Select Page
Luis Nacht, Demian Cabaud, Jeff Williams – Furtivo (Club del disco, 2024) – Review

Luis Nacht, Demian Cabaud, Jeff Williams – Furtivo (Club del disco, 2024) – Review

LUIS NACHT

DEMIAN CABAUD

JEFF WILLIAMS

Furtivo

Review

06

Febrero, 2025

Han pasado ya veinticuatro años desde el debut discográfico del argentino Luis Nacht con el laureado Nacht Musik (BAU Records, 2001). Mucho ha llovido desde entonces, y tras once discos como solista, un sinfín de colaboraciones discográficas (Lucia Pulido, Fernando Otero, Paula Schocron, Miguel Tarzia y muchos más) y haberse convertido en nombre imprescindible en los escenarios del universo del jazz contemporáneo a nivel internacional (como solista o acompañando a una lista inacabable de pesos pesados del jazz moderno como Tony Malaby, Horacio Fumero, Bruno Chevillon o David Xirgú, entre muchos otros), Luis Nacht afronta el lanzamiento de su nuevo álbum Furtivo firmemente asentado como una de las figuras más destacadas que el jazz de América Latina ha ofrecido en las últimas décadas.

Flautista, guitarrista y cantante de música latina originalmente, Nacht incorporó posteriormente el lenguaje del jazz en su bagaje creativo mediante el estudio del saxofón bajo la tutela de George Coleman o Richard Beilach, iniciando una trayectoria tan premiada como influyente, en su argentina natal primero y poco a poco en la escena internacional, cuyo capítulo más reciente es este brillante y elegante Furtivo.

En esta ocasión el bonaerense se presenta acompañado de dos escuderos de auténtico lujo, en forma de trío clásico y altamente efectivo. Por un lado, tenemos al también argentino Demian Cabaud, miembro habitual de la prestigiosa Orquesta de Jazz Matosinhos (Portugal) y docente en el Conservatorio de Oporto (Esmae) y en el programa Master de Jazz en Siena, Italia. Los caminos de Luis Nacht y Demian Cabaud ya se habían cruzado previamente, y la más que evidente química entre ambos marca por completo el carácter de esta nueva aventura discográfica. La solvencia y elegancia de Cabaud al contrabajo (colaborador habitual de gigantes como Joe Lovano, Kurt Rosenwinkel o Maria Rita) otorga a Furtivo una pátina de clasicismo que se mimetiza con el apabullante trabajo realizado por el tercer pilar de este disco: ni más ni menos que el siempre brillante Jeff Williams a la batería. La trayectoria de Williams arranca en la década de los sesenta del siglo pasado, y podemos rastrear su impronta creativa a lo largo de una lista de colaboraciones que quita el hipo: de Marc Copland, Stan Getz, Lee Konitz o Dave Liebman, a Michael Formanek, Paul Bley, Richard Beirach o Ethan Iverson.

Furtivo, grabado en los estudios Vértigo de Barcelona, es el resultado de las experiencias acumuladas por los tres músicos a lo largo de una gira europea conjunta; con semejantes credenciales, huelga decir que el nivel de composición y ejecución del disco es altísimo. El trío funciona como un sólo ente musical en el que saxo, contrabajo y batería caminan de forma armónica creando paisajes en los que la pulcritud de la producción y la brillantez de los arreglos maximizan las posibilidades expresivas de cada elemento, proponiendo un viaje de texturas analógicas añejas que remiten al sonido más clásico del jazz. A lo largo de Furtivo hay dejes del sonido y la actitud del jazz de club clásico que evoca épocas doradas de sellos como Vanguard o incluso Blue Note, pero todo ese bagaje está filtrado por la sensibilidad contemporánea de tres músicos enormes que no se contentan con remedar clichés de género; Nacht, Cabaud y Williams recogen esa tradición y la reimaginan desde una perspectiva actual para crear un álbum tan personal como completo.

Texto: Ricky Lavado

Febrero 06, 2025

Daniel Juárez Interview – Reflexividad (ΠΚmusic)

Daniel Juárez Interview – Reflexividad (ΠΚmusic)

DANIEL JUÁREZ INTERVIEW

Reflexividad (ΠΚmusic)

04

Febrero, 2025

By: José Cabello

Fotos: Arist’s Concession

 

Escuchar el Podcast below!

Prácticamente en vísperas de lo que será su quinto disco publicado, el aclamado compositor Daniel Juárez nos ha concedido un precioso momento. Nos ha citado y acogido como el mejor de los anfitriones para hablarnos de su último trabajo, Reflexividad, que saldrá publicado el próximo 21 de febrero en el sello discográfico ΠΚmusic dirigido por el contrabajista Petros Klampanis.  En la conversación hemos podido disfrutar, profundizar y compartir acerca de múltiples temas que circundan su labor y actividad como compositor, intérprete, improvisador, músico y… persona, a fin de cuentas. Desde el elenco de músicos, pasando por sus influencias, hasta las ideas y conceptos de los que brotan sus composiciones. El diálogo con Dani es siempre un auténtico placer.

¡Esperemos que podáis disfrutarlo!

 

In&OutJazz: ¡Qué placer supremo, tío, otra vez! La verdad es que siempre verte es un regalo. Pero poder hacerlo para la revista, la verdad que creo que es una oportunidad. Vamos, como revista estamos encantados de la vida de poder escucharte, hablar de tu último proyecto y de todo lo que quieras más. Ya sabes que somos unos cuantos que colaboramos para dar voz a todos los artistazos como tú que estáis ahí proponiendo cosas guapas, tío, tanto a nivel nacional como internacional, lo cual es un gusto, ¿no? Nos interesa apoyar lo fresco, tío, el sonido fresco. Y yo creo que tú, ahora mismo en España, reconocido por muchos, y tu último trabajo, creo que es muestra de ello, eres una voz muy especial. O sea que, lo primero, enhorabuena, macho.

Daniel Juárez: Muchas gracias. ¡Cómo me han puesto en un minuto, eh!

Lo primero, eso. Además, para que los que no te conocen todavía te conozcan mejor, adjuntaremos también tus redes y alguna cosa de tu biografía y tal. Sin embargo, en esta ocasión nos interesa saber un poco acerca de tu último trabajo, o sea, de Reflexividad, del disco. Ahora mismo conocemos el título del disco, que es Reflexividad, y el título del single que ha salido, que es La belleza de lo diferente. Solo con esos dos títulos daría para escribir hasta una tesis, tío. Pero en cualquier tema, o sea, en teología, en antropología…etc. En alguna ocasión hemos hablado tú y yo de dónde puede nacer la música, y me interesaría un poco ir en esa dirección. O sea, ¿qué evocan para ti esos conceptos? ¿Por qué hablas de la belleza de lo diferente en el primer tema? ¿Qué tiene que ver? ¿Y por qué ese título? Y luego ya vamos ahondando más en el trabajo. Pero bueno, así, el primer tiro…, a lo conceptual del disco, o, ¿de dónde nace? ¿Qué idea hay detrás? ¿Qué hay en tu mente, en tu corazón, en tu ser?

Sí que es verdad que igual esos títulos, tanto el del disco como el de los temas que he puesto, parecen como melones muy grandes, ¿no? Ostras, esto es un tema que da para, como dices tú, para hablar durante mucho rato. Pero en mi cabeza es más sencillo todo. Realmente el título del disco es Reflexividad porque junta el compendio de composiciones que he compuesto durante el último año. Y digamos que la temática de los temas es muy de sentarme a reflexionar, a escribir sentimientos, pensamientos, opiniones sobre cosas. También mucho gracias a las sesiones de terapia que llevo teniendo un año, que han sido muy enriquecedoras.

¡Qué bueno, tío!  

Recomiendo a todo el mundo que encuentre el momento para ir porque es muy bonito eso. Es una forma muy guay de quererse y conocerse a uno mismo. Entonces eso, todos los títulos hablan de pequeñas cositas sobre las que he ido reflexionando este último año y pico. Y, en fin, pues La belleza de lo diferente, el propio título lo dice, digamos que es un poco esa apertura al miedo que tenemos muchas veces de toparnos con algo que no conocemos, o que de repente nos resulta muy chocante porque es muy diferente a cualquier cosa que podamos conocer. Y esa pequeña cosa la podemos encontrar en muchos aspectos de la vida. Con personas, con cosas, con lugares nuevos…etc.

