ

A Body as Listening (Clean Feed)

28

Diciembe, 2024

El retorno en solitario de la consagrada pianista portuguesa Joana Sá ha tardado once años en llegar (desde el ya lejano Elogio da Desordem, de 2013), y no sólo cierra una trilogía comenzada con Through this Looking Glass (2010); sino que se trata, además, del proyecto más ambicioso y personal dentro de la extensísima y polifacética carrera de la siempre sorprendente creadora lusa.

Artista escurridiza e inquieta donde las haya, Joana Sá lleva ya muchos años transitando terrenos creativos alejados de lo convencional, con espíritu multidisciplinar y embarcada en una búsqueda continua de interacciones entre disciplinas estéticas que abarcan la experimentación audiovisual y la sinergia entre diferentes artistas del terreno del arte contemporáneo y la música de vanguardia. Pianista de formación, el trabajo de Joana Sà se desarrolla en el plano de las ideas y los conceptos; su búsqueda le lleva a investigar las texturas, los ambientes abstractos y las reacciones sensoriales al sonido, más allá de conceptos como forma o armonía. Redoblando ese componente intelectual y teórico tan presente en su trabajo, el nuevo disco de la portuguesa es una parte (la musical) de un proyecto fragmentado y amplio compuesto por diferentes elementos independientes pero relacionados, que incluyen un libro, una instalación virtual y diversas performances de lectura. En palabras de Joana Sá, su nuevo trabajo es una “cartografía resonante de (in)materialidades musicales”, y es de suponer que para abarcar el pleno significado y la intención final de un proyecto así de ambicioso habría que sumergirse en las diferentes dimensiones multidisciplinares que lo forman, pero aquí vamos a centrarnos en su dimensión musical; un disco que lleva por título A Body as Listening, publicado (como no) por el incombustible sello Clean Feed.

A Body as Listening es un trabajo que sumerge al oyente en un mar de quietud y calma, abstracto en todo momento y formado por composiciones que parecen suspendidas en el tiempo, huyendo de estructuras concretas y centradas en una búsqueda constante de lo sensorial.

A Body as Listening suena fantasmal, lejano de lo cerebral y teñido en todo momento por una sensación de libertad y de improvisación libre por terrenos creativos donde las resonancias, las vibraciones y las ambientaciones feéricas toman el protagonismo. No hay elementos disruptivos ni cambios de rumbo a lo largo de los 35 minutos de duración de A Body as Listening; Joana Sá está dotada de una habilidad sutil y precisa para que su música avance de forma orgánica y natural, como una neblina llena de misterio cuya densidad se construye con un número mínimo de elementos, y esa es una de las características más interesantes y envolventes del disco. El vacío, los silencios y el sonido limpio de un piano cristalino de carácter clásico y minimalista conviven con un uso sutil e inteligente de elementos electrónicos centrados en la creación de texturas. En un juego delicado de tensiones continuas, el carácter casi industrial y paisajístico de los ambientes oscuros y extraños creados a partir de la manipulación del sonido se contraponen con la belleza frágil y emocional del piano de la portuguesa, otorgando al disco un matiz experimental que podría llegar a emparentarlo con los ejercicios de investigación ambient de Loscil o incluso a los míticos Disintegration Loops de William Basinski.

La reverberación, la superposición sutil de texturas, el uso puntual de voces de fondo con aires pesadillescos y la elegancia constante del piano convierten este trabajo de Joana Sá en un viaje tan extraño como adictivo, que resulta más enriquecedor con cada nueva escucha. No es música para cualquier momento, y requiere de un estado de ánimo y una predisposición especial por parte del oyente para ser disfrutada de forma profunda, pero desde luego es un ejercicio que vale la pena experimentar.

Texto: Ricky Lavado

Diciembre 28, 2024

Luís Vicente Trio – Come Down Here (Clean Feed)

Luís Vicente Trio – Come Down Here (Clean Feed)

LUÍS VICENTE TRIO

Come Down Here (Clean Feed)

27

Diciembre, 2024

Three years after Chanting In The Name Of, trumpeter Luís Vicente’s trio, featuring Gonçalo Almeida and Pedro Melo Alves, returns with the superb Come Down Here, once again released under the Clean Feed label.

By: António Branco jazz.pt

Titling the result of creative work is rarely free of challenges. Some titles are solemn, verbose, cryptic, even pretentious; others are straightforward and unassuming, referencing a special moment, a time, or a place, sometimes bordering on the ineffable. Trumpeter, composer, and improviser Luís Vicente hit the mark with the name of his latest album, freshly released on Clean Feed: Come Down Here. It’s the second release from a stellar trio that joins him with bassist Gonçalo Almeida and drummer Pedro Melo Alves. We’ve long known that communication and dialogue—with others, oneself, and the surroundings, a crucial element in musical discourse—are central to Vicente’s approach, developed expansively across multiple contexts and instrumental configurations. This “come here” carries significant weight.