Totalmente, sí.

Entonces son reflexiones muy mundanas que molan porque seguramente todo el mundo en algún momento en su vida ha pensado en ellas, a su manera y perspectiva, ¿no?

Sí, sí. Ya te digo, yo en cuanto me topé con el título de tu primer single y me puse a escuchar, me pareció apasionante, tío. Porque la diferencia entre personas, por ejemplo, me parece un temazo. Y no solo lo enriquecedor que puede ser cuando hablamos de culturas, hablamos de religiones, sino, tío…, que yo solo no me basto, ¿no? O sea, necesito de lo otro. Y es bello encontrarse con lo otro.

Totalmente.

Pero no es un juicio evidente hoy en día. Y me atrevería a decir que a nivel sociológico, ideológico, es una cosa bastante tergiversada, muy poco llevado al plano natural, visceral, de lo normal, tío, de lo campechano, ¿no? Y, no sé, me…, vamos, me alegró bastante leer ese título y escuchar lo que he escuchado. Que además, ahora decías que son composiciones del último año. O sea, son literalmente todos, temas gestados en el transcurso de un solo año.

Sí, año, año y medio, más o menos, sí, lo que son las ideas como han quedado. Porque sí que es verdad que alguna pequeña cosita era como “esta idea que tengo por aquí, que ni siquiera tiene título, ¿a qué me evoca? O ¿qué me dice? ¿Qué me está llamando cuando escucho esto?”. Que igual hice hace un par de años y ahora es cuando lo he desarrollado y lo he dejado plasmado. Y no solo en papel, sino en el disco, ¿no? Pero sí, vamos, yo diría que el noventa y pico por ciento de los temas…

En un año, tío, o sea, te ha cundido pero bien, macho. ¡Qué cabrón! Y me llama la atención porque, y esto corrígeme, pero podría ser una diferencia…, una bella diferencia jajaja, entre Reflexividad y entre el disco anterior que hiciste, Energía (Live) el del single que sacaste, Spontaneous Sketch. Una diferencia reseñable, el hecho de que ese disco anterior fue gestado con el tiempo y lo tocasteis mucho y mucho y mucho. Y este en cuestión de un año ya lo has grabado. O sea, ¿cómo ha sido el proceso, la composición? ¿Cómo lo has concebido en ese sentido?

Pues, a nivel compositivo, realmente estaba como…, no voy a decir cansado, pero sí como, digamos, aburrido de la idea de intentar hacer cosas muy complejas, ¿no? Que al final es como estar dándole tantas vueltas que acabo adquiriendo una complejidad que no era quizá lo que yo buscaba, ¿no? Aunque luego suena orgánico y sencillo siempre, ¿no? Dependiendo mucho de con quién lo tocas. Pero, quería componer ideas muy sencillitas que luego, a través de la tocata, pudieran extenderse un poco más y darle ahí un poco de forma orgánica y que suene algo potente, pero partiendo de una idea muy facilita. Y al final todos los temas del disco son así. Lo que pasa es que en pocos minutos se lía parda como quien dice…

Se materializa en algo absolutamente vivo, ¿no?

Sí, sí. Y bueno, el proceso de composición fue ese. Quiero hacer cosas sencillas porque a la vez estoy reflexionando sobre cosas que me parecen sencillas pero a la vez profundas, porque si te paras a pensar en…

Total, total.

En un concepto como este que hemos hablado de la belleza, pues puede ser muy extenso, ¿no? Y en cuanto a la búsqueda de los músicos, simplemente un día reuní a Moisés, Naíma y Pablo y dije “voy a probar a hacer una sesión con esta gente a ver qué tal, porque llevo un tiempecito tocando con ellos y me está gustando y tal”. Y desde el primer momento que tocamos el primer tema fue como pfff, joe…

Fuego, ¿no? Porque ¿habíais tocado ya juntos ese cuarteto o eras tú que habías tocado con ellos en diferentes formaciones y proyectos?

Sí, yo había tocado con ellos por separado. Sí que había tocado con Naíma y Pablo en el grupo de Abe Rábade.

Ah, claro.

Y luego con Moisés y Pablo en el grupo del propio Pablo. Pero con los tres en esa formación, no se había dado. Y fue como “mira, qué…”

Y os juntasteis y sucedió, ¿no?

Sucedió la magia jajajaja, sí, sí.

¡Qué guapo, tío, qué guapo! Esto es una cosa que a mí me interesa y estoy muy curioso por saber. En alguna ocasión ya has dicho que incluso te sorprendió que músicos de la talla de Naíma, Moisés y Pablo acudieran a tu llamada, ¿no? Pero, sin embargo, han estado apostando por ti en tantos proyectos también, ¿no? ¿Qué ha supuesto para ti que fueran ellos y no otros? Más allá de lo que acabas de explicar y expresar, que ya habías tocado con ellos y querías probar y les llamaste para hacer la sesión, y pusiste ahí en común algún temilla. Pero, ¿qué supone para ti? ¿Qué aprendes de cada uno de ellos? ¿Qué valoras de cada uno de ellos? ¿Qué crees que incluso aprenden ellos también? De ti o del contexto en el que les has puesto juntos.

Hombre, yo creo que a uno cuando intenta pensar en alguien para tocar su música, le vibra mucho una persona, ¿no? Y el cómo toca una persona, cómo es esa persona a nivel personal, el qué relación estás teniendo últimamente con esa persona, o qué recorrido… Por ejemplo, con Naíma llevamos diez años de amistad. Se dice pronto, ¿no? Yo lo pienso y digo “¡ostras!”

Y es un regalo, claro.

Totalmente. Y no me da para pensar que hacía tanto tiempo. Entonces, claro, cuando ves que esta gente, estos pedazo de artistas, de repente están ilusionados por tocar la música, y tienen muchas ganas, y eso se nota con palabras y con actos, entonces, joder… Totalmente, ha coincidido que a mí me ha vibrado contar con esta gente y a ellos les está molando y les está motivando mucho el proyecto, y eso es maravilloso. Y en cada uno de ellos veo, sobre todo, que son personas que le pueden dar y brindar aspectos muy orgánicos a lo que tocan, por su experiencia, por su creatividad, que la tienen los tres. Y sí que noto una diferencia entre músicos que llevan tocando mucho tiempo, como Moisés, Naíma y Pablo, que le dan enseguida… interpretativamente, ya le están dando algo desde el primer momento. O sea, sí, están leyendo una partitura que les acabas de traer o que les has pasado hace un par de días, pero ya están interpretando la música. No están leyendo “¿a ver por dónde va?”

Sí, sí.

O sea, las equivocaciones que puedan tener, que todas las tenemos…

¡Molan!

Las están aprovechando ya desde el minuto cero.

¡Qué guapo, tío!

Y eso mola, eso es… O sea, aprender de eso, aún yo llevando varios años ya tocando también, es la hostia. O sea, es muy guay.

Es que es un elenco, un señor elenco, tío. Una señora elenco, tío. La verdad es que es interesante lo que decías ahora, porque claro, ante la música de alguien uno podría aproximarla con mucho respeto y como “¿qué quiere? A ver qué quiere Dani, a ver qué tal, a ver qué cual”. Pero el hecho de que, como dices, cada uno de ellos ya desde el principio tenga ese sello, esa identidad y a la vez para por la música, que es la sensación que a uno le genera cuando escucha el single que habéis sacado. Que hay una sinergia de todos juntos para con la música. O sea, que no es tanto gente absolutamente cualificada y con un nivelazo que pueden hacer lo que quieran, o sea, como Messi, como si fuerais Leos Messis. Sino que es gente tan libre y tan sencilla que no tiene el problema de proponer desde el principio, ¿no? Podría ser.

Completamente. De hecho, en alguno de los temas, las estructuras formales o algunas partes o algún que otro detalle melódico o armónico son sugerencias de Pablo, de Moisés, de Naíma… “Ah, mira, ¿por qué no tocamos esta parte así? ¿Por qué no repetimos esta parte que le da un poco de punch, de power al final?” Y eso también mola porque es como que, yo estoy últimamente muy abierto a eso. Estoy trayendo ideas escritas, pero también quiero que la gente sea particípe, un poco hasta cierto punto, de esa construcción de un tema. Y en otros momentos también, pues yo me planto y digo “bueno, mira, Moisés, que este acorde, pues quiero que sea más así porque lo he compuesto yo desde piano y tal”, o “mira, Naíma, en esta parte un poco más la caja…”. Yo que sé, cualquier…

Sí, sí, que te permites evidentemente el lujo de recordar en el contexto que han nacido en ti estas composiciones.

Claro, y ya, más desde el punto de vista de que son sugerencias siempre. No le voy a obligar a nadie a hacer algo.

Claro, claro.

En el fondo, si algo está sonando orgánico, llega un momento en el que…

Mola.

Mola y ya está. Y muchas veces mola también bajarse de la burra en ese sentido, en plan de “tengo que ser más abierto incluso con mi propia música, ¿no?”. Porque estoy teniendo aquí la oportunidad de tocarlo con gente que me va a brindar muy buenas ideas también.

No es fácil, tío, no es fácil. ¿Cuántas sesiones o cómo ha sido el proceso hasta llegar al punto en el que decís “grabamos”? ¿Ha sido…?

O sea, yo cuando terminó la sesión, la primera sesión, les dije…

“¡Grabamos!”

“¡Vamos a grabar, por favor, esto! Traigo el compendio este de temas que tengo y grabamos”. Porque en la primera sesión no había tiempo para tocar todo. Y todo el mundo sacó la agenda enseguida, “estos días”. Y además, como que quedaba un mes o un mes y medio para la grabación, dije… “¡Wow! ¡Qué rápido va a ser todo!”

Tío, o sea…

Esto pasó de mayo a junio del año pasado.

¡Qué gozo, tío!

Sí, sí. Y pues eso, hicimos tres sesioncillas de ensayo y luego en dos días lo dejamos todo grabado.

Pero vamos, dice mucho de tu labor y tu capacidad y portento compositivos. Porque que algo suceda de forma tan ágil es porque ya en su génesis está bien, ¿no? Es un bien, es una cosa que funciona, ¿no? No sé cómo decirte. O sea, que uno reconoce que no hay que darle más vueltas, ¿no? O sea, que…

Claro, al final…

Tú crees que también para el elenco, para estos tres que te han acompañado, que te han apoyado en el proyecto, fue también una cosa inmediata recibir tus temas. No hubo zancadillas, no hubo tropiezos.

Yo creo que sí, que fue una cosa muy bien recibida por su parte y con mucha ilusión. Y enseguida todos dijeron “sí, sí, sí, vamos para adelante con esto”.

¡Qué gozo, tío!

Ahora lo que nos hace falta es tocarlo más en directo, obviamente, y hacer una buena presentación y todo esto. Pero yo creo que fue muy natural todo, muy rápido y muy…

¿Vais a conseguir fechas para presentarlo? Molaría veros a los cuatro.

Yo estoy en ello.

Yo tuvo el gozo de veros en el Central, tocando algunos temillas y tal, cuando hacías diez años de tu primer disco, puede ser. Pero ahí había un poco mezcla, porque estaba Moisés. Entonces ya empezaba a escucharse algo de lo que podía ser tu nuevo disco… Te acompañaban Rodri y Toño, creo, ¿no? Y, vamos, sonaba increíble. Pero, ostras, yo creo que estábamos hambrientos de ver también esta nueva formación.

Sí, sí.

Sin desmerecer todas tus formaciones, porque son todas de una calidad y de una musicalidad preciosas, vamos. Pero con ganas de escuchar este cuarteto en vivo, tío.

Sí, a ver si puede ser. Esta ocasión, que es la que dices tú, que fue en agosto, creo, de este año pasado. Ahí la intención era, pues eso, que estuvieran Naíma y Pablo también, pero no podían, porque imagínate, en verano todo el mundo tiene un montón de trabajo.

Es difícil mes.

Pero bueno, se podrá, se podrá. Y lo único que estoy pensando bien es cómo lo quiero hacer, ¿no? Porque me apetece hacerlo en un sitio que, pues eso, que tenga cosas básicas, como que haya un buen piano, que haya un espacio en el que la gente, no solo nosotros, sino la gente también lo pueda disfrutar mucho auditivamente, una sala con buena acústica, ¿no?

Un Berlín, tío, una Villanos, si lo quieres hacer en Madrid, claro.

Claro, y bueno, y ver, ¿no? Porque a lo mejor, pues está en estos sitios, también está algún teatro, yo qué sé.

Claro.

Ver a ver cómo se puede enfocar.  Estoy en ello, estoy dándole vueltas y, bueno, como todavía tenemos a Febrero, que sale el disco el 21, pues…

¡Qué gozo, tío, qué ganas, qué ganas! Joder, macho, y a nivel musical, ¿dirías que ha habido algún descubrimiento en este viaje tuyo, compositivo? No tanto en el encuentro con los músicos, que evidentemente ahí siempre hay descubrimientos y aprendizajes, sino tuyo, a nivel compositivo, con respecto de tus anteriores trabajos publicados. O sea, ¿ves que ha habido alguna cosa que hayas dicho “wow, esto ha sido un hijo o una hija de este año que he tenido a nivel musical, aparte de los temas en sí mismos? ¿Alguna cuestión? ¿Alguna cuestión musical que hayas dicho…?

Sí, bueno, claro, no sé si tiene tanto que ver… Sí, claro que influye. La propia grabación y la experiencia de la grabación y del disco. Sí que es verdad que a nivel compositivo pienso que, de alguna manera, después de tanto tiempo componiendo…, más o menos, componiendo cosas llevo desde el 2008 o así. Pero ya empiezo a encontrar un camino con el que estoy muy satisfecho. Y en el que no me tengo que romper demasiado la cabeza para expresar una idea que tenga y para encontrar esas ideas e inspirarme. Porque en realidad la inspiración la puedo encontrar en un montón de sitios. Y a nivel general con la música, este año pasado ha sido el año en el que me he dado cuenta de lo enamorado que estoy realmente de la música.

¡Qué guapo!

Que parece un tópico, pero…

No, no, para nada.

Pero, joder…

Y llevando el tiempo que llevas tú, que no es muchísimo, ni tampoco es poco o nada. O sea, es un bagaje ya importante. Y poder volver a decir “estoy enamorado de la música”, creo que es un reclamo para todos, tío.

Sí, sí, porque… Es como un círculo, parece como un círculo, ¿no? Empecé muy enamorado de la música, luego pasas por muchas etapas, seguramente todavía me queden muchas etapas por las que pasar

Claro, claro.

Pero darme cuenta de que la música no es sólo el jazz, ¿no? No es sólo un estilo al que yo me estoy dedicando sobre todo, que tiene unas ramas y unos subgéneros, sino que es mucho más amplia y de la cantidad de estilos musicales de los que puedo aprender y beber y nutrirme como músico. Porque eso es lo importante, o sea, no sólo soy saxofonista y soy músico de jazz. Es mucho más amplio.

¡Qué guapo!

O sea, es una idea con la que he estado muchos años en la cabeza y que creo que me limita bastante.

Claro.

Y ahora de repente, ostras, ¡cómo me mola componer! ¡Cómo me mola hacer arreglos! ¡Cómo me mola escuchar otros estilos musicales! ¡Cómo me mola ir a conciertos de gente y gozar y aprender de eso también! En fin, o ¡cómo me mola compartir lo que sé cuando estoy dando clases en la Creativa!

Claro, sí, sí.

Pues son muchas cosas también, no es sólo…

Interesante. No, no, claro, es toda una vida. Es un todo dedicado a la música, sea lo que sea, ¿no? Que a veces parece un mero término, ¿no? Pero, ostras, claro, es que es tantas cosas. Y última pregunta, tío. Ahora hablabas de lo enamorado de la música que estás, más allá de las tres cosas en las que uno pudiera embarcarse al inicio. ¿De qué te estás nutriendo últimamente a nivel…? A lo mejor me dices “pues de todo, precisamente”. Pero, alguna cosa, puede ser música, puede ser un libro, puede ser… O sea, antes has dicho una cosa que me parece también como para aprender de ello, que es que encuentras inspiración en muchas cosas y sabes cuáles son, lo cual mola mucho, claro. Un conocimiento de uno mismo es clave, ¿no? Pero, sí, o sea, esta nutrición de la cual dices que te estás viendo una y otra vez enamorado de ella ahora, ¿cuáles son sus platos principales? ¿Cuáles son los platos de la casa de la vida de Dani Juárez?