“We could say it refers to the ‘vibe’ of the room, the moment we’re playing and feel a presence of something or someone conveying a memory, a feeling, ideally a good one,” Luís Vicente explains to jazz.pt. “It’s as if we’re taken by something that gives us an emotion and guides part of the process.”

Hyperactive both nationally and, especially, internationally, and embracing creative freedom, Luís Vicente occupies a front-row seat in the realm of adventurous jazz and its related improvised music. Beyond leading this trio and a quartet, he’s part of formations like Chamber 4, Frame Trio, Clocks and Clouds, Deux Maisons, Twenty One 4tet, In Layers, and Fail Better!; a quartet with John Dikeman, William Parker, and Hamid Drake (Goes Without Saying, But It’s Got to Be Said is a must-listen); trios with Seppe Gebruers and Onno Govaert or Olie Brice and Mark Sanders; and duos with Vasco Trilla, Marcelo dos Reis (the album (Un)Prepared Pieces for Guitar and Trumpet is worth revisiting), and Jari Marjamaki. Come Down Here arrives at a time when the trio’s other members, Almeida and Melo Alves, also have new releases, both under the Clean Feed label. Almeida’s States of Restraint was recorded in a trio with trumpeter Susana Santos Silva and percussionist Gustavo Costa, while Melo Alves’s Conundrum Vol. 1 is a compilation of duo recordings from a concert series of the same name.

“There’s a genuine, unique spirit within the group, built on trust and friendship that has grown over time,” says Vicente. “Communication flows naturally, and there’s a clear sense of synergy where each other’s movements are anticipated. This depth of creation is something that can only emerge when you’re working with certain individuals, allowing things to unfold and reach extraordinary, even magical, moments.”

Three years after the trio’s debut album Chanting In The Name Of, the new Come Down Here builds on composed and structured ideas drawn from a vast vocabulary amassed through years of experience and refinement. “We’re all improvisers and composers,” Vicente emphasizes. “The compositions are very specific but at the same time extremely open—they’re never played the same way, as it all depends on the day, location, mood, and how we interact with the written material.” This approach, revealing both individual and collective aesthetic growth, maintains the organic, free, and elastic character of their shared musical language. The result is open, pure music, fueled by shared ideas and values without the need for additional elements. A foundational motif is developed in various directions, thanks to the exceptional talent of the three musicians. While Come Down Here retains the style, dynamics, and phrasing of its predecessor, it moves forward. “The idea was for each of us to express ourselves without preconceptions, fully leveraging our abilities and showcasing our individuality, reaching a sonic state where the music itself takes on a central role—a drive where we are merely a conduit connecting to the universe,” Vicente explains. After introducing the composition to his bandmates, the trio develops the potential of each piece, “always keeping the approach open, allowing the music itself to suggest directions and new ways of engaging with its content.”

The album’s title track, which opens the record, begins with a trumpet motif that sparks a vibrant interplay between the three musicians, pushing energy levels to their peak (Melo Alves delivers a remarkable solo here). Hope II then cools the intensity, introducing a chamber-like atmosphere, with Vicente bringing a serene solemnity; Almeida employs the bow, and Melo Alves adds delicate nuances, creating a more abstract piece that explores contrasts reminiscent of certain contemporary classical music styles. A standout track is their rendition of an Afro-Brazilian song by an unknown composer, traditionally played in capoeira circles or Candomblé ceremonies: Mandei Caiar o Meu Sobrado (“I Had My Loft Whitewashed”). This song carries profound gravity (its sounds evoke a dense forest), with the trumpet delivering a clear, hymn-like melody around which the bass and drums orbit. The interaction builds to a climax, culminating in an intense solo by Almeida, complemented by intricate percussion. The double bass briefly returns to the bow to end the piece with an air of mystery.

As the title suggests, Why No Is No is focused and assertive (Vicente describes it as “a manifesto of nonconformity, questioning, non-acceptance, and refusal”), amplifying the intensity of the trio’s interactions with call-and-response exchanges, stimuli, and counter-stimuli. Its whirlwind ending is thought-provoking. The bass sets the tone at the start of Nascente, joined by the trumpet—here in a more textural mode, using extended techniques—and drums that enrich the soundscape. This collective improvisation seems to reflect the flow of a river, tranquil at times, turbulent at others. Closing the album, Penumbra, the longest track and one of its highlights, is a sonic gem richly detailed, demanding repeated listens to fully appreciate its depth. Here, Vicente (also using the mbira) masterfully alternates between melodic ideas and abstract explorations, occasionally performing unaccompanied. Almeida and Melo Alves add density, culminating in another remarkable bass solo that drives the piece to its climax.