Bueno, siempre, o sea, siempre tengo mis discos de toda la vida que me, que me hacen gozar mucho, pues George Benson…

Toma ya.

O Robert Washington o Nirvana con Nevermind, que lo tengo por ahí. Pero sí que últimamente estaba escuchando mucho City-pop japonés.

Toma ya, tío, toma ya.

Y luego también, haciendo la conexión con George Benson, estaba escuchando los discos de los 90 de Luis Miguel, que tienen unas bases brutales, que parece una tontería, puede molarte o no, Luis Miguel, o sea, estéticamente…, y las letras que muchas veces son muy melosas. Pero, las bases que hay y las producciones que hay ahí, tío, es que, es que me alucinan.

¡Qué guapo!

Sí, sí. Me hace mucha gracia de encontrar esa conexión de “hostia, pero si esto parece George Benson, tío”. Y a nivel de, pues mira tengo un libro ahí justo, que es un topicazo ahora mismo, se ha vuelto muy famoso, pero me lo regalaron para mi cumpleaños el año pasado y me encantó. Es un libro que no es lineal. Se puede leer como un capítulo salteado, son ideas. Y se llama El acto de crear: Una manera de ser, de Rick Rubin.

Me suena mucho.

Sí, es un…, ahora luego lo miramos si quieres. Es súper guay y súper inspirador. Habla de las personas como creadores, naturales, sin, sin necesidad de estarte dedicando a pintar cuadros o a tocar música, o a escribir poesía. Y está muy chulo, es muy inspirador y muy alentador sobre todo.

Qué guapo, tío. Eso, no, no, bien, bien. Tremenda recomendación, la verdad. Habrá que zampárselo, sí, sí. Interesante, tío. Nada, tendremos más ocasiones para hablar, como siempre. Yo creo que nos has dado ya un buen repaso de lo que viene. 21 de febrero, ¿has dicho?

21 de febrero sale.

21 de febrero y te seguiremos la pista, tío. Y todo el mundo que a través de la revista pueda, pueda hacerlo, que lo haga, vamos. Que no pierda el tiempo, tío. Así que nada, mil gracias, tío.

A vosotros.

Un placer máximo.

Igualmente.

¡Grande, Dani, tío!

Febrero 04, 2025

Quique Ramírez Interview – Connected to Earth (ΠΚmusic)

Quique Ramírez Interview – Connected to Earth (ΠΚmusic)

QUIQUE RAMÍREZ INTERVIEW

Connected to Earth (ΠΚmusic)

28

Enero, 2025

By: José Cabello

Fotos: Arist’s Concession

 

Escuchar el Podcast below!

Os dejamos con la entrevista al compositor Quique Ramírez. Un titán de la tierra valenciana que con su experiencia y bagaje acaba de presentar su último disco Connected to Earth con el sello ΠΚmusic del contrabajista Petros Klampanis. Una auténtica obra de arte que reúne a músicos nacionales e internacionales consiguiendo provocar un auténtico viaje en el oyente. En la conversación nos cuenta las ilusiones, imágenes, conceptos y vivencias que se encuentran en la base de la música, así como su relación con los músicos que le acompañan y distintas anécdotas interesantes. Además, comparte reflexiones no poco agudas respecto de cómo escuchar música hoy en día. ¡Esperemos que lo disfrutéis tanto como nosotros!

 

In&OutJazz: Oye, qué placer, qué placer tenerte por aquí, qué placer. He tenido el placer de escucharte en directo alguna vez que has venido por Madrid con tu cuarteto, ¡super cuarteto, tío! Pero ahora tengo el placer de…, tenemos el placer en la revista de escucharte, charlar un poco de ti, de tu música y de tu último trabajo. O sea, que nada, que sepas que desde In&OutJazz te apoyamos a tope. Sabes que somos unos cuantos colaboradores, que apoyamos la música fresca, tío, de gente que estáis haciendo cosas interesantes y la verdad que la oportunidad que me brindaste de charlar un ratito…, vamos, la cogimos al vuelo, ¿sabes? Porque eres un tío super interesante, a nivel musical al menos, que eso es lo que todos podemos percibir. Pero a ver si este diálogo sirve también para conocerte un poquito, tío. Nada, adjuntaremos en la publicación un poco tus redes y alguna entrevista que he visto también por ahí chula que te han hecho donde cuentas un poco de tu trayectoria, de tus primeros pasos como músico y para no centrarnos tanto en toda esa parte. Aunque, bueno, para que la gente lo sepa, eres un tipo con una formación muy amplia, la carrera en el Liceu, luego el máster en Groningen con la estancia en Nueva York… Múltiples maestros, una larga lista enorme, por todos conocidos, la verdad, y luego colaboraciones también increíbles con artistazos y participaciones en festivales a nivel internacional, o sea que… Vamos, un maestro en toda regla que quedará claro, la gente podrá verlo en tus redes y tal. Pero sí que me interesaría mogollón centrar hoy el diálogo en tu último trabajo, en tu último proyecto. Si quieres, por empezar, nos puedes empezar contando, también con libertad, un poco las influencias de las que nace este proyecto, las influencias a nivel musical. Yo escuchándolo lo he escuchado hasta la saciedad, tío, te lo diré, y escucho mucho Louis Cole escucho mucho Nate Wood y Ben Wendel, escucho Ari Hoenig, pero escucho jazz tradicional… Escucho todo, escucho arreglos de repente interesantísimos…, luego iremos al elenco de músicos. Pero para empezar sí que me gustaría que contases un poco las influencias que crees que se citan dentro de ti y que se ven expresadas en tu disco. Ya nos dices.

Bueno, gracias, José. Joder, ¡qué gua! Gracias por tenerme aquí, estoy súper contento. Y bueno, pues yo creo que este disco, en comparación a lo mejor con el primero, creo que es un poco más maduro en cuanto al maridaje de todas las influencias que me han marcado durante el paso del tiempo. Creo que es un poquito…, está ya más asentado en lo que yo creo que más me define como músico. Yo crecí con el rock. Mi padre me regalaba discazos de rock, Led Zeppelin, Deep Purple, todo esto…, yeso se fue haciendo cada vez más grande. Y hace ya como unos cuantos años que es como que…, siempre he escuchado rock, es verdad que puede ser que mientras estaba estudiando y tal lo dejara un poco más de lado porque me metí en otra dirección, pero siempre ha estado presente. Y me he dado cuenta que he vuelto otra vez bastante a mis orígenes. Y me he dado cuenta de que es algo que me continúa flipando. Soy súper fan de Rage Against The Machine por ejemplo. Soy fanático de ese grupo. De Audioslave, Soundgarden, todos estos grupos míticos. Yo creo que esto también se ve un poco reflejado en este disco. La sonoridad, como secciones también de muchos temas… Y luego también pues hay influencias pues de grupos como Kneebody, también me flipa mucho Donny McCaslin…etc.

Efectivamente se palpa la electrónica un poco de lo que de repente hace esta gente y el lenguaje o todos los amalgamas sí, sí..

Sí, también soy muy fan también de este mundo. Y nada, creo que en el primer disco yo diría que sí que la verdad es que había también como composiciones que aproveché de cuando estuve haciendo el máster en Holanda. Más temas nuevos que compuse digamos para cuando hicimos este primer trabajo. Entonces quise aprovechar esos temas digamos más antiguos con los nuevos y bueno es como que estos temas estaban también un poquito más pensados. “Ah quiero hacer un tema…”, por ejemplo había un tema The Microtiming Man que era como inspirado en Mark Giuliana. Entonces sí que tenían como una dirección un poco más específica. En este segundo trabajo no pensé en nada de eso. Simplemente me puse a escribir y dije “esto mola mucho, esto se va a quedar”, sin pensar si se parecía a equis o me influenciaba desde equis. Creo que es lo interesante, ¿no?