At once complex and familiar, Come Down Here is an album that comforts and beckons—a special place to revisit time and time again.

By: António Branco

Diciembre 27, 2024

Baldo Martínez Interview

Baldo Martínez Interview

BALDO MARTÍNEZ INTERVIEW

27

Diciembre, 2024

By: José Cabello Llano

Photos: Fernando Tribiño 

Podcast de la entrevista completa + Transcripción de parte de la entrevista a continuación

Baldo Martínez, uno de los grandes músicos de nuestro país, nos ha concedido una intensa entrevista después del lanzamiento de su último proyecto a sexteto, Música Imaginaria.

En nuestra conversación en el mítico Café el Despertar, hemos tocado varios palos. Desde su trayectoria artística hasta su método compositivo, pasando por la formación de la banda para su último disco y por los diferentes factores que hacen del mismo una obra de arte nueva, fresca y revolucionaria.

¡Esperemos que podáis disfrutar de la entrevista!

In&OutJazz: Bienvenido, muchas gracias. Estamos en este bar mítico de jazz en Madrid, qué mejor lugar para preguntarte. In&OutJazz te ha elegido para entrevistarte por tus últimos trabajos y por toda tu trayectoria, pero queríamos que nos contases tú un poco en dos líneas breves y de primera mano, tu trayectoria, datos biográficos mínimos y un poco de tus influencias y qué te lleva hasta el día de hoy.

Baldo Martínez: Sí, es difícil porque son 40 años y si nos sigue un poquitito más, casi estamos en los 50. A ver, yo empecé tocando Heavy, como el bajo eléctrico Y después de, bueno, de tocar con unos y con otros y tal, hacer distintas cosas y descubrir músicas, en cuatro años que estuve en Barcelona, a finales de los 70, fue cuando empecé a descubrir el jazz.

¿Esto con qué edad, más o menos?

Pues, en Barcelona entre los 17 y los 21.

Y ahí, bueno, ahí además era la escena de Barcelona de la, ¿cómo se llama?, bueno, todo lo que era música urbana, y toda esa escena. Además acababa de llegar la democracia, o más bien caer el otro. Y entonces, bueno, pues era una época de liberación, de mucha cultura y sobre todo de mucha ansiedad por descubrir cosas. Y a mí me tocó me tocó la edad. Entonces, bueno, yo venía del Rock, del Heavy, Jazz Rock, etc. Y tuve la suerte de haber escuchado un directo ahí en Barcelona, a Weather Report, en el 81 o el 80, si no mal recuerdo. Cuando grabaron el 8:30 que es el disco de ese directo. Además, yo siempre digo “yo salgo de ese disco”. Delante de Pastorius y yo sé que, bueno, en fin, ahí fue cuando empecé a descubrir jazz. Entre por el Jazz-Rock y por Bill Evans.

¡Qué guapo! Esto constituye tu personalidad musical también.

Sí, es la forma en que mi generación de músicos, como Chano que también viene del Rock y tal, pues hemos ido poco a poco cogiendo de uno y de otro, y te encuentras con esto, y esto te lleva a esto, y después a esto, y después a aquello… Entonces, primero descubres eso, yo te digo, Jazz Rock, Bill Evans, y pues nada, vas empezando a descubrir cosas.

Con Bill Evans descubres a grandes contrabajistas como LaFaro y Eddie Gómez, ¿no?

Descubrí a Eddie Gómez y paralelamente a Chick Corea. Eddie y esa forma de expresarse con el bajo. El sonido de Eddie Gómez no lo tiene otro. Pero después, cuando descubres a Scott LaFaro, te das cuenta de dónde viene. Eddie Gómez aprendió de Scott LaFaro, cogió un poco, yo creo que son de la misma quinta, incluso, lo que pasa que, claro, lo que dejó él, Scott LaFaro, pues es muy fuerte, revolucionó el contrabajo.

Para lo poco que estuvo con nosotros, ¿no? Por desgracia.

Sí, sí, sí, es eso, muy jovencito, pero bueno, ya dejó una marca muy fuerte.

Bill Evans, Chick Corea, la fusión… ¿por dónde sigue la cosa?