No, no, totalmente. De hecho, luego si quieres nos metemos en fricadas para los músicos y las baterías porque hasta de tu postura, que mola mogollón, como super grounded y tal, podríamos estar hablando horas y horas y aprender de ti. Pero ya que estamos en Connected to Earth, que por cierto el título ya en sí mismo es muy provocador, ahora estabas mencionando de dónde puede nacer, no tanto de influencias específicas, ¿tú crees que hay algún propósito o alguna búsqueda detrás de este viaje que se ve narrado en este último disco, Connected to Earth? Ya te digo que el título ya en sí mismo evoca cosas, pero ayúdanos a entender cuáles, ¿no?

Bueno, pues esto la verdad es que surgió bastante de una forma natural. El título del disco, o sea, es un tema, ¿no? Un tema que se llama Connected to Earth que da título al disco. Y este tema fue una cuestión…, me fui a ver a Luis Cole con la Metropole a Ámsterdam. Fui a visitar a un amigo y fui a ver a este concierto porque tocaba también David Binney en ese concierto. Con él tengo algo de amistad, ya colaboró en el primer disco, fue profesor nuestro, bueno, increíble musicazo y un tío de puta madre. Y entonces en uno de esos días que estuve allí de visita tuve un day off, ya que mi amigo tenía trabajo, y me dejó utilizar su estudio. Y nada, ese día estuve como, bueno, tocando un poco allí batería y tenían un piano. Y ese tema y Springtime in Amsterdam realmente surgió como un tema que luego los dividí en dos. Y recuerdo estar tocando, digamos, como este arpegio con el que empieza Connected to Earth y tenía justo delante una ventana con un montón de bambús y había una brisa, ¿no? Y se iban moviendo y estaba tocando eso. Estuve tocando eso durante no sé cuánto rato, ¿no? Y me sentí en ese momento, fue como una sensación de “wow, estoy ahora totalmente conectado con todo, con el todo, tocando esto”. Una cosa súper sencilla, pero la sensación que me causó a mí fue esa. Entonces claro, surgió primero el título del tema, fue como muy natural y luego dije, tal como el resultado de cómo quedó ese tema, dije “wow, el disco se tiene que llamar así”.

¡Qué guapo! O sea, podríamos decir que rinde homenaje un poco a este primer tema, ¿no? Que nace de esta experiencia de conexión ahí contigo mismo también, ¿no? O sea, como dices tú, con todo. Pero, ¡qué imagen, tío, qué imagen, qué bonito, qué bonito! ¿Crees que hay una sucesión de conceptos parecidos a esta imagen y esta experiencia que tú tuviste escribiendo este tema en la idea primigenia con el resto de temas? O sea, ¿crees que hay otros conceptos también que han ido apareciendo en tu cabeza, en tu corazón o en el diálogo con los músicos? O no, ¿eh? O sea, puede ser que no y genial.

Yo creo que, tal como hemos hablado antes, es un compendio también del concepto de la conexión que tuve o que solemos tener muchas veces y que últimamente me cuestiono mucho más la conexión que tenemos con la música, ¿no? Porque como estamos, le dedicamos tantas horas a las redes sociales, a mailing, a contactos, entrevistas, bueno, todo lo que conlleva, y todo lo que no ve la gente te ve tocar en un escenario. A veces creo que perdemos también un poco esa concepción…, como esa conexión con la música, ¿no? Lo que nos hace sentir, estar conectados con eso. Esto por un lado y por otro, el retomar esa conexión con mis influencias, con mis primeras influencias, que realmente son lo que me inició dentro de este mundo, ¿no? Luego decidí irme por el camino del jazz o el jazz contemporáneo o, bueno, u otros géneros o estilos. Y decir “ah, no, no, no, no, como ahora estoy haciendo esto, aquello ya no es bueno o ya no mola o…”, ¡no, no, no! Forma parte de mi persona, y de mi yo como músico. Entonces es como también eso, un poco conectado..., reconectarme otra vez a mí mismo. Decir “tío, yo no tengo por qué contentar a nadie, o sea, si este soy yo, ¿por qué no puedo mezclar esto con lo otro?”

¡Qué valioso, tío! ¡Qué valioso todo lo que estás diciendo! Yo creo que es una lección para todos los músicos y los no músicos también. El abrazar la tradición de la que uno viene, entendida como tu propia historia, al menos en ese sentido. Y luego, interesante lo que comentabas al principio de la conexión con la música, tío. Porque efectivamente creo que aquí todos los que tenemos algo que ver con la música tenemos mucho que aprender y tenemos que reflexionar al respecto. Porque a veces algunos pueden perder la ilusión, o la emoción del niño, del enamoramiento, de cuando uno se enamora de la música. Creo que es bonito, tío. Creo que es interesante lo que dices porque todo aquel que no haya tenido la ocasión de escuchar tu disco, si lo escucha a partir también de estas cosas que dices, seguramente lo escuche desde un punto de partida interesante, tío, muy interesante. Te quería preguntar también…, me siento obligado a preguntarte porque… ¡Menudos musicazos, menudos musicazos, menudo elenco de músicos!

Tengo mucha suerte.

No solo tu cuarteto máximo, que también, por favor, te pido que nos hables un poco de ellos, sino de las súper colaboraciones, tío. Alina Engybarian, Juan Dhas y el cuarteto de cuerda también en precisamente el tema que da nombre al disco. Yo creo que, vamos, a mí ya todos nos interesa saber un poco ¿por qué ellos, por qué estos músicos? ¿Qué es lo que has aprendido de ellos? ¿Qué han aprendido ellos en todo el proceso de grabar tu disco? Si, si te atreves a contarnos un poco y compartir. Y sí, si quieres alguna anécdota también, lo que consideres.

Bueno, yo solo espero que ellos hayan aprendido a no odiarme, porque cuando uno va de sideman, todos los músicos, y bueno, para los que no son músicos, sideman es cuando te contratan, cuando vas a tocar para el proyecto de otra persona. Pero cuando es tu proyecto personal, bueno, es un gran dolor de cabeza porque ya no es solo tener en mente el tocar bien y estar concentrado en la música, son muchas cosas. Si tienes vídeo, si tienes dos personas grabando vídeos, son muchas cuestiones a tener en cuenta. ¿Cuántas tomas vamos a hacer? Pero bueno, los chicos, Dani Juárez al saxo tenor, Diego Hervalejo, piano y teclados, Miquel Álvarez al bajo. Este es mi cuarteto y mi idea era mantener como el mismo cuarteto. Esto yo creo que también es algo que viene un poco influenciado por el rock, tener una banda fija e ir trabajando como banda la sonoridad y también la conexión personal, que es también muy interesante. Y nada, yo para este trabajo creo que lo hemos conseguido. He intentado…, he cambiado un poco la dirección en cuanto a la manera de escribir los temas. En el primer disco, yo creo que también por una cuestión de inseguridad personal, tendí como a escribir mucho. Hice muchos arreglos, para que estuviese todo muy atadito y así, yo también personalmente, sentirme en control de todo. De decir “vale, ahora viene esta parte, ahora todos saben que va...” Y en este disco decidí dejar como más libertad, ya que, bueno, estos chicos, vamos, tengo una suerte… Ya lo he dicho antes, pero tengo una suerte increíble, los admiro enormemente y aparte somos muy amigos y tengo la suerte también de poder decir eso.

¡Toma, tío!

Y nada, para que ellos pudiesen brillar, ¿no? Y creo que se ha conseguido. Y luego las colaboraciones, bueno, pues también mucha suerte. Son conexiones que vas creando a lo largo del paso de los años y a Alina la conocí a partir de Dani, ya que Alina Engybarian colaboró en Neuronal Odd World, si no me equivoco, el disco de Dani Juárez, cuando estuvo él viviendo también en Nueva York. Y a partir de ahí, bueno, pues conectamos por... Bueno, nos conocimos en Nueva York y más tarde alguna vez, pues, chateamos por Instagram, ¿no? Y le propuse el proyecto y, vamos, un amor. Alina se involucró enseguida, o sea que vamos, increíble.

¡Qué guapo, tío!