Pues después, me guio mucho por el jazz de ECM de aquella época. Estaba Dave Holland, por un lado y todos los nórdicos como Arild Andersen, contrabajista, que es una referencia del sonido del contrabajo para mí… y bueno, un poco toda esa escena. Y después, bueno, pues nada, después cuando volví a Galicia fue cuando me metí ya de lleno en el jazz. Fue cuando nos juntamos una serie de músicos para formar el grupo Clunia Jazz, en el 82-83, que forma parte de la historia del jazz en Galicia y en España. En Galicia en aquella época era curioso, porque haciendo jazz no precisamente comercial, sino de temas originales y tal, tuvimos el impacto de una banda de pop. En ese momento me metí más en el jazz y empecé a conocer a muchos músicos, también de la escena madrileña. Considero que mi carrera profesional empezó cuando en el año 83, fuimos con Clunia al Festival San Sebastián en el que antes había una parte de concurso. Fuimos allí, además avalados por Tete Montoliú, porque en aquella época nos había escuchado y tal y éramos unos jóvenes de 23-24 años. La participación en el festival nos dio fuerza y nos relanzó a otros proyectos y a tener más visibilidad fuera de Galicia. Hacia finales de los 80, empiezo a meterme más de lleno en lo que es la escena más free, más libre. En ese momento creamos un trío, Zyklus, con el que grabamos dos discos, y el segundo disco es ya directamente libre improvisación. Fueron unas sesiones que grabamos de libre improvisación y seleccionamos…

¿Cómo te aproximas tú a la libre improvisación en ese momento?

Pues por los músicos con los que estaba tocando. Y por curiosidad. Yo siempre me considero como una persona curiosa, y en la música siempre parto de cuando veo cosas que me llaman la atención y empiezo a mirar qué pasa ahí…

Y a nivel interpretativo, ¿cómo la aproximas? ¿Es todo oído? ¿Todo a oídos abiertos? ¿Cada uno tiene su personalidad y dice “yo quiero llevarlo por aquí”? ¿Cómo es la interacción entre los tres?

En el caso de Zyklus, los tres venimos del jazz, entonces se puede considerar que íbamos desde lo que es más jazz contemporáneo hasta un planteamiento muy abierto. Los músicos con los que compartía el trío eran Pedro López, de batería, y Wade Matthews, que tocaba saxo tenor, clarinete bajo y también bastante electrónica, utilizaba el teclado a modo de sinte. De hecho ahora él ya no toca el saxo, sino que hace procesamiento en tiempo real, modulares, etc. También conocí a Ángel Rubio que tenía un grupo, también  histórico de la escena madrileña que era Madera, un grupo de free, y yo participé con ellos en varias ocasiones. Entonces el caso es que se van dando proyectos y oportunidades que uno puede secundar o no, en función del resto de músicos, de las afinidades, de los gustos de cada cual… Y yo, en ese momento en España, la escena más vanguardista y libre, era muy pequeña. Ahora hay más. Pero claro, entonces eso condicionaba porque te puedes poner a tocar pero nadie te da trabajo, nadie me a dejar subir a un escenario para mostrar lo que hago, por muy bien que lo haga. De hecho, la primera vez que con un proyecto mío salía de España hacia Europa, a Francia, en el Perpignan Festival de Jazzébre, me hicieron dos entrevistas seguidas, en una televisión y una radio. Y fue obvio que en ambas ocasiones me hicieron la misma pregunta. Primero de todo, me consideraban el músico de jazz de vanguardia de España, como el representante de esa corriente, y a mí me daba vergüenza porque la escena francesa era mucho más activa en ese sentido. Y me metieron dentro de lo mismo y me costaba, porque yo seguía aprendiendo y desarrollándome. Pero la pregunta que me hicieron los dos fue “oye, ¿por qué en España se mira tanto para el jazz americano?”.

Interesante.

Y yo justamente no era la persona a la que preguntar porque yo en cambio miraba para otro lado.

Mirando para Europa.

Que, no quiere decir que el jazz americano no me interese. La escena neoyorquina, John Zorn, todo lo que está alrededor de él, son músicos…

Incluso toda la escuela de Chicago en aquella época, en los años 60, el Art Ensembre of Chicago, AACM y todos estos.

Sí, lo que es toda esa escena, la que fue en su tiempo, la más vanguardista en principio y sigue siendo también una escena muy interesante. Pues eso sí. Pero lo que más se vendía y lo que más se compra en Estados Unidos y seguimos comprando es lo más mainstream en cualquiera de sus facetas. Y entonces yo no estoy por eso, no me interesa, no me llama la atención. Como te decía, yo soy una persona curiosa y cuando me llama la atención una cosa voy a esa, pero si no me llama la atención, pues voy a otra. Y, a esa pregunta que me hacían, yo respondía de la misma manera, que yo no voy por ahí. Es algo que tenemos demasiado pegado en España y que tendríamos que sacarnos un poco de encima. Copiar menos. Aunque todos copiamos, es lógico, por decirlo de alguna forma. Toda la música está hecha, es decir, si ahora analizamos rítmicamente un tema de la vanguardia de jazz francesa y lo comparas con cualquier tema de jazz mainstream americano, hay elementos comunes. Pero otra cosa es cómo lo planteas. Es importante intentar sacarse prejuicios y la mochila esta que cargamos muchas veces de “esto no lo quiero hacer, esto sí, bueno, es que esto forma parte de la tradición”. ¡No! ¿Qué es lo que sientes?