Una letraza que se clavó. Me pasó las pistas de las voces. Unos stacks de diez voces ahí, que fue como wow. Es una bestia, lo tiene clarísimo. A nivel de producción también es muy buena. Y Juan Dhas, bueno, esta historia es muy curiosa. Hemos creado una gran amistad. Para la gente que no lo sepa, Juan Dhas es un guitarrista increíble de Bogotá, de Colombia. Tiene raíces de la India y es colombiano. Nos conocemos desde hace ya, si no me equivoco, tres años, cuatro… más o menos tres años, tres-cuatro años, por Instagram. No nos hemos conocido nunca en persona, y todo nació por las típicas colaboraciones en la pandemia por Instagram.

Que, por cierto, te felicito, tío. La verdad es que el material que compartes da gusto, tío, da gusto. O sea...

Ostras, muchas gracias, tío, se agradece, en serio. Esto es otro melón, melón de las redes, ¿no?

Total, total.

Pero sí, Juan, todo surgió así, empezamos a colaborar en vídeos, composiciones que estaba creando él, y luego me invitó a colaborar en su nuevo álbum que salió hace unos meses. Increíble también este álbum, con unos músicos brutales. Cabe decir que este disco se grabó todo online, cada músico desde una parte diferente del mundo. Un disco de jazz contemporáneo, con solos, con improvisaciones ahí a tope, grabado online. Tengo que decir que fue un challenge interesante.

Totalmente, totalmente.

Invito también a la gente que escuche este disco de Juan Dhas.

¿Cómo se llama el disco?

Si no me equivoco, creo que lo he pronunciado bien. Es Aether, que es A-E-T-H-E-R. Pero bueno, es increíble el disco este…, con Santiago Bosch también ahí colaborando, que es el teclista que va con Tim Miller, Nate Wood y esta gente…, brutal.

Toma ya.

Y nada, yo había grabado su disco y le dije “Juan, ¿te montas aquí en uno de los temas nuevos del disco?” Y me dijo “¡los que quieras!

Muy guapo.

Y nada, bueno. Pues una suerte increíble.

¿Y qué comentarías rápido del cuarteto de cuerda? Este arreglo, es tuyo ¿verdad?

Oh, ¡wow! Sí, sí, sí. Toda la música es mía, menos Latency. Este es un tema que me regaló mi gran querido Dani Juárez y la letra es de Alina. Pero el resto son composiciones mías. Bueno, también hay que decir que todas las improvisaciones que hay…, esto es de todos.

Claro, claro.

Ya que no hubo ninguna pauta. Esto fue “tú empiezas esta, tú empiezas la otra...” No se habló ni de compases, ni de tonalidad, ni de...

Se escucha claramente un matrimonio perfecto entre composición e improvisación en tus temas, tío, es increíble. Y sobre todo una coherencia que la da vuestra madurez, vuestra profesionalidad, vuestra musicalidad y yo creo que el concepto que debe ser bonito. Y luego, no hay que obviar para nada la amistad que hay entre vosotros. Yo creo que eso también tiñe de un color misterioso y bonito todo el disco. Vamos, yo creo que eso no hay duda.

Sí, te doy toda la razón. Sí, conectamos y nos llevamos muy bien. En cuanto a, también el humor que tenemos entre nosotros, que es muy parecido, las bromas, las conversaciones, a lo mejor más profundas. Nos gusta a los cuatro mucho profundizar sobre muchas cosas. Entonces, bueno, esto a la hora de tocar se refleja muchísimo. Pero, en fin, en cuanto al cuarteto de cuerda, esto surge como una especie de experimento. Yo el tema de Connected to Earth ya lo tenía cerrado, pero el tema de las cuerdas es siempre algo que me ha fascinado y flipado muchísimo. Bandas sonoras…, soy muy fan del Señor de los Anillos, Star Wars, todo esto. Entonces, bueno, es algo que siempre me ha fascinado. Y dije “voy a dedicarle unos días” y no había escrito nunca para cuerdas. Y dije “vamos a ver qué pasa y si veo que me lo puedo sacar de las manos, pues bueno, tiraremos, y si veo que estoy como liándome la manta a la cabeza, pues ya lo dejo para otra ocasión”. Y surgió como... no sé, se fue hilando todo muy natural. Y me emocionó muchísimo. Así que...

Es una pasada.

Nada, terminé escribiendo el cuarteto. Luego contacté con un amigo que me pasó los contactos de estos chicos que forman parte de la orquesta de Alicante, la ADDA. Y nada, los chicos llegaron y repasaron un poco los arreglos, los arcos…etc. Y vamos, son unos pros.

Lo bordaron.

Lo clavaron. Pero vamos, esta gente lee lo que les pongas.

Total, total.

Y vamos, lo que escribí yo son notas largas, eso para ellos es un paseo en barca.

Tío, de verdad que... ¡qué gusto escucharte, Quique, qué gusto escucharte! Yo creo que aprendemos todos de... Me permito decir, por esta breve conversación, que transmites una humildad y una transparencia preciosas, tío. Que creo se palpan en tu música también. Yo te agradezco mucho este ratito juntos porque..., claro, no he perdido el tiempo, lo he escuchado varias veces, antes incluso de que cuadrásemos para la entrevista y después también unas cuantas veces también. Y con esto que nos cuentas, tío, como que... hundo mejor mis raíces en tus raíces que son interesantísimas, ¿no? Y todo lo que hablas, tío, tus influencias, el rock, ahora comentabas bandas sonoras también, ¿no? O sea, se nota una vitalidad supernatural y orgánica en ti y en toda la banda me atrevo a decir. Porque os he visto en vivo y os conozco a los cuatro. Y bueno, las colaboraciones, solo puedo también felicitarles. Juan Dhas ha sido mi gran descubrimiento en tu disco, o sea, que te lo agradezco también. ¡Fíjate todas las cosas que uno aprende! Y es una bestia también, ¿no?

Es increíble, sí, sí, sí.

Felicidades por tus composiciones también, yo creo que tienes todo por delante para seguir ahí a tope y transmitiendo todo lo que transmites, tío, y llegando a la peña, como lo haces, con esa libertad. Que sepas que desde In&OutJazz te apoyamos desde ya, y te seguimos la pista con muchas ganas de ver qué más viene por ahí. Te estaremos siguiendo. Y le pedimos a todo el mundo que vaya a chequearte por ahí, por las redes y que subes cosas súper interesantes y, evidentemente, todos tus trabajos publicados y toda tu calidez y calidad humanas, tío, que da gusto, de verdad. Grande, Quique, tío.

Gracias por tus palabras, José, gracias por tenerme. ¡Qué guay, qué guay, en serio!

Nos veremos, a ver si pronto.

Espero que sí, a ver, voy a intentar, estoy intentando a ver si cierro algo por Madrid. Muy bien. Espero más pronto que tarde, a ver si hay oportunidad.

Ole, ole ahí, ole ahí. Pues nada, hasta entonces, tío, te deseo lo mejor del mundo y seguimos en contacto, macho. Quique, muchas gracias por este ratito.

Muchas gracias, muchas gracias, José. Un abrazo.

Un abrazo.

Chao

Chao, tío.

Enero 28, 2025

Joana Sá – A Body as Listening (Clean Feed)

Joana Sá – A Body as Listening (Clean Feed)

JOANA SÁ

A Body as Listening (Clean Feed)

28

Diciembe, 2024

El retorno en solitario de la consagrada pianista portuguesa Joana Sá ha tardado once años en llegar (desde el ya lejano Elogio da Desordem, de 2013), y no sólo cierra una trilogía comenzada con Through this Looking Glass (2010); sino que se trata, además, del proyecto más ambicioso y personal dentro de la extensísima y polifacética carrera de la siempre sorprendente creadora lusa.

Artista escurridiza e inquieta donde las haya, Joana Sá lleva ya muchos años transitando terrenos creativos alejados de lo convencional, con espíritu multidisciplinar y embarcada en una búsqueda continua de interacciones entre disciplinas estéticas que abarcan la experimentación audiovisual y la sinergia entre diferentes artistas del terreno del arte contemporáneo y la música de vanguardia. Pianista de formación, el trabajo de Joana Sà se desarrolla en el plano de las ideas y los conceptos; su búsqueda le lleva a investigar las texturas, los ambientes abstractos y las reacciones sensoriales al sonido, más allá de conceptos como forma o armonía. Redoblando ese componente intelectual y teórico tan presente en su trabajo, el nuevo disco de la portuguesa es una parte (la musical) de un proyecto fragmentado y amplio compuesto por diferentes elementos independientes pero relacionados, que incluyen un libro, una instalación virtual y diversas performances de lectura. En palabras de Joana Sá, su nuevo trabajo es una “cartografía resonante de (in)materialidades musicales”, y es de suponer que para abarcar el pleno significado y la intención final de un proyecto así de ambicioso habría que sumergirse en las diferentes dimensiones multidisciplinares que lo forman, pero aquí vamos a centrarnos en su dimensión musical; un disco que lleva por título A Body as Listening, publicado (como no) por el incombustible sello Clean Feed.

A Body as Listening es un trabajo que sumerge al oyente en un mar de quietud y calma, abstracto en todo momento y formado por composiciones que parecen suspendidas en el tiempo, huyendo de estructuras concretas y centradas en una búsqueda constante de lo sensorial.

A Body as Listening suena fantasmal, lejano de lo cerebral y teñido en todo momento por una sensación de libertad y de improvisación libre por terrenos creativos donde las resonancias, las vibraciones y las ambientaciones feéricas toman el protagonismo. No hay elementos disruptivos ni cambios de rumbo a lo largo de los 35 minutos de duración de A Body as Listening; Joana Sá está dotada de una habilidad sutil y precisa para que su música avance de forma orgánica y natural, como una neblina llena de misterio cuya densidad se construye con un número mínimo de elementos, y esa es una de las características más interesantes y envolventes del disco. El vacío, los silencios y el sonido limpio de un piano cristalino de carácter clásico y minimalista conviven con un uso sutil e inteligente de elementos electrónicos centrados en la creación de texturas. En un juego delicado de tensiones continuas, el carácter casi industrial y paisajístico de los ambientes oscuros y extraños creados a partir de la manipulación del sonido se contraponen con la belleza frágil y emocional del piano de la portuguesa, otorgando al disco un matiz experimental que podría llegar a emparentarlo con los ejercicios de investigación ambient de Loscil o incluso a los míticos Disintegration Loops de William Basinski.

La reverberación, la superposición sutil de texturas, el uso puntual de voces de fondo con aires pesadillescos y la elegancia constante del piano convierten este trabajo de Joana Sá en un viaje tan extraño como adictivo, que resulta más enriquecedor con cada nueva escucha. No es música para cualquier momento, y requiere de un estado de ánimo y una predisposición especial por parte del oyente para ser disfrutada de forma profunda, pero desde luego es un ejercicio que vale la pena experimentar.

Texto: Ricky Lavado

Diciembre 28, 2024

Luís Vicente Trio – Come Down Here (Clean Feed)

Luís Vicente Trio – Come Down Here (Clean Feed)

LUÍS VICENTE TRIO

Come Down Here (Clean Feed)

27

Diciembre, 2024

Three years after Chanting In The Name Of, trumpeter Luís Vicente’s trio, featuring Gonçalo Almeida and Pedro Melo Alves, returns with the superb Come Down Here, once again released under the Clean Feed label.

By: António Branco jazz.pt

Titling the result of creative work is rarely free of challenges. Some titles are solemn, verbose, cryptic, even pretentious; others are straightforward and unassuming, referencing a special moment, a time, or a place, sometimes bordering on the ineffable. Trumpeter, composer, and improviser Luís Vicente hit the mark with the name of his latest album, freshly released on Clean Feed: Come Down Here. It’s the second release from a stellar trio that joins him with bassist Gonçalo Almeida and drummer Pedro Melo Alves. We’ve long known that communication and dialogue—with others, oneself, and the surroundings, a crucial element in musical discourse—are central to Vicente’s approach, developed expansively across multiple contexts and instrumental configurations. This “come here” carries significant weight.

“We could say it refers to the ‘vibe’ of the room, the moment we’re playing and feel a presence of something or someone conveying a memory, a feeling, ideally a good one,” Luís Vicente explains to jazz.pt. “It’s as if we’re taken by something that gives us an emotion and guides part of the process.”

Hyperactive both nationally and, especially, internationally, and embracing creative freedom, Luís Vicente occupies a front-row seat in the realm of adventurous jazz and its related improvised music. Beyond leading this trio and a quartet, he’s part of formations like Chamber 4, Frame Trio, Clocks and Clouds, Deux Maisons, Twenty One 4tet, In Layers, and Fail Better!; a quartet with John Dikeman, William Parker, and Hamid Drake (Goes Without Saying, But It’s Got to Be Said is a must-listen); trios with Seppe Gebruers and Onno Govaert or Olie Brice and Mark Sanders; and duos with Vasco Trilla, Marcelo dos Reis (the album (Un)Prepared Pieces for Guitar and Trumpet is worth revisiting), and Jari Marjamaki. Come Down Here arrives at a time when the trio’s other members, Almeida and Melo Alves, also have new releases, both under the Clean Feed label. Almeida’s States of Restraint was recorded in a trio with trumpeter Susana Santos Silva and percussionist Gustavo Costa, while Melo Alves’s Conundrum Vol. 1 is a compilation of duo recordings from a concert series of the same name.

“There’s a genuine, unique spirit within the group, built on trust and friendship that has grown over time,” says Vicente. “Communication flows naturally, and there’s a clear sense of synergy where each other’s movements are anticipated. This depth of creation is something that can only emerge when you’re working with certain individuals, allowing things to unfold and reach extraordinary, even magical, moments.”

Three years after the trio’s debut album Chanting In The Name Of, the new Come Down Here builds on composed and structured ideas drawn from a vast vocabulary amassed through years of experience and refinement. “We’re all improvisers and composers,” Vicente emphasizes. “The compositions are very specific but at the same time extremely open—they’re never played the same way, as it all depends on the day, location, mood, and how we interact with the written material.” This approach, revealing both individual and collective aesthetic growth, maintains the organic, free, and elastic character of their shared musical language. The result is open, pure music, fueled by shared ideas and values without the need for additional elements. A foundational motif is developed in various directions, thanks to the exceptional talent of the three musicians. While Come Down Here retains the style, dynamics, and phrasing of its predecessor, it moves forward. “The idea was for each of us to express ourselves without preconceptions, fully leveraging our abilities and showcasing our individuality, reaching a sonic state where the music itself takes on a central role—a drive where we are merely a conduit connecting to the universe,” Vicente explains. After introducing the composition to his bandmates, the trio develops the potential of each piece, “always keeping the approach open, allowing the music itself to suggest directions and new ways of engaging with its content.”

The album’s title track, which opens the record, begins with a trumpet motif that sparks a vibrant interplay between the three musicians, pushing energy levels to their peak (Melo Alves delivers a remarkable solo here). Hope II then cools the intensity, introducing a chamber-like atmosphere, with Vicente bringing a serene solemnity; Almeida employs the bow, and Melo Alves adds delicate nuances, creating a more abstract piece that explores contrasts reminiscent of certain contemporary classical music styles. A standout track is their rendition of an Afro-Brazilian song by an unknown composer, traditionally played in capoeira circles or Candomblé ceremonies: Mandei Caiar o Meu Sobrado (“I Had My Loft Whitewashed”). This song carries profound gravity (its sounds evoke a dense forest), with the trumpet delivering a clear, hymn-like melody around which the bass and drums orbit. The interaction builds to a climax, culminating in an intense solo by Almeida, complemented by intricate percussion. The double bass briefly returns to the bow to end the piece with an air of mystery.

As the title suggests, Why No Is No is focused and assertive (Vicente describes it as “a manifesto of nonconformity, questioning, non-acceptance, and refusal”), amplifying the intensity of the trio’s interactions with call-and-response exchanges, stimuli, and counter-stimuli. Its whirlwind ending is thought-provoking. The bass sets the tone at the start of Nascente, joined by the trumpet—here in a more textural mode, using extended techniques—and drums that enrich the soundscape. This collective improvisation seems to reflect the flow of a river, tranquil at times, turbulent at others. Closing the album, Penumbra, the longest track and one of its highlights, is a sonic gem richly detailed, demanding repeated listens to fully appreciate its depth. Here, Vicente (also using the mbira) masterfully alternates between melodic ideas and abstract explorations, occasionally performing unaccompanied. Almeida and Melo Alves add density, culminating in another remarkable bass solo that drives the piece to its climax.