Tú dirías que, ahora, apuntando más al presente, a lo actual, lo que nos ocupa, tú dirías que el último disco que has presentado y que vas a presentar a Sexteto, estas composiciones que nacen de ti, ¿nacen desde ese lugar, desde ese lugar del atrevimiento, desde ese lugar de no mirar tanto a la tradición? ¿Cuál es la motivación que se esconde detrás de estas composiciones? También, a la hora de elegir, que la formación sea un Sexteto, o sea, a la hora de elegir la implementación, ¿de dónde nace esta idea? ¿De dónde, a dónde miras? ¿O no miras a ningún lado, te miras a ti y ya?

No, no, un músico no se puede mirar solo a sí mismo. Un músico es necesario que escuche toda la música posible. No puede ser músico y no escuchar música. En cuanto a este proyecto, tengo que decir que la inercia o el leitmotiv que llevo en toda mi trayectoria, incluye un primer momento que es hacerme planteamientos acotados, ponerme límites, renunciar a ciertas formas y ver qué sucede, como experimento. Por ejemplo, yo estaba tocando jazz, swing lo tienes muy metido, bebop, hardbop, cool, todo dentro de una estética muy determinada que tiene la tradición americana. Entonces, uno de los planteamientos iniciales en mis primeros proyectos fue renunciar a un elemento importante de esta tradición, que es el swing, la subdivisión ternaria. Entonces, eso me abrió a descubrir otras cosas. Entonces, en este proyecto al que ahora nos referimos es curioso que aunque hay una unidad, los temas son muy distintos entre sí, de diferentes ondas.

¿Cuál es esta unidad, a parte de la evidente que es que estás tú y…?

Pues la unidad…, sí, los mismos músicos tocando de una manera similar en todo. Es decir, considerando y desarrollando la música, expresándose de una manera similar en un concepto parecido. Pero no es algo premeditado. Yo seleccioné una serie de música, una serie de temas, y los hay desde atonales hasta súper tonales, hechos desde diferentes planteamientos y abiertos a lo que pudiera surgir. Después, quizá el único aspecto por el cual interfiero con los músicos y los limito se trata de algo conceptual. Primero, temas que cuenten cosas distintas, no repetirnos. Para ello, rítmicamente trato de no incidir en lo mismo.

De no entrar en los mismos patrones y grooves

Sí, exactamente. Pero también en el plano de los ambientes. Buscamos ambientes distintos, no solo en la dimensión textural y tímbrica, sino también en las armonías, cómo se mueven, las melodías, los ritmos, es decir, toda la textura. Y por otro lado, soy partidario de que cada músico tenga su espacio. Solo en uno de los temas vas a escuchar un mismo ambiente para dos solistas diferentes, mientras que en el resto de casos, cada solista goza del espacio y ambiente que él elige. No es como en un blues tradicional donde todos solean sobre la misma estructura, aunque cada uno a su forma, es cierto. Yo siempre he tratado de que cada solista goce de un espacio distinto y que las secciones de solo para cada persona sean diversas, ambientes distintos, totalmente.

Con esto te refieres al espacio único para el solista, ¿no?

Exactamente, que no quiere decir que no haya interacción. La interacción en este proyecto es fundamental. Bueno, siempre fundamental cuando tocas en grupo. Pero en este proyecto sobre todo es fundamental. Y, además, cuando nos juntamos, que nos juntamos seis músicos, que la mitad no nos conocíamos. Pero en este sentido, lo que tratas es de que cada uno tenga espacios para expresarse como él quiere. Entonces, aquí manda cada músico.

¡Qué interesante! Hay muchos compositores que escriben conociendo ya a sus músicos. Tú, que había tres a los que parece que no conocías, ¿dices que intervinieron en la composición de los temas?

No, no, que va. Yo les presento los espacios y ellos desarrollan su solo. Pero en vez de coger y, por ejemplo, de alguna manera corregirle, dejas un poco que él vaya desarrollando y se va creando entonces el espacio. Sucede, y se crean espacios que se repiten como ambientes y fórmulas que se pueden reutilizar porque funcionan. Y entonces eso es a lo que voy con el corazón de este proyecto. La composición, que a mí me gusta y cuido mucho, tenía que estar presente pero al mismo tiempo que la improvisación.