At once complex and familiar, Come Down Here is an album that comforts and beckons—a special place to revisit time and time again.

By: António Branco

Diciembre 27, 2024

The Attic & Eve Risser – La Grande Crue

The Attic & Eve Risser – La Grande Crue

THE ATTIC & EVE RISSER

La Grande Crue

20

Diciembre, 2024

The Attic trio, composed of saxophonist Rodrigo Amado, double bassist Gonçalo Almeida, and drummer Onno Govaert, is joined by French pianist Eve Risser for La Grande Crue, a superlative album.

Texto: António Branco jazz.pt

 

 

 

 

 

 

There are moments—and instruments—that change everything. If the saxophone-double bass-drums trio is an institution in the history of jazz, a fertile ground for exploration and freedom, a spark can ignite a process of expanding the spectrum of sonic possibilities and elevating the music to another level. The inclusion of the piano makes “La Grande Crue,” the fourth album by The Attic trio, a necessarily different record from its predecessors, bringing an entirely new dimension to the group’s music in harmonic and melodic terms. Eve Risser, a French pianist and an absolutely essential figure in the creative music of our time, commands a richly nuanced lexicon and exceptional versatility in any context—from solo to orchestra, including trio and quartet.

“The mere fact of incorporating a piano into the equations of improvisation completely changes the kind of energy released by the music, for us and for the listeners,” saxophonist Rodrigo Amado explains to jazz.pt. That was precisely the goal. “We went into the studio without any prior discussion about what we were going to do. The musical communication, as we imagined, was immediate. And Eve’s music acted as a true ‘flood’ of the trio’s music,” he emphasizes. Nothing would ever be the same again, to the point of astonishing the saxophonist himself with how, from then on, he began constructing his own discourse. “I was quite surprised by my language, with a certain harmonic sophistication I had not previously identified in my phrasing.”

This album is also where the group achieves a very particular level of maturity: “I feel this work as our point of maturity, in the sense that we have reached a certain creative coherence and stability, and now we can experiment even more, musically and in organizing alternative formations,” he states. In The Attic trio, the saxophonist—an inescapable name in the most stimulating jazz being made in Portugal and the most internationally recognized national musician in these realms today, constantly in motion—is joined by Gonçalo Almeida, a double bassist and sonic strategist based in the Netherlands, dividing his time among projects like Albatre, The Selva, Ritual Habitual, Spinifex, and Lama, and Dutch drummer Onno Govaert, who also has strong ties to the Portuguese scene through collaborations with Hugo Costa, Luís Vicente, and Marcelo dos Reis. The trio’s self-titled debut in 2017, still with Marco Franco on drums, was an auroral record, yet no less interesting or consistent. It was followed by Summer Bummer in 2019, featuring the current lineup in a live recording at the festival of the same name held in Antwerp, Belgium, and Love Ghosts, recorded in January 2020, just before the pandemic turned our world upside down.

After two magnificent albums—the 2023 debut of The Bridge quartet with Alexander Von Schlippenbach, Ingebrigt Håker Flaten, and Gerry Hemingway in Beyond the Margins, and The Invisible in 2024 alongside Dirk Serries and Andrew Lisle—La Grande Crue, recorded by André Fernandes at Timbuktu studios at the end of July 2023 and mixed by Joaquim Monte and Amado himself, features four improvisations lasting between 10 and 21 minutes, credited to the quartet.

A special mention goes to the wonderful painting by Manuel Amado, the saxophonist’s father and a major figure in 20th-century Portuguese visual arts. The painting is part of A Grande Cheia (The Great Flood), a series of 13 works painted in 1996 and first exhibited at the Calouste Gulbenkian Cultural Center in Paris in 2001. That same year, poet Nuno Júdice wrote a book of poems in dialogue with this series, titled Jogo de Reflexos (Game of Reflections), published in a bilingual edition by Éditions Chandeigne (Paris, 2001). One of these poems, Ângulo (Angle), is reproduced in the liner notes of La Grande Crue:

A reflection of light dies in the summer waters. The algae proliferate in its texture, drinking the window’s last glow. The room encloses me in a white architecture. I breathe a rhythm of drowned sheets. An inner voice announces oval metrics, which I repeat in the monotonous flow of the verse. This light, however, has the structure of melancholy.

The collaboration with the pianist—someone who had long been on the trio’s radar—introduced, as already noted, a myriad of new solutions to the group’s sound, elevating it to a different level. “Eve is an extraordinary pianist,” emphasizes Rodrigo Amado, citing the trio album she recorded with bassist Benjamin Duboc and drummer Edward Perraud, En Corps – Generation (2017), as well as the Red Desert Orchestra’s Eurythmia, released by Portuguese label Clean Feed in 2022. “She can uniquely incorporate completely abstract, purely sonic cells into a more conventional improvisational discourse, but no less interesting for it,” the saxophonist explains. When they learned that Eve Risser would be performing at Jazz em Agosto at the Calouste Gulbenkian Foundation, the idea of initiating a collaboration immediately began to take shape. “Gonçalo already knew her reasonably well, and Eve agreed right away.”

The trio’s creative modus operandi remained the same—total improvisation. “We all entered a state of total immersion and maximum concentration,” says Amado, who appears here in a state of grace: powerful yet sensitive, shuffling the deck and dealing again, never imposing himself but always seeking to discover more about himself and his relationships with the musicians he judiciously selects for his groups. Gonçalo Almeida and Onno Govaert are monumental musicians who continuously add ideas and propose new paths in an organic, safety-net-free creative interplay nurtured by long-standing complicity.

In the opening track, Corps, the first sounds come from Almeida’s double bass, which, using the bow, immediately creates a solemn atmosphere; the hyper-delicate drums join in, Risser delves into her instrument’s innermost workings, and Amado plays with clarity and a remarkable sense of space. The piece evolves in a gradual crescendo of intensity, with the four musicians interweaving their lines. There’s a section where the saxophone-double bass-drums trio showcases telepathic interaction; at one point, the piano takes on a pivotal role, with very physical notes, and the intensity levels rise considerably. The saxophonist responds with high-octane sound bursts, which progressively allow silence to seep in, leading to a peaceful conclusion.

Peau brings a somewhat more jazz-like ambiance, largely driven by the way Amado conducts the proceedings—breathing and interactive, proacting and reacting; the piano contributes sparse yet decisive chords, and the rhythm section continues to astonish with its intricate clockwork. Risser once again takes center stage, showcasing her angular pianism. Rodrigo Amado resumes with short phrases, which the pianist contrasts with crystalline notes. The piece ends on a lamenting and unsettling note.

Phrase begins as a tour de force for Risser to thoroughly explore her instrument; the other musicians join in—featuring a superb solo by Govaert—and the meters approach the red. The saxophonist introduces a melodic line to which the piano responds sensitively. The piece takes on a somewhat more chamber-like character, with all four instruments engaging in multilayered games of restraint, respecting spaces yet not hesitating to challenge one another. Double bass and drums once again demonstrate their tight-knit tandem. Amado delivers focused, precise phrasing, skillfully playing with intensity levels. The quartet simmers in different geometries until reaching a climax.

Finally, Pierre begins with a nocturnal and mysterious tone (who is Pierre?). The saxophonist whispers, summoning diverse sounds; Almeida returns to the bow with surprising effects, and Govaert plays with astonishing sensitivity. Risser explores various techniques, bringing a palette of harmonic elements that establish multiple levels of articulation with the other instruments. The saxophonist flares up and exits, leaving the piano-double bass-drums trio to boil over; upon reentering, he delivers a soberly majestic discourse, stretching the energy levels to their limit before everything dissolves into silence.

La Grande Crue has the rare ability to genuinely challenge us, to shift our understanding of what music should be, and to change the way we relate to the other side—the creative side of what we hear. It makes us, on this side, active participants in the creative process. And thus, flooded by beauty, it reconciles us with the world.

Texto: António Branco

Diciembre 20, 2024

Pin It on Pinterest