¡Qué bonito! ¿Dirías que este sería el elemento que identifica este disco y que distingue este disco del resto que has hecho?

Un poquito sí, pero hay otros elementos. Este proyecto lo planteé sobre dos pilares. Dos instrumentos: el acordeón y el vibráfono. Porque eran dos instrumentos con los que había trabajado en algún momento, pero que no eran instrumentos que hubiese desarrollado mucho.

Sí, sí, y aún hoy en día, estos dos instrumentos todavía están en una curva ascendente dentro del jazz. La gente, cuando los escuchamos, recibimos una frescura solo por el hecho de escuchar su sonido tan distinto de lo habitual.

Entonces, claro, era un reto para mí porque técnicamente hay problemas tímbricos. El acordeón choca mucho… Mientras que la flauta empasta bien con el vibráfono, el acordeón se la come. Entonces, son cuestiones que te encuentras, pero a mí los retos me gustan. Entonces, claro, para mí es fundamental el instrumento, sí, pero ¿quién lo va a tocar? No porque digas “oye, tiene que ser un acordeonista que sea top”. No, no, tiene que ser solvente, que se da por supuesto, que conozca los códigos y sepa comunicarse y que pueda aportar. Es decir, que no sea un gregario, que aporte y además yo le dejo.

Esto dirías que es el elemento que más buscas en este disco de tus músicos, ¿no?

En general lo busco, pero en este en concreto, por decirlo de alguna manera, me permití ese lujo. De ahí en parte viene el título del nuevo proyecto. Entonces después de elegir esos dos instrumentos era importante encontrar aquellos que los iban a tocar. Por otro lado, ya tenía a Lucía Martínez, batería con la que llevo ya mucho tiempo trabajando, y me interesaba mucho que estuviese en el proyecto. Y con Juan Saiz, que también llevamos tiempo trabajando, y estos éramos los tres que nos conocíamos. Entonces hablando con Lucía, en búsqueda de acordeonista, ella, que tiene mucha relación con Portugal, me comentó que había un acordeonista, en Portugal, que le habían comentado ciertos amigos, y que se llamaba Joao Barradas, joven y tal, y que estaba creciendo mucho. Y entonces, nada, me puse a investigar, a escuchar vídeos y tal y pensé que podía encajar. Le contacté y me dijo que sí. Es un tipo que toca…

Sí, sí, es un fuera de serie.

Sí, porque además toca desde clásica, contemporánea, jazz…

Jazz de todos los colores.

De todos los colores, es decir, es un tipo…

Y tiene una lista de colaboraciones también que le hace que justifica su personalidad musical.

Ya éramos cuatro. Entonces, ahora llegan otros dos desconocidos. Había uno que no era exactamente muy desconocido, porque yo conocía su música, porque nos habíamos cruzado por ahí, en los festivales, y nos habíamos saludado y me parecía un tipo muy interesante. Solvente y muy abierto tocando, lo cual era ideal para lo que yo quiero. Entonces, nada, se lo propuse y también dijo que sí. Ahora solo faltaba un elemento, el vibrafonista.

Este último músico, perdón, que no has dicho su nombre, ¿quién es?

Ah, perdón, sí, Julián Sánchez, que considero como uno de los grandes trompetas y músicos que tenemos y hay ahora mismo en nuestro país. Y bueno, me quedaba el sexto elemento, que era, además, uno de los pilares de la idea primigenia del proyecto. Entonces, hacía unos años, me había escrito Andrés Coll, un chaval muy joven. No sé cuántos años tenía cuando me escribió, 18 años o por ahí, y me dijo que estaba tocando con Joachim Khün a dúo y me mandó algunas grabaciones, porque yo tuve un trío con Joachim en su momento, y claro, para mí Joachim es uno de los grandes de jazz. Entonces para esta ocasión yo pensé en él, pero tenía muy pocas referencias de él tocando y consideré que lo mejor era poder probar a tocar juntos y ver cómo nos entendíamos. Porque con las grabaciones no tienes una noción clara de cómo se expresa y tal. Entonces, él me siguió escribiendo e insistía en que teníamos que vernos para tocar. Él está en Ibiza pero me dijo que venía por Madrid sin problema y entonces nos organizamos y aquí, en El Despertar, montamos un trío con Guillermo Bazzola, el guitarrista, y tocamos. Esto fue el otoño anterior a estrenar el proyecto. Y entonces, ya tocando ya con él, tenía algunas dudas porque es muy joven, bueno, ahora ya es menos joven, aunque tiene 23 o 24 años. Y claro, la madurez que tienes que tener para afrontar una historia así, pero bueno decidí apostar por él. Y, lo mismo, súper solvente y que aporta otra historia, aporta muchísima energía.

Qué interesante.

Claro, es la juventud, como ponía en un artículo hablando sobre el proyecto que decía que yo le llevaba 41 años. Podría ser no solamente mi hijo, sino ya casi sea mi nieto. Pero este es otro de los elementos importantes en el proyecto. La variedad generacional. Vamos desde los 23 años hasta los 65, que tengo yo. Entonces, claro, pero en medio hay de 30 y bastantes, hay de 40 y pico, de casi 50.

Sí, una variedad que hace que la música cobre una vivacidad también muy particular.

Es que yo creo que la libera un poco de ciertos vicios que tenemos y en los que muchas veces nos acomodamos.

De las posibles barreras generacionales que se pueden tender, ¿no?

Sí.

Mientras que en este caso es todo intergeneracional. Y la frescura no solo viene dada de la juventud de Andrés, sino de la intergeneracionalidad, del intergeneracionalismo que hay.

Yo siempre entiendo, y más en este caso, que todos aprendemos de todos. Entonces, claro, aquí hay cosas muy distintas. Las vivencias que puede tener, yo las he tenido con 23 años. Pero las que tiene él ahora son distintas. Bueno, primero porque él es él y yo soy yo. Pero también la época en la que vives. Entonces todo eso enriquece el mogollón. Y yo creo que eso es una de las cosas que le da a este proyecto también otra particularidad.

Claro, totalmente.

Así que, ya estábamos todos. Entonces, nos vamos a Vitoria, porque el Festival de Vitoria, acepta la formación, la propuesta. La propuesta era, no un concierto, sino un proyecto que quería crear, ya tenía los temas y los músicos, pero había que montarlo. Y la propuesta era que el festival hiciera de sustento, para poder realizarlo. “Necesitamos dos o tres días de convivencia, de trabajo, ensayos y tal, y el concierto”, a lo que el festival accedió con interés. Además, me parece una fórmula muy, muy, muy buena que no se hace. De montar un proyecto y una fórmula de funcionar de un festival por la cual se ayuda a la música. Esto se hace en muchos sitios, en Francia, bueno, en mogollón, en muchos países. Pero aquí en España…

Falta esa dinámica, por la cual el festival no solo escoge el programa, sino que permite ayudar, o sea, da sustento y ayuda a esos proyectos que tienen un potencial y ellos lo permiten levantar.

Siempre es un riesgo. Además, en esta música, el riesgo es…

En este caso, la formación que teníais daba una cierta garantía, por las personas que estáis involucrados.

Sí, pero yo he escuchado grupos de grandes estrellas que no cuajan, porque cada uno tiene lo suyo… Y yo iba con ese, no temor, pero sabiendo que había ese riesgo. Es decir, había tres músicos que, aparte de no conocerse entre ellos, no nos conocíamos. Y la convivencia, además, en un grupo es fundamental. Bueno, entonces, yo llego allí, llego con mi música y con mis cábalas en la cabeza de cómo tenía que desarrollarse y tal. En papel una serie de notas escritas y tal, con unos arreglos que tienes pensados, pero después todo eso hay que desarrollarlo. Entonces, llegamos allí, nos juntamos y todo fue fluyendo. Colaboraron todos mucho a la hora de montar esto. No tenían una actitud pasiva por la que les tienes que decir lo que tienen que tocar…,

Sí, sí, que no es para nada la actitud que brindaba este proyecto.

Justo, por lo contrario, estuvieron todos muy implicados, proactivos, proponiendo qué era lo mejor en pequeños detalles…etc. Y después, a la hora de los solos y tal, pues, algo parecido y cosas que se crearon también en el momento. Lo que me demostró el interés que teníamos todos es cuando dimos la primera nota en el escenario.

¡Qué bonito! La energía que trascendía esa primera nota.

Subes al escenario, en Vitoria, vas a abrir el escenario grande de Vitoria, sabes la responsabilidad que tienes, venimos ensayados, pero de un repertorio complejo. Complejo por muchas cosas, aparte de ejecución de ciertas cosas, pues el desarrollo, los desarrollos y tal. Y de repente, era mirar y veías cinco caras, claro, todos veíamos cinco caras… Pero, todos metidos…

Todos unidos, ¿no? Como una unidad grande.

Como si fuese un grupo que llevásemos toda la vida. Y todos los conciertos que hemos tenido ha sido así. Y entonces ante la pregunta de qué creo que distingue esto de otro…, pues mira, no lo sé exactamente…

Pero se ve y se escucha.

Sí, yo lo que digo es, mira, escúchalo, nada más, o vente a un concierto.

Ven y verás, ¿no?

Claro, escúchalo, pero sin prejuicios, porque si no, vas a, no sé, no vas a encontrar lo que es.

Qué interesante, Baldo. Y mira, la última pregunta, aún con todo tu porte, toda tu trayectoria, todo tu nombre, y todas tus incursiones a los diferentes estilos y tantas colaboraciones, antes afirmabas que eres alguien que siempre aprende. Que no se atreve a ponerse nombres y etiquetas y galardones. Eso ya te lo ponemos el resto y, oye, hay que agradecerlo también, ¿no? O sea, pero ya que comentabas esta faceta tuya, la cual me parece muy interesante y creo que es una lección para todos. ¿Qué has aprendido tú de este proyecto? ¿Qué es lo que más has aprendido? No es qué es lo que más te ha gustado, que ya has hablado de todas las cosas que te gustan, sino qué has aprendido tú. Puede ser musical, puede ser personal, puede ser holístico.

Hombre, yo…, si tengo… A ver, lo primero, la música tiene mucho poder. Y, de hecho, en el disco lo puse porque estoy convencido, es decir, te das cuenta de que cuando todos arrimamos el hombro, las cosas salen. Entonces, lo importante que es el estar unidos.

Lo comunional, lo comunitario.

Sí, y compartirlos todos. Porque somos seis, no somos cuatro, ni tres. No. Somos seis.

Es un número ya considerable.

Con seis empiezas a apartarte y empiezas a ver eso como ves en una Big Band, ¿no? Un director, después una sección de no sé qué.

Sí, separas por roles casi.

Es eso, no sé, lo que aprendo es lo importante que es compartir y además ser receptivo. Y no acaparar, dejar el ego totalmente fuera.

¡Qué interesante! Una lucha contra el egoísmo individualista.

Sí, yo una cosa que aprendí hace unos años con otro músico es la generosidad. Es decir, es algo que está ahí, pero que no piensas en ello. Pero con esto, yo ya lo llevo ya tratando de aplicar por un lado y comprobar por otro. Entonces, la generosidad por un lado y por otro lado las ganas de, digamos, de recibir lo que te estén dando. Son las dos cosas, dar y recibir. Y no cerrarte con eso porque en el momento en que eso se cierra, es cuando aparecen los egos, y ahí es cuando se juntan no sé cuántos all-star y aquello no funciona.

Claro, sí, sí, y todos hemos visto ejemplos parecidos.

Y después otra cosa muy interesante que creo que he aprendido aquí es que el buen equilibrio entre la composición y la improvisación. Hay temas en los que la improvisación es, pues mira, un tema que dura seis minutos o así y la exposición del tema es como un minuto. El resto es libre improvisación. Pero cuando lo escuchas, yo cada vez que lo escucho, lo escucho como parte de la composición, lo siento así.

Qué interesante, una misma corporalidad en la relación entre improvisación y composición, ¿no? Y dirías que lo que has aprendido es como a masterizar composiciones que tengan esta faceta, este cariz de que composición e improvisación se dan de forma unida, ¿no? Unificada.

Sí. Además, son cosas que aprendes, que ya las sabías, por un lado, porque siempre tratas de que la improvisación, si hablamos de jazz, forme parte de la composición y sea coherente. Pero que después vas viendo que tú lo que quieres es más libertad en la improvisación cada vez más, cada vez más, cada vez más, pero que siga la coherencia con la composición, ¿no? Y es más complicado cuando no estás apoyándote en una estructura determinada, en una tonalidad determinada, en un ritmo determinado…, cuando no tienes esos elementos y lo estás creando tú en ese momento…, tú y todos los músicos, eso es más complicado. Pero para mí es hacia dónde va esta música. Esta música es una música de libertad.

Baldo, de verdad, qué alegría escucharte, porque esa alegría es lo que me produce, lo que nos produce a la revista. Y una vez más, agradecidos, de verdad, enteramente por tu presencia y por estas palabras que nos has brindado, que son la verdad que un tesoro y te deseamos lo mejor en lo que te queda, porque señalas y reseñas tu edad, pero para muchos eres joven en todos tus proyectos, o sea que…

Bueno, yo…, a ver, yo digo los años que tengo por la diferencia de generacional y tal. Y yo digo 65, pero yo por dentro no me considero de 65…

Y eso se nota. Por dentro… Por dentro da gusto la vivacidad. Así que nada, te lo agradecemos muchísimo, desde In&OutJazz.

Bueno, oye, pues muchísimas gracias a vosotros por darme la oportunidad también de contarlo.

Gracias, de verdad.

By: José Cabello Llano

Diciembre 27, 2024

Pin It on Pinterest